![Diez razones para combatir la pseudociencia](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2025/02/15/fkae-kjkD-U230868128652JKE-1200x840@La%20Verdad.jpg)
![Diez razones para combatir la pseudociencia](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2025/02/15/fkae-kjkD-U230868128652JKE-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Un reciente estudio de la Fundación BBVA muestra como un 30% de españoles asegura que los extraterrestres han visitado la Tierra, un 24 % cree en ... la comunicación con los espíritus, un 14% duda de que el hombre haya llegado a la Luna, un 13% confía en curanderos para tratar enfermedades graves y un 4% de los ciudadanos se definen como terraplanistas. Estos datos muestran que las pseudociencias están presentes en distintos ámbitos de la sociedad, generando desinformación y afectando negativamente el bienestar de las personas.
A pesar de que combatir las pseudociencias es una responsabilidad de la comunidad científica y de la sociedad en general, no siempre se hace con contundencia. Muchas instituciones académicas y políticas, aun conociendo las graves consecuencias que pueden tener, suelen ponerse de perfil ante al avance de las pseudociencias y así evitar posibles problemas. A continuación, cito diez razones fundamentales para oponerse a las pseudociencias, junto con ejemplos y propuestas para mejorar la educación científica.
Las pseudoterapias médicas, cuyo listado oficial (incompresiblemente aun incompleto) se puede leer en la web #coNprueba del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, pueden poner en riesgo la salud de las personas al retrasar tratamientos eficaces. Ejemplo de ello es el caso de pacientes con cáncer que abandonan la quimioterapia para probar terapias sin base científica, lo que reduce sus probabilidades de supervivencia. Otro caso es la negativa a vacunar a los niños debido a mitos sobre efectos adversos inexistentes, lo que ha llevado a brotes de enfermedades prevenibles como el sarampión. Para contrarrestar este problema, es necesario fortalecer la educación en salud basada en evidencia y regular la publicidad de tratamientos no comprobados.
Muchas pseudociencias están vinculadas con estafas económicas que engañan a personas vulnerables. Utilizando la venta de suplementos milagrosos y muchos cursos de superación personal basados en afirmaciones sin sustento, hay personas que se enriquecen. También la proliferación de terapias bioenergéticas que prometen curaciones imposibles lleva a pérdidas económicas y riesgos de salud. La solución pasa por reforzar las leyes contra la publicidad engañosa y ser valiente en su aplicación.
3. Las pseudociencias se pueden infiltrar en los sistemas educativos y distorsionar el conocimiento científico. Por ejemplo, el creacionismo intenta reemplazar la teoría de la evolución en algunas escuelas, desinformando a los estudiantes. Asimismo, la presencia en centros de educación superior de cursos sin bases científicas sobre medicina antroposófica, cromopuntura, oligoterapia, terapias biomagnéticas, etc., puede confundir a futuros profesionales de la salud.
Gobiernos y empresas pueden desperdiciar recursos en pseudociencias en lugar de invertir en investigaciones serias. Ejemplos son la inversión en estudios sobre medicina ortomolecular o terapias regresivas. La solución es fomentar el financiamiento de investigaciones con metodologías robustas.
Las redes sociales permiten la rápida propagación de desinformación pseudocientífica. Un ejemplo es la viralización de videos que promueven dietas extremas que pueden generar problemas de salud. Otro caso es la difusión de supuestos remedios naturales contra enfermedades graves sin ningún respaldo científico. Es fundamental que los medios de comunicación y las plataformas digitales promuevan la verificación de información y que se enseñe a la población a detectar noticias falsas.
La proliferación de pseudociencias puede erosionar la confianza en la ciencia real, haciendo que las personas duden de vacunas, medicamentos y otras intervenciones científicas. Durante la pandemia de Covid-19, la desinformación sobre tratamientos falsos complicó la respuesta sanitaria. Otro ejemplo es la creencia de que la tecnología 5G causa enfermedades, lo que llevó a actos vandálicos contra antenas de telecomunicaciones. Una manera de contrarrestar esto es explicar a la población, con un lenguaje divulgativo, los procesos de investigación y validación científica.
El pensamiento crítico es una habilidad clave para la vida cotidiana que ayuda a evaluar la veracidad de la información. Por ello se debe incluir su enseñanza en todos los niveles educativos. Un ejemplo de la falta de pensamiento crítico es la aceptación de la numerología como método de análisis de personalidad sin ninguna base científica.
Algunas pseudociencias promueven prácticas que pueden afectar el medio ambiente. Ejemplos los tenemos es la negación del cambio climático basada en argumentos falsos (lo que impide la toma de medidas urgentes) o en la promoción de productos con supuestas propiedades ecológicas sin pruebas reales de su impacto. Es crucial que los gobiernos y las organizaciones promuevan el conocimiento científico sobre problemas ambientales.
Muchas pseudociencias perpetúan creencias que pueden violar derechos fundamentales. Por ejemplo, las terapias de conversión para personas LGBT+ están basadas en falsas premisas científicas y pueden causar daño psicológico severo. Otro caso es el uso de técnicas pseudocientíficas para detectar mentiras en procesos judiciales, lo que puede llevar a condenas erróneas. La promoción de los derechos humanos debe ir de la mano con la erradicación de estas prácticas.
La pseudociencia frena el progreso al desviar la atención de investigaciones legítimas. Ejemplos son el uso del análisis somatoemocional sobre el origen de enfermedades en lugar de analizar soluciones reales o la creencia en diferentes terapias florales como forma de mejorar la salud. Apoyar la ciencia basada en evidencia permite el desarrollo de nuevas tecnologías y soluciones efectivas para los desafíos globales.
Estimados lectores de LA VERDAD, la lucha contra las pseudociencias no solo protege a las personas de engaños y peligros, sino que también fortalece la educación, la economía y el avance del conocimiento. Por ello combatirlas es, en última instancia, una defensa de la verdad y del bienestar colectivo. Para lograrlo es esencial la divulgación científica, la regulación de información falsa, la enseñanza del pensamiento crítico… y jamás olvidar que «lo mejor que te puede pasar con las pseudociencias es que te estafen y lo peor es que, además de estafarte, te maten».
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