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JOAQUÍN SALMERÓN-JUAN (y 119 firmas más de la Plataforma de arqueólogos, museólogos y otros técnicos relacionados con el Patrimonio Cultural de la Región y otros lugares de españa)
Martes, 23 de febrero 2021, 02:25
En el año 2001, tras un largo periodo de trabajos arqueológicos y debate social y político, el Ayuntamiento de Cartagena elaboró y aprobó, con gran ... consenso social y político, el Plan Especial de Reforma Interior del Cerro de El Molinete. Dicho plan contemplaba que el cerro y sus laderas fuesen una gran área de reserva dedicada a la investigación de la historia de Cartagena y la socialización de su riquísimo patrimonio. Ello se unía a la apuesta por convertir el patrimonio cultural e histórico en un vector esencial de la recuperación urbana, social y económica de la ciudad, gravemente afectada por la crisis de los años 90.
Con estas premisas, un grupo de arqueólogos, conservadores-restauradores y arquitectos están desarrollando en el Molinete desde el año 2008 un importante proyecto de investigación y recuperación patrimonial que se ha convertido en una referencia en el ámbito científico y profesional. Los resultados de las actuaciones en la cima (donde se halló un santuario y una muralla púnica, un santuario romano y parte de la muralla de Carlos I) y en la ladera sureste del cerro (donde se han recuperado las Termas del Puerto, el Edificio del Atrio, el Santuario de Isis y el Foro Colonial), a los que ahora hay que sumar el espectacular Museo del Foro Romano, han sido dados a conocer en decenas de publicaciones científicas, elogiados por expertos nacionales e internacionales, y en 2013 merecieron el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura. En el impulso y financiación del proyecto han participado el propio Ayuntamiento de Cartagena, la Región de Murcia, el Ministerio de Cultura y la Fundación Repsol, convirtiéndolo en un modelo de gestión patrimonial.
En este contexto, en 2015 se publicó un libro donde se hipotetiza que la totalidad del cerro del Molinete estuvo ocupado en época púnica y posteriores por un gigantesco palacio construido por el general cartaginés Asdrúbal, con siete plantas de altura y sin parangón alguno. Ni que decir tiene que cualquier arqueólogo tiene derecho a plantear sus hipótesis y también que éstas han de ser validadas por la crítica arqueológica. El debate científico siempre es sano y constructivo. En el caso que nos ocupa, la hipótesis del palacio no ha recibido apoyo alguno en el ámbito científico. Lo preocupante es que, desde hace años, el autor de esta hipótesis y un buen número de bots y algunos políticos y plataformas locales de escasa significación social, vierten constantes denuncias contra el equipo que trabaja en el Molinete ante la Justicia, las administraciones, los periódicos..., intentando desprestigiarlo y acusándole continuamente de expoliar el cerro y su patrimonio arqueológico.
Estos colectivos están intentando, mediante una campaña de desinformación, vincular la existencia de dicho palacio a las intenciones del Ayuntamiento de Cartagena de urbanizar tres parcelas en el barrio de la Morería, adyacente al cerro, donde las excavaciones solo han documentado la existencia de un barrio artesanal suburbano de época romana. Será la Corporación local la que decida el destino final de estas parcelas (los arqueólogos del Molinete jamás se han pronunciado al respecto) y no es lícito confundir a los ciudadanos haciéndoles creer que en ellas hay restos de un palacio, cuya supuesta existencia solo estaría en el cerro adyacente, o que se pretende construir en el propio cerro, que es un área protegida.
Por todo ello, una plataforma de más de 120 arqueólogos y profesionales del patrimonio cultural de toda España, así como de universidades de Italia, Portugal y Marruecos, queremos dejar constancia de nuestro apoyo a la labor del equipo de técnicos del Molinete. Reivindicamos el necesario respeto que se debe al trabajo de dichos profesionales que, día a día, recuperan y socializan un riquísimo legado patrimonial de todos. Y agradecemos el papel social que la inmensa mayoría de los profesionales de los medios de comunicación demuestran y les animamos a los que así lo hacen a seguir informando con rigor y exhaustividad sobre las cuestiones relativas a la arqueología y al resto del patrimonio cultural.
Señala Unamuno que «la ciencia nos enseña, en efecto, a someter nuestra razón a la verdad y a conocer y juzgar las cosas tal como son, es decir, como ellas mismas eligen ser y no como quisiéramos que fueran». Y los arqueólogos, como científicos, son y somos deudores de esta escuela de sinceridad y de profunda humildad unamuniana.
Quien hace lo contrario carece de ética deontológica, intenta confundir a los ciudadanos deseosos de conocer mejor su legado histórico, y se acaba practicando –como en este caso por parte de muy pocos– una arqueología de fantasía que desea dañar el buen nombre de profesionales de prestigio internacional y de la propia maravillosa ciudad de Cartagena.
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