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La necesidad de profundizar en una verdadera transformación digital de los Sistemas de Salud en general, y de la atención a los enfermos más vulnerables, ... en particular, es algo que se ha puesto de relevancia durante la reciente pandemia, causada por la Covid-19. Las personas mayores son claramente un colectivo especialmente vulnerable, con un alto grado de comorbilidad (padecimiento de muchas enfermedades), frecuentemente aquejados de problemas emocionales que se han exacerbado con la pandemia.
En las instituciones dedicadas al cuidado de mayores es difícil aplicar el concepto de medicina personalizada, debido a la falta de tiempo y de recursos humanos. No en vano, las herramientas digitales 'online' podrían paliar algunos de estos problemas, facilitando que el personal sanitario pueda acceder a la información de cada paciente de un modo más personalizado.
Sin embargo, las personas mayores no tienen un alto grado de alfabetización digital, por lo que su relación con la tecnología es, a menudo, difícil. En lugar de intentar que los mayores se acerquen a los dispositivos, podemos intentar acercar los dispositivos a los mayores de la forma más natural posible. Teniendo en cuenta que puede que sea difícil que una persona mayor, con cierto grado de deterioro cognitivo, aprenda a usar un teléfono móvil o un ordenador, la investigadora de la Universidad Politécnica de Cartagena. Nieves Pavón y su equipo del grupo de Investigación 'Neurocor' se han cuestionado ¿qué ocurriría si somos capaces de acercarle el dispositivo de forma autónoma e inteligente.
Y así nace JUNO, una plataforma en la nube, que integra un prototipo de robot asistencial inteligente, para mejorar las capacidades cognitivas de los mayores mediante estimulación cognitiva personalizada, considerando la perspectiva de género. «Este dispositivo puede acercarse a la persona y ayudarle a usar el dispositivo electrónico que le permitirá realizar sus ejercicios de estimulación y evaluar su progreso, enviando los resultados a la nube, asegurando que se cumplen los más estrictos estándares de privacidad. Dicha información quedará a disposición del personal sanitario que trate a esa persona mayor, por lo que el seguimiento de su salud será continuo, personalizado y más eficiente», explica Pavón.
Además, JUNO también podrá realizar otras tareas relacionadas con el entretenimiento o el acompañamiento del mayor facilitándole, por ejemplo, la comunicación con sus seres queridos a través de videollamadas iniciadas automáticamente por el robot, utilizando algo tan natural como el lenguaje. JUNO se comunicará con la persona mayor mediante voz y podrá entender algunas frases sencillas, por lo que la interacción entre el robot y la persona mayor será más sencilla y fluida.
Con el apoyo de la Fundación Séneca, gracias a la concesión de una de las ayudas a grupos de investigación para la comercialización y explotación de resultados bajo el modelo 'Prueba de Concepto', el equipo ha podido instalar cuatro robots móviles inteligentes de asistencia a personas mayores en cuatro instituciones diferentes, para evaluar cómo mejoraría la atención a dichos mayores en el plano emocional y cognitivo, en el caso de utilizar dicho robot, bautizado como JUNO.
Durante la realización de este proyecto, JUNO ayudará a un grupo de mayores seleccionados a realizar ejercicios de estimulación cognitiva. Este tipo de ejercicios permiten mantener una mejor calidad de vida en pacientes que tienen un cierto deterioro cognitivo, algo muy habitual en personas mayores con algún tipo de demencia. Según la investigadora de la UPTC, «en muchas residencias es difícil aplicar estas técnicas de estimulación de forma personalizada, debido a la falta de tiempo y de recursos humanos. Con JUNO se pretende ayudar a los cuidadores profesionales en esta tarea. No se trata de sustituir a los cuidadores, sino de proporcionarles una herramienta que permita hacer un seguimiento de cada mayor de un modo personalizado».
JUNO será autónomo y podrá navegar por la residencia de manera inteligente. De este modo, el/la cuidador/a podrá configurar, mediante una pantalla táctil, la tarea a realizar; por ejemplo, «ir a la habitación de un residente, realizar un ejercicio de memoria y volver a la base de recarga». JUNO realizará la tarea encomendada, y mientras el residente esté realizando su ejercicio, evaluará ciertos parámetros para conocer si la persona está respondiendo adecuadamente a la terapia, desde el punto de vista emocional. Toda esa información se almacenará en una plataforma digital en la nube de un modo completamente seguro y privado para que sea evaluada por los profesionales sanitarios.
Por el momento, los investigadores se encuentran en fase de prueba de los robots en el laboratorio. No obstante, aclara Pavón que ya tienen algunos prototipos iniciales funcionales con los que se está trabajando en el aspecto de la autonomía y robustez en la navegación (el robot tiene que funcionar correctamente durante largos períodos de tiempo), y en conseguir que la interacción entre usuario y robot sea lo más natural posible. «Queremos iniciar ya la fase de despliegue en una primera residencia de mayores, para realizar una primera evaluación del sistema en un entorno real. De este modo, podremos ir arreglando los problemas que puedan surgir a nivel técnico, y evaluando la aceptación del sistema entre los potenciales pacientes y sus cuidadores. Es una forma de trabajar que nos permitirá refinar el producto y los servicios asociados al mismo, ya que nuestra intención es comercializarlo a final de año», dice.
Cuenta Nieves Pavón que, en su trayectoria investigadora, se he dedicado principalmente al diseño y desarrollo de sistemas robóticos inteligentes y a la aplicación de técnicas de Cloud Computing a diferentes áreas; pero tuvo la oportunidad de coincidir con la catedrática de la Universidad de Murcia, María Trinidad Herrero, cuyo grupo de investigación dedica gran parte de sus esfuerzos al ámbito del envejecimiento. «Yo, como investigadora responsable del grupo 'Neurocor' de la UPCT, estaba muy interesada en buscar la sinergia entre tecnología y salud, sobre todo en el contexto del cuidado de las personas mayores, algo que me interesa mucho desde el punto de vista personal», expone.
Herrero le habló de cómo trabajan ellos en el diseño de terapias de estimulación cognitiva en el tratamiento de ciertas demencias y de que sería factible aplicar la tecnología en este ámbito, no solo ya en el proceso de tratamiento, sino como herramienta de ayuda en la detección precoz. Ahí se inició una colaboración que se ha materializado en este proyecto prueba de concepto, entre otras actividades.
«Nuestra hipótesis es que la tecnología y, en particular, la robótica pueden y deben ponerse al servicio de la salud, sobre todo, para mejorar la calidad de vida de los mayores más vulnerables. Es algo que se puede conseguir», indica.
Para ello, Pavón apunta que «es necesario no solo desarrollar la tecnología, sino hacerlo de modo que el resultado de la investigación sea directamente transferible a la sociedad. Por eso, JUNO está siendo diseñada como una plataforma robótica que pretende ser usable, robusta y accesible económicamente».
Para conseguirlo están contando con diferentes opiniones para su diseño externo, considerando aspectos relacionado con la psicología de los usuarios potenciales. Además, están estudiando y analizando cómo JUNO debe interactuar con los diferentes usuarios, no solo con las personas mayores, sino también con sus cuidadores y con el personal sanitario.
Asegura que el robot tiene que ser suficientemente robusto para que no se convierta en un obstáculo, y suficientemente barato para que pueda ser comercializado en un futuro próximo. «Tiene que ser capaz de evaluar el comportamiento de la persona mayor y adaptarse al mismo. Para ello estamos usando estrategias novedosas de inteligencia artificial, para que con una simple cámara convencional podamos evaluar si el paciente está atento o distraído o triste o contento, por ejemplo».
Por otro lado, se va a introducir la perspectiva de género en el estudio posterior a realizar. Esto se debe a que les interesa saber cómo perciben la tecnología las personas mayores y si hay diferencias entre hombres y mujeres, ya que se conoce que ciertas patologías afectan según el sexo. «Queremos, pues, conocer cómo afecta este parámetro en el aspecto emocional y mental, a la hora de enfrentarse a las terapias que se usan en casos de deterioro cognitivo. Queremos saber si el género puede influir a la hora de desarrollar los contenidos de los ejercicios de estimulación cognitiva, si la forma de interacción entre el robot y la persona podría también verse afectado por la perspectiva de género. Creemos que este aspecto es novedoso, porque el diseño de un robot depende del tipo de usuario final al que va dirigido, y del contexto en el que tiene que realizar sus tareas (no es lo mismo un robot industrial que un robot tipo juguete para niños)».
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