Borrar

Muelas del juicio, el tercer molar: razón y experiencia.

Las muelas del juicio, dens sapientiae, son 4. Se les llama terceros molares porque son las muelas más posteriores, que aparecen al final de cada arcada dentaria, dos arriba y dos abajo. Suelen emerger de los 17 a los 22 años. Se las denominó muelas del juicio, de la sensatez o de la mente porque son las últimas en salir y lo hacen a una edad en la que se supone que ya tenemos suficiente entendimiento. También se les llama dientes de los 20 años (en turco) o dientes del amor (en indonesio), o incluso dientes «apretujados» (en tailandés) ya que en general, en las mandíbulas humanas actuales ya queda poco espacio cuando aparecen las muelas del juicio. En general, es desagradable porque su erupción se acompaña de molestias y desazón no solo por la inflamación, el dolor o la rigidez mandibular sino también la posible antiestética descolocación del resto de dientes, que puede empeorar la sonrisa y requerir ortodoncia (aparato para alinear las piezas dentarias) o incluso exodoncia (extracción).

Pero ¿para que tenemos muelas del juicio? ¿Son realmente necesarias? En realidad, considerando la evolución humana, estas piezas son vestigio de nuestro pasado homínido. Según los estudios realizados en cráneos ancestrales, todos los homínidos tenemos 32 piezas dentarias o dientes permanentes cuando somos adultos. Los dientes caducos de los niños son solo 20. Las muelas del juicio o terceros molares eran de importancia durante la evolución para masticar los tejidos vegetales crudos con el fin de aplastar la celulosa de la pared de las plantas, ya que si no eran poco digeribles e indigestas. Asimismo, las mandíbulas de nuestros antepasados eran más largas y prominentes, pero en el homo sapiens sapiens la mandíbula fue disminuyendo de longitud paulatinamente y todos los dientes se hicieron cada vez más pequeños. De hecho, hay poblaciones humanas como en indígenas mexicanos, que no poseen la muela del juicio. Se cree que su presencia está ligada a expresión del gen PAX9 (que controla la dentición en mamíferos). A su vez, el PAX9 depende de adaptaciones funcionales por cambios en la dieta y por los diferentes hábitos alimenticios y culturales a lo largo de la evolución. Así, los humanos después del descubrimiento del fuego y de acostumbrarse a comer los alimentos cocinados, así como por el desarrollo de utensilios que trituran, machacan y desmenuzan los alimentos, tener menos molares pudiera ser una ventaja en la evolución humana. Además, las muelas del juicio suelen salir mal posicionadas pudiendo dar lugar a alteraciones crónicas de las encías o al desarrollo de quistes que pueden destruir el hueso. En muchas comunidades, la extracción de la muela del juicio acostumbra a ser preventiva para evitar complicaciones y adelantarse a los problemas futuros… pero cada caso es diferente y lo debe decidir su estomatólogo u odontólogo.

Las muelas del juicio siguen teniendo un aura romántica de madurez, aunque como dijo hace casi 300 años el Marqués de Vavenargues: «para tener mucha sensatez, la razón debe dominar el sentimiento y la experiencia ha de vencer al raciocinio». En esta época de pandemia y tribulación, con y sin muelas del juicio, hace falta mucha prudencia, cordura y discreción, equilibrando el sentimiento con la razón y la experiencia.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Anatomía, vida y salud