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Carlos García, Miguel Ángel Muñoz y Álvaro Rabadán
Viernes, 28 de diciembre 2018, 17:33
Carlos García
El segundo disco de los de Bristol es ese codazo que recibes de buen agrado cuando entras en un pogo buscando sentirte vivo. Sabe a furia y protesta, pero también a humor y sentimiento. 'Joy as an act of resistance' es la confirmación de que el punk está vivo y tiene nuevos ídolos.
El cartel de los 'nuevos Led Zeppelin' aparece cada cierto tiempo como un mantra dentro de la prensa musical, pero pocas veces ha suscitado tanto consenso como con los estadounidenses Greta Van Fleet. Su disco debut era esperado como agua de mayo y francamente, y sin que sirva de precedente, el 'hype' ha estado más que justificado.
Los mejores tiempos de composición de la Dave Matthews Band probablemente no vuelvan, pero eso no quita que 'Come tomorrow', con una raíz menos centrada en la fusión y el multiinstrumentalismo, y más en un Dave asentado como compositor de proporciones poco conocidas en Europa, sea una muy buena referencia. No obstante, este ya es su séptimo álbum consecutivo en el número uno de ventas en EE UU, algo que nadie había conseguido hasta la fecha.
Miguel Ángel Muñoz
Cada nuevo trabajo de A Perfect Circle es casi un acontecimiento. Catorce años después de su último álbum de estudio, la banda liderada por el inconmensurable Maynard James Keenan, también cantante de Tool (otros que se toman lo de publicar nuevo material con calma), y el guitarrista Billy Howerdel volvió en 2018 al ruedo musical y estrenó temas tan interesantes como 'The Doomed' y 'Disillusioned' en un LP que ofrece una propuesta con más matices, los 'riffs' contundentes de trabajos anteriores, una producción impecable y hasta guiños al pop.
¿A qué suena en esta ocasión Editors? Pues, un poco a industrial, sobre todo con la arrolladora 'Hallelujah (So Low)' y 'Magazine', que recuerda a los Depeche Mode más en forma, y como casi siempre a Joy Division, con esa ya tradicional ambientación oscura y presencia de sintetizadores. Con algunas canciones fácilmente olvidables, el disco se erige en una buena sinopsis de la discografía de la banda.
Son solo seis canciones, pero si Trent Reznor insiste en que es un álbum y no un EP, pues se le hace caso. Y quizás no necesite más. El inicio no puede ser mejor con la visceral 'Shit mirror', seguida del estribillo punzante de 'Ahead of ourselves'. El disco también incluye un homenaje a David Bowie con la elegante 'God break down the door', la canción más redonda y diferente al resto de la discografía de la banda por su toque jazzístico, y en 'Over and out'.
Álvaro Rabadán
El decimoséptimo álbum de estudio del exBeatle tiene todos los rasgos característicos de su carrera musical: es íntimo, melódico, rebelde y contradictorio. El productor Greg Kurstin (que trabajó con Adele, Sia y Foo Fighters, entre otros) supo renovar el sonido de Paul sin que perdiera su esencia. Temas como 'Confidante' y 'Happy with you' destapan el lado clásico de McCartney, mientras que 'Despite repeated warnings' y 'Hunt you down/Naked/ C-link' nos retrotraen a las suites orquestales y épicas como 'Live and let die'. En los dos años que duró la producción del álbum, grabaron algunas sesiones en Abbey Road e incluso usaron algunos de los instrumentos que suenan en el disco 'Revolver', uno de los mejores de la banda de Liverpool. Es una joya para los fans. Si fuera el último que publicara, sería un gran legado.
Poco se sabe de este misterioso artista de nombre islandés que apareció en 2018 con un EP llamado 'Elements'. Lo componen cinco canciones que hacen referencia a los elementos que componen toda la realidad según los griegos antiguos: fuego, agua, tierra, aire y alma. Música instrumental, mínima. Cada nota, cada timbre tiene un porqué. Su música es introspectiva, relajante y trascendente pero, que no os confundan mis palabras, no la escucharéis en las típicas listas de Spotify de 'relajación, reiki y autoayuda en días de lluvia'. Ojalá, sería buena señal. Poco después, en diciembre, apareció 'Voyage', el segundo EP con otros cinco temas que evocan conceptos asociados al movimiento, dinamismo y el cambio interior que conlleva viajar.
Como fan acérrimo desde que los viera por primera vez en el FIB de 2002, el nuevo álbum de Muse me ha ganado. Porque ya no tengo 18 años y porque ahora entiendo qué es lo que fallaba del 'Drones', su anterior álbum: los Muse se han hecho mayores, son conscientes de que lo suyo es el pop ambicioso y ahora meten parodia y sátira en sus temas, vídeos y vestuario. Que sí, que siempre parece que hacen lo mismo, pero no. ¿Pero dónde están ahora los grupos que hace seis años les iban a quitar el trono en Spotify y en los directos de medio mundo? Muse toca las teclas del éxito y tiran de esfuerzo y talento. Pero es la edición 'Super deluxe' del álbum la que me ha hecho incluir el disco en mi top; contiene una segunda versión 'sui generis' de cada tema, que nos acerca al sonido de los primeros años del grupo. Un verdadero regalo para los fans pre'Crepúsculo'. Y el fan que les exija renovarse constantemente y acuse de frívolos, que monte un grupo y me cuente qué tal les va 19 años después. Que no os engañe la frivolidad de los de Devon, si no me creéis, probad a memorizar el engañoso solo de guitarra de 'The dark side', a ver qué tal.
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