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La joven cubierta de barro que ilustra la portada de este anuario se llama Isabel Sánchez. Tiene 19 años y es lorquina. Estudia Ingeniería Agrónoma en la Universidad Politécnica de Valencia. Cuando hablamos con ella en noviembre llevaba ocho días consecutivos ayudando a quitar barro ... en varias localidades afectadas por la dana y trasladando a ancianos hacia zonas seguras. Ella es una de los cientos de jóvenes que nos dieron una lección de solidaridad a toda España en los días posteriores a la riada que causó más de doscientos muertos. Mientras las administraciones titubeaban, allí estaban ellos, provistos de rudimentarios instrumentos de limpieza para darlo todo por los vecinos. El caso de Isabel me impresionó. Compaginaba sus estudios universitarios con sus trabajos de camarera y de profesora de ajedrez en colegios. Pero a lo anterior sumó el voluntariado tras el mazazo del 29-O. Se levantaba a las 5 de la madrugada y acudía a donde necesitasen su ayuda. A las 12 del mediodía se iba a Valencia a trabajar. Cuando terminaba, regresaba a echar una mano en algún pabellón donde estuvieran acogidos damnificados por la dana. A las 10 de la noche volvía a casa a descansar. Y a las 5, en plena oscuridad, vuelta a empezar.

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laverdad Entre tanto fango, los jóvenes