

Secciones
Servicios
Destacamos
El collage textil, o collage cosido, es la técnica a la que más tiempo ha dedicado en los últimos años la doctora en Bellas Artes ... y profesora de la Universidad de Murcia Silvia Viñao, artista murciana que pone su alma en todo cuanto emprende. Su reciente exposición en el Palacio Almudí de Murcia, 'Alquimias', fue una demostración de su capacidad para plasmar con un hilo y una aguja todo un alud de emociones.
Para este especial de Ababol dedicado a la participación de Gabriela Mistral en la serie dedicada al Centenario del Suplemento Literario (1923-1926) de LA VERDAD, Viñao recurre al collage textil como la mejor manera de llevar a la práctica las imágenes que le evocan las imágenes y metáforas de la escritora chilena. «Es un encargo precioso», estima Viñao, «porque me ha permitido conocer a una persona buena, con talento, luchadora... una mujer de cualidades excepcionales que no todo el mundo reúne. Creo que Gabriela Mistral tuvo la suerte de que se la dejó hablar».
En el Suplemento Literario de LA VERDAD solo hay textos de tres mujeres, y en su precedente, 'Página Literaria', solo hay traducciones de tres poetas italianas. «Hay personas con la cabeza muy bien amueblada, con una visión humanitaria y culta del mundo, y no tuvieron la misma oportunidad. Hay mucha más gente a la que no se escucha lo suficiente, y hacen mucha falta».
Mirar a América con otra perspectiva es una de las invitaciones que hace la poesía de Gabriela Mistral. Viñao ya había colaborado en otra ocasión con un poeta chileno, Dante Cajales Meneses. «Contactó conmigo por internet. Le gustó mi obra de 'La corriente del Tao' (Pictografía, 2013), con poemas de Soren Peñalver. Y, aunque no he tenido la oportunidad de viajar a Chile, en la distancia he tenido contactos. Me interesa muchísimo el mundo más primigenio, el de los indígenas, porque creo que es importante defender sus derechos, que los tienen como nación, como pueblos originarios. Si a nosotros nos invadieran hoy otros pueblos, se supone que nos defendería la OTAN. Pero nosotros sí los hemos invadido a ellos, y no tienen a nadie que les defienda, y te encuentras con que esos pueblos son los que viven en mayor precaridad y pobreza, y con mayores dificultades en cuanto al acceso al agua, de destrucción de su hábitat, de su ubicación en el mundo porque no consiguen adaptarse a otras culturas, también de desempleo...».
Esa pobreza, ese desemparo, esa destrucción de las culturas ancestrales, y la obligación de adoptar otros modos de vida que no son los suyos, es algo que preocupa a esta artista murciana, así como la protección y conservación de la naturaleza. «Destruir un medio de vida muchas veces no permite que puedan adaptarse a otro, y por eso he querido tener un guiño al mundo indígena en estas ilustraciones para Ababol», cuenta Viñao. En concreto, en una de las piezas muestra el rostro de un indígena en una rama encontrada en uno de sus paseos al aire libre. «Veo árboles con formas muy sugerentes pero, claro, esos árboles no te los puedes llevar. De modo que voy recogiendo en la naturaleza pequeñas cosas. Por ejemplo, esa ramita con la cara del indígena la tenía guardada, al menos, quince años. Puede que incluso más. Y le he querido dar forma de una cabeza de indio, manipulándola, y para mí es una especie de árbol tótem, como ese espíritu de la tierra del que Gabriela habla a veces. Una fusión primigenia entre el indio y la naturaleza».
No vive ajena al mundo: «Me pregunto si solo importa el negocio o hacerse rico, pero lo cierto es que vivimos en un mundo donde cada vez somos más pobres». Por eso alude en otra de sus ilustraciones a la cuchara, al lápiz y a la llave, que simbolizan los derechos humanos que Mistral defendía: «El derecho al agua y al alimento básico, que sería la cuchara; el derecho a la educación, ella crea escuelas nocturnas para trabajadores y es una gran pedagoga, de ahí el lápiz, y el derecho a la vivienda y a infraestructuras básicas para la vida, por eso la llave».
En la obra que ilustra la portada, por ejemplo, ha introducido la cara de una niña pintada en acuarela entre otros elementos cosidos a propósito de las 'Canciones de madre'. Inspirada en la estética de la época, el uso de los encajes, por ejemplo, simboliza ese entorno tradicional que algunos asocian «erróneamente» a la mujer.
En su mejor momento creativo, Silvia Viñao cree que todavía le quada todo por hacer. Pronto podremos ver el resultado de una exposición colectiva en la que ella hará de comisaria, que se realizará en Orihuela, y podemos encontrar una obra suya expuesta en 'Tributo a Valdivieso +150', una colectiva con autores contemporáneos de la Región de Murcia reunidos por Javier Lorente, que han interpretado la obra del pintor más representativo de Mazarrón, Domingo Valdivieso, uno de los mejores amigos de Eduardo Rosales.
«Me ilusiona colaborar con los artistas de mi generación, y lo que más me gustaría en este momento es poder llevar 'Alquimias', la última exposición que he podido mostrar en el Almudí, comisariada por Pedro Manzano, fuera de Murcia. Pero no es fácil. Al artista murciano le es difícil encontrar caminos fuera. El problema no es solo encontrar la sala, sino transportar la obra. Muchas veces nos encontramos con que todo en nuestro trabajo es a pérdidas».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El humilde y olvidado Barrio España: «Somos como un pueblecito dentro de Valladolid»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Especiales
Así se desbocó el urbanismo en La Manga
Fernando López Hernández
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.