![La película que salvó a Disney... y lo revolucionó todo](/xlsemanal/wp-content/uploads/sites/5/2025/02/mickey-mouse-fantasia-disney-1.png)
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Viernes, 07 de Febrero 2025, 13:03h
Tiempo de lectura: 4 min
Amplió el alcance del cine como entretenimiento y como forma de arte». Bajo este argumento, la Academia de Cine otorgó dos Oscar a uno de los filmes de animación más famosos de la historia. Se cumplen 85 años del estreno de Fantasía, el primer largometraje que combinó animación y música clásica, logrando a la vez una inédita sincronización entre los gestos y las acciones de los dibujos y los acentos, timbres y demás sonidos de la música.
Walt Disney cumplió así su sueño de elevar la animación a la categoría de arte, además de introducir al gran público en la animación abstracta. Logros que hoy pueden impresionar poco, pero que hace casi un siglo eran rompedores. Comenzando por la cantidad de personas implicadas en una producción animada: más de 1000 personas, sólo entre dibujantes y técnicos, para crear sus más de 500 personajes y su deslumbrante paleta cromática.
La música fue el elemento clave, dividiendo la cinta en ocho segmentos definidos por piezas de genios como Johann Sebastian Bach, Chaikovski, Dukas, Stravinski, Beethoven o Schubert. Composiciones como Tocata y fuga en re menor, El cascanueces, La consagración de la primavera o Sinfonía Pastoral marcaban el desarrollo, el estado de ánimo y los colores de cada uno para crear algo nunca visto hasta entonces.
Adaptar los locales, sin embargo, resultaba tan caro que la película no pudo tener un estreno nacional ya que, para poderla proyectar, era necesario adaptar cada sala al nuevo ingenio sónico. Esto implicaba –al precio de 85.000 dólares (unos dos millones de hoy) por teatro– instalar entre 30 y 80 altavoces, en función del local, por todo el perímetro del techo y detrás de la pantalla. Requerimientos que para la primera exhibición –a partir de 13 de noviembre de 1940, y durante 57 semanas, en el Broadway Theatre de Nueva York– obligaron al personal a trabajar veinticuatro horas durante una semana entera.
Para exhibir la cinta en todo su esplendor, Disney, en crisis ante la caída de popularidad de su gran icono, Mickey Mouse, inventó, además, un nuevo sistema de sonido: el Fantasound System, que por primera vez llevó el estéreo a los cines. «La música que antes salía de un altavoz detrás la pantalla sonaba aguda y retumbante –dijo Disney–. Nuestra idea era crear la ilusión de que la orquesta sinfónica real está tocando en la sala».
Ante la complejidad del proceso, la solución fue organizar una caravana itinerante que exhibió la cinta –con dos sesiones diarias, entradas más caras de lo habitual y sólo disponibles con compra anticipada– en cines previamente modificados de apenas trece ciudades de todo Estados Unidos. La demanda de entradas, eso sí, superó todas las expectativas. Tanto que las proyecciones se extendieron hasta febrero de 1942, alcanzando un récord de ocho meses en la cartelera del Geary Theatre de San Francisco.
El invento del Fantasound, no podía ser de otro modo, complicó al extremo la comercialización de la obra, pero la gran calidad del audio, acentuada por una banda sonora interpretada por la Filarmónica de Filadelfia, bajo la batuta de Leopold Stokowski, cambió para siempre la experiencia inmersiva del cine. «El público siente como si estuviera junto a Stokowski en el pódium», declaró Disney orgulloso.
Con todos estos elementos, y a pesar de las dificultades, Fantasía se convirtió en el acontecimiento cinematográfico del momento. Los elevados costes de exhibición, sin embargo, hicieron perder dinero a Disney. Aunque sólo inicialmente. A precios más populares y con una banda sonora mono, la película fue relanzada en 1942 (el primero de muchos reestrenos) y, entonces sí, se abrió camino: encumbrada por la crítica, acabó recaudando más de 80 millones de euros (unos 1700 millones de hoy), lo que la sitúa entre los 25 filmes con mayor recaudación de la historia. Sin duda, Fantasía estaba destinada a la grandeza.