La ceremonia de entrega de los Premios Nobel tiene lugar cada 10 de diciembre, en conmemoración del día en que falleció Alfred Nobel (químico, inventor ... y hombre de negocios), quien en su testamento legó la mayor parte de su fortuna para premiar anualmente a las personas que más hubieran contribuido al beneficio de la humanidad en la física, la química, la fisiología o medicina, la literatura y la paz (posteriormente el Banco de Suecia creó el premio de economía).
En el acto solemne que precede a la entrega de los Premios Nobel en la Sala de Conciertos de Estocolmo, tienen lugar parlamentos en los que se reseñan los méritos de las personas galardonadas cada año. Pero en la ceremonia de 1922 se leyeron dos discursos correspondientes a la distinción en Física. En uno de ellos, se elogiaba el trabajo de Albert Einstein, por el Premio Nobel de 1921 (que no fue por la teoría de la relatividad, sino por su explicación teórica del efecto fotoeléctrico). En el otro discurso, se loaba la obra de Niels Bohr, quien fue el premiado en 1922 (por sus trabajos sobre la estructura de los átomos y la radiación que emiten).
¿Por qué se entregaron los premios Nobel de los años 1921 y 1922 conjuntamente en la ceremonia de 1922? La justificación de esta extraña decisión es que los miembros del Comité Nobel decidieron que no pudieron encontrar a ninguna persona adecuada para recibir el premio en 1921, entre otros motivos, porque no se pusieron de acuerdo en la motivación para premiar a Einstein por su teoría general de la relatividad (la cual no era del agrado de la mayoría de miembros del Comité) o por su explicación teórica del efecto fotoeléctrico. Sea como fuere, en noviembre de 1922 se le informó a Einstein de la concesión del Premio Nobel de Física ¡correspondiente a 1921! Conviene notar a este respecto que los premiados de cada año se anuncian a principios de octubre.
Einstein no pudo estar presente en la ceremonia del 10 de diciembre de 1922 porque se hallaba de viaje en Japón (aunque Max von Laue le había «aconsejado» pocas semanas antes de iniciarlo que retrasara el viaje). Si hubiera asistido a la entrega de los Premios Nobel, coincidiendo con Niels Bohr, se hubiera producido la confluencia de dos grandes genios de la física, cuyas teorías constituyen la base de las dos revoluciones científicas más profundas del siglo XX: la teoría de la relatividad y la teoría cuántica. Ambas cambiaron de forma drástica nuestra forma de entender el mundo, desde lo extraordinariamente inmenso hasta lo más pequeño.
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