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Cultivo de brócoli y lechuga en la Región. PABLO SÁNCHEZ / AGM
El presente de nuestra agricultura

El presente de nuestra agricultura

Cada año se pierde entre el 20% y el 40% del rendimiento mundial de los cultivos a causa de las plagas y enfermedades, y a pesar de los plaguicidas

ROSA RIVERO

Lunes, 30 de enero 2023

Es probable que de aquí a 2050 la población del planeta aumente de los 7.300 millones actuales a 9.700 millones. Esas personas no sólo necesitarán comer, sino que querrán comer mejor que ahora, porque para entonces es probable que la mayoría tenga ingresos medios. Para ello, las estimaciones sugieren que tendremos que aumentar la producción de alimentos hasta en un 68%. Y ese no es el único reto; el aumento del coste de los insumos agrícolas, como fertilizantes y pesticidas, debido a la guerra de Ucrania, así como la creciente amenaza que supone el cambio climático, han presionado a los agricultores a buscar alternativas a los métodos de cultivo convencionales. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación calcula que cada año se pierde entre el 20% y el 40% del rendimiento mundial de los cultivos a causa de plagas y enfermedades, a pesar de la aplicación de unos dos millones de toneladas de plaguicidas. La implementación de nuevos métodos podría ayudar a la industria agrícola a reducir su impacto ambiental sin dejar de aumentar su productividad. Mientras que las evoluciones anteriores de la agricultura han estado impulsadas en gran medida por mejoras mecánicas (es decir, maquinaria más grande y mejor) o avances genéticos (mejores semillas, fertilizantes más eficaces, etc.), la próxima gran transformación está siendo impulsada por las herramientas digitales, la agricultura de precisión y la adopción global de la tecnología de edición genética de plantas. El uso de robots, drones y tractores autónomos, así como los 'sistemas de vigilancia' a base de sensores en suelos y plantas que controlen la humedad y la salud del suelo y el crecimiento de los cultivos, ya están permitiendo en la actualidad actuar únicamente cuándo y dónde es necesario, con menor uso de agua, fertilizantes y pesticidas y con índices de producción mayores.

La edición genética, entendiendo por tal la capacidad de poder 'encender' o 'apagar' uno o varios genes a nuestro antojo sin necesidad de introducir material genético foráneo, representa una nueva y prometedora herramienta para hacer frente a los retos descritos. Durante las últimas décadas, el conocimiento de las dianas moleculares (genes y proteínas) específicas y clave para aumentar la tolerancia de los cultivos a condiciones ambientales adversas o a determinadas plagas ha sido espectacular. Gracias a ello, hoy día existen cultivos editados genéticamente con mayores índices de producción y productos de mayor calidad crecidos durante periodos de escasez de agua, olas de calor, inundaciones o incluso regados con aguas de muy baja calidad. De igual manera, esta herramienta también está facilitando la obtención de cultivos resistentes a muchas de las plagas más devastadoras de nuestra agricultura. Pero a día de hoy, y debido a las lentas y tediosas leyes regulatorias, la mayoría de estos cultivos están aún en nuestros laboratorios. Las soluciones aportadas por la edición genética, junto con las herramientas digitales y la agricultura de precisión serán, sin duda, las actuaciones que los gobiernos mundiales van a tener que facilitar e implementar en los próximos años para dar solución a un reto global, como es el de 'alimentos para todos'.

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