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Solución: a partir del próximo sábado en el blog Atanor (http://blogs.laverdad.es/atanor/). A. REQUENA @ LA VERDAD, 2022
No es magia pero...
Atanor

No es magia pero...

Sábado, 1 de julio 2023, 10:34

Lo parece, francamente. Ver tocar el theremin es como asistir a una sesión de magia. Es un instrumento que se toca sin ningún contacto físico, solo moviendo las manos y alterando con ello un circuito electromagnético, invisible, modificando así tanto el tono como el volumen. Contemplar cómo sucede es lo más cercano a una sesión de magia. Fue como un anticipo de los sintetizadores actuales.

El sonido que genera lo hemos escuchado muchas veces, porque es usual en las bandas sonoras de terror y ciencia ficción. Está considerado como el primer instrumento electrónico del mundo e inició la música digital que hoy conocemos. El físico y músico Lev Sergeyevich Termen (1886-1993), a quien conocemos en occidente como León Theremin, inventó en 1919 lo que denominó aetherophone. Se cambió el nombre por el de su creador y hoy se le conoce popularmente como theremin.

Mediante electricidad mantiene dos circuitos, uno destinado a tratar el tono y otro a controlar el volumen. El control se logra mediante dos antenas, una en forma de bucle y otra recta, muy similar a las de una radio convencional. Ambos circuitos generan ondas electromagnéticas. El circuito del tono incluye dos osciladores de radiofrecuencia sintonizados, uno fijo y uno variable. Cuando movemos las manos en torno a la antena, se produce una salida de audio cuyo timbre se sitúa entre el de un saxofón y el de un instrumento de cuerda. En la conocida serie 'Los asesinatos de Midsomer', podemos escuchar su sonido.

Cada circuito produce una serie de ondas electromagnéticas. Para producir el tono, un único circuito utiliza un par de osciladores de radiofrecuencia sintonizados, incluyendo un oscilador fijo y un oscilador variable. Al mover las manos de una manera determinada alrededor de los controles de la antena se produce una salida de audio que a menudo se compara con un híbrido de saxofón e instrumento de cuerda.

Como es bien conocido, el cuerpo humano conduce la electricidad y almacena en algún grado la carga eléctrica. Cuando se interpone el cuerpo en el campo electromagnético generado por los circuitos oscilantes del theremin, se interrumpen las oscilaciones. El theremin mide la diferencia entre los osciladores de frecuencia fija y la variable y la traduce en una señal de audio, Sin tocar nada, suena. Los movimientos de las manos recuerdan a los de los prestidigitadores que hacen pases de manos. Básicamente, es magia.

Theremin fue un físico, ingeniero electrónico y violoncelista aficionado, que estaba estudiando las ondas electromagnéticas en Rusia, tras la revolución del 18. Pretendía construir una alarma inalámbrica y se percató de que la presencia de la mano en el campo electromagnético alteraba la frecuencia del dispositivo. En 1922 se lo presentó a Lenin y se inició la fabricación de 600 ejemplares. Recorrió el mundo presentando el descubrimiento y en 1928 recaló en Estados Unidos. Una caja de madera, con una válvula electrónica, bobinas y dos antenas era todo. Una antena al costado en posición horizontal que controlaba la amplitud (volumen) y otra vertical que controlaba la frecuencia (tono) de la onda generada.

Nada fácil

No tiene clavijas de afinación, ni teclas, ni cuerdas, ni trastes. La ejecución queda en las manos del ejecutante y su sentido del tono para poder interpretar. Los cambios de posición de las manos, son todo. En la década de los veinte, la RCA norteamericana decidió producir industrialmente el theremin, porque lo podría tocar todo el mundo y fracasó. Lo cierto y verdad es que un siglo después, sigue siendo desconocido.

Hay una película en la que la intervención del theremin es gloriosa: 'Spellbound' (en España, 'Recuerda'), película estadounidense de 1945 basada en la novela de 1927 'The House of Dr. Edwardes', de Hilary St. George Saunders y John Palmer, dirigida por Alfred Hitchcock y en los papeles estelares Ingrid Bergman y Gregory Peck. Dalí decoró alguna de las escenas. Hitchcook encontró en el theremin, para el que compuso Miklos, el sonido de la paranoia que buscaba. Otros compositores han encontrado un sonido arrollador. Clara Rockmore está considerada como la referencia de las ejecutantes de Theremin.

Instrumento nada fácil. Interviene todo el cuerpo. Se requiere dominio del músculo y buen oído. Se recomienda una separación de pies de unos 30 centímetros mientras se toca y un control exquisito de brazos, cabeza y cuerpoque requieren quietud para no alterar los osciladores. Un sonido que puede resultar inquietante, al tiempo que relajante. En todo caso, virtuoso.

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