![Murcia confinada](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202005/08/media/cortadas/conif-kL1G-U110104451522f1H-1248x770@La%20Verdad.jpg)
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El pasado 14 de abril, además de cumplirse 89 años de la proclamación de la II República Española, era el día señalado en el calendario para celebrar el Bando de la Huerta. En esa fecha habíamos superado el día número 30 del confinamiento al que ... nos sometió un patético coronavirus. Entrábamos en la quinta semana de Estado de Alarma; un mes largo sin salir a la calle nada más que para conseguir las cosas básicas.
Ese día fui a por el pan y el periódico. Mi vecina catedral daba las doce campanadas de mediodía. Miré arriba y abajo de la calle Isidoro de la Cierva en donde vivo, y advertí miles de ausencias, todas aquellas que, en años anteriores, daban la matraca a esa hora. Volví a mirar por si acaso alguien salía de su casa para labores domésticas como la mía. Nadie. Hice unas fotos con mi móvil para mandarlas a deudos y amigos, aquel día del Bando de la Huerta.
Ya en casa, tomé mis lápices, rotuladores y acuarelas y me puse a intentar plasmar lo que mi cámara y ojos habían visto. La cámara exponía el frío detalle; mis ojos, aspirabana poner mi emoción. Yo no sé si lo conseguí o no. Pero, al menos, lo intenté. Hice dos ilustraciones. Al día siguiente, móvil en mano, mis pasos me llevaron a los alrededores de la catedral y mi querido Teatro Romea, con su entorno vaciado por el miedo. El día del Entierro de la Sardina, llegué hasta la plaza de Martínez Tornel, por si algún atrevido hubiera colocado el famoso pez en su pedestal. No fue así. Más fotos. Más dibujos. Los escaneé y envié a un par a amigos pidiéndoles que si desde sus casas veían paisajes similares, me los remitiesen por favor. Pocos lo hicieron, aunque yo prefería verlo con mis ojos. Así, casi sin querer, empecé a dar testimonio, modesto testimonio, de una Murcia que espero no contemplar así jamás.
Ya sé que el auténtico pintor va con su caballete en ristre, e intenta no solo pintar lo que ve, sino el sentimiento de lo que ve. Pero yo soy un simple aficionado, que lleva a todos sus viajes su ato de pequeño pintor, y que al cabo de los años ha acumulado una buena cantidad de dibujos y pinturas… que regalo a quienes conmigo van. Sé que apoyarse solo en la foto no basta. Que hay que ponerle un poco de gracia y... otra cosita. Pero al menos, lo he intentado.
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