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La oncocosmética surge como una rama especializada de la cosmética que combina conocimientos de dermatología, oncología, química cosmética, farmacología y psicología para abordar las necesidades ... específicas de las personas sometidas a tratamientos contra el cáncer. Estos tratamientos, aunque efectivos para combatir la enfermedad, pueden tener efectos secundarios significativos en la piel, cabello, uñas y mucosas, comprometiendo el bienestar físico y emocional del paciente. En el artículo de hoy citaré el efecto de algunos tratamientos oncológicos en la piel y el cuerpo, describiré los tipos de oncocosméticos más adecuados para cada tratamiento oncológico y analizaré sus composiciones basándome en las evidencias científicas existentes hoy en día.
Dependiendo del tipo de quimioterapia recibida, los pacientes oncológicos pueden sufrir sequedad extrema, hipersensibilidad, fotosensibilidad, erupciones cutáneas, pérdida de cabello, debilitamiento de uñas, prurito (sensación de picazón que provoca el deseo de rascar la piel), fotosensibilidad, alopecia o toxicidad en uñas. Por otra parte, la radioterapia puede generar dermatitis por radiación, caracterizada por enrojecimiento, ardor, poiquilodermia (lesiones cutáneas irregulares de pigmentación marrón rojiza), descamación y ulceraciones en áreas tratadas. Además, la inmunoterapia potencialmente causa reacciones cutáneas, erupciones inflamatorias y agravamiento de condiciones previas como eccema o psoriasis. Finalmente, algunas cirugías oncológicas dejan cicatrices que pueden requerir cuidado especializado para su correcta regeneración y reducción de fibrosis.
Debido a la posible aparición de estos efectos secundarios, se recomiendan diferentes productos según el tipo de tratamiento oncológico que reciban. Veamos cuáles son los siete más importantes.
1. Hidratantes y reparadores para quimioterapia.
El efecto más común de la quimioterapia en la piel es la sequedad severa. Para combatirla, se necesitan cremas hidratantes con fórmulas intensivas y reparadoras. Dentro de los ingredientes que las componen destacan el ácido hialurónico (hidratante profundo que retiene agua en la piel); las ceramidas (restauran la barrera cutánea); la manteca de karité (es la grasa extraída de los frutos secos del árbol de karité, podemos reconocerla en las etiquetas de las cremas como Butyrospermum Parkii (Shea Butter), su función es hidratante y emoliente principalmente y está compuesta de ácidos grasos, vitamina E, catequinas y otros compuestos); aceites naturales que proveen emoliencia (suavizan, ablandan y aumentan el grado de humedad de la piel); niacinamida (una forma de la Vitamina B3 que incrementa el contenido de agua en la piel).
2. Cremas y bálsamos para radioterapia.
La radioterapia afecta la zona tratada con quemaduras superficiales. Para aliviar y reparar la piel, se usan bálsamos ricos en agentes regeneradores que deben aplicarse después de cada sesión de radioterapia en la zona afectada y nunca en las horas previas a cada sesión. Dentro de los ingredientes principales de los productos destinados a combatir los efectos secundarios de la radioterapia relacionados con la cosmética destacan la alantoína (sustancia nitrogenada con alto poder humectante); centella asiática (planta herbácea de la familia Apiaceae que estimula la cicatrización y la regeneración celular); pantenol (una provitamina B5 que alivia irritaciones y reduce el ardor); óxido de zinc (proporciona una barrera protectora) y la manteca de karité a la que me referí anteriormente.
3. Productos para el cuero cabelludo y la caída del cabello.
La alopecia inducida por quimioterapia es uno de los efectos más visibles. Aunque los oncocosméticos para el cuidado del cuero cabelludo no sirven para impedir la alopecia, sí ayudan a mantener la salud de esta zona. Entre ellos destacan champús suaves y mascarillas hidratantes ricas en aloe vera y extracto de manzanilla (calmantes); aceite de jojoba (se extrae de las semillas de la planta de jojoba y es rico en ácidos grasos esenciales, antioxidantes y vitamina E lo que le permite reducir la sequedad y la descamación del cuero cabelludo, prevenir la caspa, regular la producción de sebo e hidratar la piel).
4. Fotoprotectores.
La fotosensibilidad es común en algunos pacientes oncológicos debido a la acción de medicamentos y radioterapia. Por esto, los protectores solares son imprescindibles para prevenir daños solares. Sin embargo, a los pacientes oncológicos con alta fotosensibilidad y pieles muy queratinizadas (gruesas y muy poco elásticas) no se les recomienda emplear el mismo tipo de protector solar que usamos en verano, ya que su efecto desecante es contraproducente. En su lugar se recomiendan cremas ricas en compuestos hidratantes, emolientes hipoalergénicos, antioxidantes como la vitamina E y, sobre todo, filtros físicos y químicos que otorguen una protección solar alta.
5. Productos para el cuidado de las uñas.
La fragilidad y las líneas transversales son efectos secundarios comunes en las uñas de algunos pacientes oncológicos. Para evitarlo se recomienda aplicar lacas y aceites en uñas y cutículas antes de dormir. Estos productos suelen contener queratina (agente fortalecedor); aceites de argán o ricino (compuestos hidratantes y nutritivos); silicio (aporta a las uñas durabilidad, las regenera y elimina las estrías para que crezcan fuertes y sanas). También se recomienda que, tanto estos productos como los usados en la retirada de los esmaltes, no contengan acetona o sustancias que provoquen alergias.
6. Maquillaje correctivo.
En las superficies comerciales podemos encontrar diversos productos de maquillaje diseñados para pieles sensibles. Deben ser ricos en pigmentos minerales hipoalergénicos y seguros; siliconas no comedogénicas (un producto comedogénico es aquel que produce imperfecciones –puntos negros, barritos, espinillas– debido a que obstruye los poros de la piel) y emplear bases ligeras y correctores para cubrir rojeces y despigmentación.
7. Los oncocosméticos naturales.
Un oncosmético que se publicite como «natural» no necesariamente es más eficiente ni está específicamente recomendado en tratamientos oncológicos. De hecho, esta etiqueta suele ser una estrategia de marketing. La eficacia de cualquier producto cosmético, especialmente en el contexto oncológico, depende de su formulación, estudios científicos que respalden su uso y la aprobación de especialistas, no de si está compuesto por ingredientes naturales o sintéticos.
Estimados lectores de LA VERDAD, la oncocosmética es una herramienta esencial en el cuidado integral durante los tratamientos oncológicos. Gracias a su desarrollo, basado en la interdisciplinariedad científica, los productos oncocosméticos no solo alivian los efectos secundarios físicos, sino que también mejoran significativamente el bienestar emocional de los pacientes. Sigamos investigando en ellos.
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