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No duda Francisco Javier Díez de Revenga (Murcia, 1946) en afirmar que «el gran milagro para Murcia, para nosotros, es el Suplemento Literario de LA ... VERDAD. Estamos hablando de un periódico decididamente católico que tiene la fortuna de que hay en ese momento un director en funciones, que es José Ballester, y un amigo, Juan Guerrero Ruiz, abogado, secretario del Ayuntamiento de Murcia, que desde 1913 ejerce como secretario de Juan Ramón Jiménez y que está puestísimo en la literatura europea del momento: Paul Valery, Valery Larbaud, Yates, Walt Whitman... poetas que seguramente en Murcia no conocerían más de 15 personas».
Desde 1923, Juan Guerrero escribirá en el Suplemento Literario el «tornavoz literario», donde ofrece un panorama de noticias literarias que Díez de Revenga recogió en el volumen 'Escritos literarios Juan Guerrero Ruiz', en la Real Academia Alfonso X El Sabio.
El antecedente del Suplemento Literario es la Página Literaria que también ofrecerá LA VERDAD, unos meses antes, entre mayo y octubre de 1923. En noviembre y diciembre de 1923 aparecen los tres primeros números del Suplemento, sin numerar. Es a partir de 1924 cuando se publican numerados, y desde ese momento salen 51 números hasta el año 1925 «en tamaño gigante». En mayo de 1926, de los números 53 al 59, salen ya en tamaño reducido, el que tendría la revista 'Verso y Prosa', en la que José Ballester figura «como invitado».
Del primer soneto que publica García Lorca, aparecido en LA VERDAD, hay otras variantes. «En 1924 muere [el poeta ultraísta] Ciria y Escalante y Lorca lo escribe inmediatamente. Será publicado en el número 54, en 1926. A ese soneto yo le he dedicado una monografía completa; la familia de García Lorca me envió el manuscrito, y eso lo publiqué en el homenaje al hispanista belga Christian de Paepe en Bélgica y lo incluí en mi libro jubilar, 'Los poetas del 27: tradiciones y vanguardia'. Ese poema lo corrige después García Lorca, pero la primera versión se publica en Murcia».
El Suplemento Literario es historia también de Murcia, señala Díez de Revenga, «y es historia de nuestro patrimonio literario, porque hay un grupo de escritores murcianos que son sensacionales. El primero es Juan Guerrero Ruiz, el segundo es José Ballester, que es íntimamente amigo, hasta el final, hasta la muerte de Guerrero. Y tenemos a Andrés Sobejano [padre de Gonzalo Sobejano], que era profesor de instituto y bibliotecario de la Universidad, y Antonio Oliver Belmás, que era un poco más joven que ellos e incorpora esa visión poética desde Cartagena. Es un grupo muy moderno, avanzado, muy relacionado directamente a través de Guerrero con Juan Ramón Jiménez. En ese sentido, LA VERDAD los aglutina y se forma un grupo muy interesante». Andrés Cegarra es otra de esas voces imprescindibles.
En otras provincias se formarán grupos literarios de la misma forma. Son posteriores al Suplemento Literario de LA VERDAD revistas como 'Litoral' en Málaga y 'Mediodía' en Sevilla, 'El Gallo' en Granada, en Valladolid existe 'Meseta', y Gerardo Diego empieza a publicar su revista 'Carmen' cuando está de catedrático en Gijón y la continuará en Santander. «En todos ellos hay grupos de escritores locales, y en Murcia es muy importante, por ejemplo, un personaje como Raimundo de los Reyes, que va a continuar cuando Juan Guerrero se traslada a Alicante como Secretario del Ayuntamiento con la revista Sudeste, que tiene otro milagro, porque está vinculado a LA VERDAD, se imprime en LA VERDAD, y hace una colección de libros; el primero que publican es 'Perito en lunas' (1933) de Miguel Hernández.
Manuel Fernández-Delgado, durante tantos años director del Museo Gaya y gran conocedor de los círculos literarios de esta época, hizo la primera edición facsímil de 'Verso y Prosa', «y los vendía a 1.000 pesetas en su galería», recuerda Díez de Revenga.
Por su parte, la Real Academia Alfonso X ha publicado ediciones facsímiles tanto del Suplemento Literario como de la revista Sudeste. «Una vez, Juan Manuel Bonet vino a dar una conferencia sobre revistas, un tema del que sabe muchísimo, y dijo: 'En Murcia se han hecho los deberes'. Porque tener los facsímiles es vital».
Dice Díez de Revenga que la paciencia es una virtud que no conoce, y que hasta un doctorando lo recogió en un trabajo. «Cuando me jubilé quisieron hacerme un homenaje, de esos que tardan cuatro años en ser publicados, y yo me negué. Como se hace en otras universidades, yo quería un libro jubilar, y en 2015 pude reunir en un volumen bien gordo artículos sobre el 27 que yo había hecho para congresos en años anteriores, y le dediqué cada uno de ellos a un amigo. Esa fue mi manera de despedirme, con mis poetas, con los que mejor conozco, y si alguna vez tengo alguna trascendencia que sea por ellos».
Todavía se desvive por poetas como Gerardo Diego, del que ha sido editor de sus obras completas en tres ocasiones. Y otros a los que admira, como Pedro Salinas («¡qué personaje más interesante!»). De todos los miembros de la Generación del 27, observa que García Lorca es el poeta que no ha caído en el olvido, sobre todo desde que su obra pasó a ser de dominio público. «Está siendo representado, recitado, llevado a escena en todos los sitios de España e Hispanoamérica constantemente, se mantiene en escena como nadie. Los montadores de espectáculos ya no tienen problemas de derechos, por eso está presente. Con Alberti también sucede. Pero, por ejemplo, hay otros más olvidados como Cernuda y Aleixandre».
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