Desacelerar la marcha

Porque todas las predicciones coinciden en que avanzamos en una desaceleración que se hará más evidente en el ejercicio 2024, impactado en mayor medida por la inestable coyuntura internacional y la menor pujanza española. Así, las previsiones de crecimiento del PIB en la Comunidad se quedan ya por debajo del 2% en este año que termina y empeoran otro poco más para el que comienza ahora, en línea con la tendencia general. Sin duda, un parón en la marcha expansiva consolidada tras la pandemia que, en cualquier caso, no impide que se mantenga la esperanza de que sea muy puntual y permita volver a acelerar la senda ascendente.

Los datos de empleo, evolución del tejido empresarial, productividad, ventas y comportamiento sectorial han aguantado en cierta forma con gran solidez. Incluso, el lastre de la elevada inflación se ha comportado con cierta moderación, por lo que si continúa profundizándose en la estabilización de los tipos de interés, eso impulsará más el desarrollo económico, ya que favorecerá el aumento del consumo y la inversión.

Con esa fortaleza no sorprende que el tejido productivo regional haya digerido sin grandes problemas las subidas salariales en 2023, que se acordasen convenios como el de hostelería, que acumulaba quince años bloqueado, y que se pueda afrontar otra actualización del SMI para 2024.

No obstante, las dudas son mayores si se pone el foco en el sector agrario por esa falta de agua que lo condiciona todo. Y también existe temor sobre las exportaciones.