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Cuando se compara con la nada, el vacío o la ausencia, cualquier avance es positivo. Después de la sacudida que en 2020 provocó la pandemia, este ha sido el año de la vuelta a la normalidad, al menos de intentar alcanzarla. En ese empeño han ... estado muchos, también el sector de la Cultura, que cerró el pasado diciembre deseando perder de vista un 'annus horribilis' en el que el confinamiento, primero, y las restricciones de aforo y viaje, después, impidieron a sus profesionales realizar su trabajo. No sin esfuerzo, y a base de originalidad, previsión y compromiso, la Región ha recuperado en este 2021 gran parte de su programación habitual. Ahí están festivales como La Mar de Músicas, que optó por una edición España en vez de volver a cancelar su programa; el Cante de las Minas, que cambió de ubicación buscando mayor espacio y seguridad; el de Teatro, Música y Danza de San Javier; los de Jazz; ciclos de encuentros como el acertado 'Mares de papel', en Mazarrón, que agotó aforo en todas sus citas; o los alentadores 'Cartagena Piensa', 'Leer, pensar, imaginar' o 'Deslinde', que, como el FICC, el Festival Internacional de Cine de Cartagena, han ido reduciendo su oferta virtual -la fórmula a la que mayoritariamente les empujó la pandemia- a favor de la reunión física, mucho más atractiva y enriquecedora.

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