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Un reciente estudio elaborado por un equipo de científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona reveló que la tela de araña es uno de los materiales con mayor resistencia de nuestra naturaleza. Tanto que es capaz incluso de superar las propiedades del Kevlar, la fibra ... sintética de pararamida con la que se elaboran los chalecos antibalas, y aguantar cinco veces más tensión que el mismísimo acero. Un potencial abrumador que, escapando ya de los tecnicismos científicos y arropándonos por las familiares y acogedoras manos de la metáfora, se puede trasladar con cierta facilidad al universo de los conciertos. Y es que, adaptando las conclusiones de este proyecto a los ejes principales de lo que sucede entre el escenario y los rostros que observan desde sus correspondientes asientos, descubrimos que hay directos que parecen elaborados con un sentido y hasta lenguaje arácnido. Es decir, con la intención de atraer al público de manera sigilosa y profunda, acechando con paciencia y tratando de leer las vibraciones de sus víctimas hasta que caigan en su red y el escape se convierta en utopía. Un método de caza e hipnosis donde cohabita la inteligencia, la estrategia y la frialdad por encima del impulso y el arrebato. Una técnica de captura que ejemplificó a la perfección Yann Tiersen en la que se presentaba como gran cita del primer y último domingo de esta edición de La Mar de Músicas.
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Con el Auditorio 'Paco Martín' del Parque Torres como infalible compañero de cacería, el músico y compositor francés planteó un concierto tan exigente como desafiante, tan fascinante como irritante, tan abrumador como desconcertante. Poco más de una hora de electrónica en permanente estado de búsqueda melódica, alcanzando su ansiado objetivo de la belleza hipnótica en muchas ocasiones, especialmente en su último y abrasador tramo, y fracasando estrepitosamente en algunos momentos que llevaron a numerosos asistentes a abandonar su asiento mucho antes del desenlace del espectáculo. Es lo que tiene apostar todo a doble o nada, a la libertad absoluta y a la defensa férrea del presente, no concediendo espacio alguno al pasado. Lo sentimos, Amélie. Sin embargo, quienes aguantamos hasta el final, muchos más que quienes abandonaron el barco intuyendo un naufragio que nunca llegó a suceder pese a los vaivenes, fuimos recompensados con algunos instantes realmente inspirados, los cuales se elevaron a la categoría de memorables gracias a una grandiosa puesta en escena. Tanto las dos pantallas en las que se proyectaban las fascinantes imágenes que acompañaban los temas como el grandioso trabajo de luces bien valieron esos momentos por el desierto del sopor que marcaron algunos pasajes de un concierto que, para bien o para mal, no dejó indiferente a nadie. Y eso, en el fondo, siempre es digno de admiración. El amor y el odio al compás de la electrónica que mece el presente tanto de Yann Tiersen como de su colaboradora y esposa, Émile Quinquis, quien ejerció de telonera con una actuación que, manteniendo la coherencia con lo que vendría después, se movió entre el gélido esplendor y la intrascendencia.
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Con 'Miss Colombia', su tercer disco tras los notables 'Color' y 'La Papessa', Lido Pimienta entregó su obra más completa, imaginativa y estimulante hasta la fecha. Un trabajo que redefinía la contundente personalidad de la colombiana, añadiendo además nuevos colores sonoros a su discurso creativo, sin hacer que se perdiera ni una sola de las señas de identidad que hacen de ella una de las artistas esenciales del actual panorama musical latinoamericano. Pues bien, todo lo que funcionaba de manera deslumbrante en el estudio crece todavía más sobre un escenario del que Lido Pimienta se apropia de la primera a la última nota, ya sea contando su hilarante opinión sobre la monarquía española, defendiendo el derecho al aborto o analizando el verdadero sentido de la amistad en base a las fotos que subimos a las redes sociales. Tono distendido, carisma indiscutible, maravilloso sentido del humor y fuerza a raudales con el que la artista consiguió superar una circunstancia tan adversa como la pérdida en el aeropuerto de los instrumentos de su banda, situación solventó tirando de actitud y vozarrón, sin olvidar la valiosísima ayuda de Brandon Valdivia a la percusión. Así, solos ante el peligro, la pareja logró entregar el concierto más redondo de la jornada gracias a joyas como 'Quiero que me salves', 'Resisto y ya' y 'Nada', triplete de oro de su citado último trabajo, o 'Agua' y 'Quiero jardines' como espectaculares representantes de su pasado. En definitiva, un fabuloso concierto que terminó con el Patio del Antiguo CIM al completo rendido a los pies de una artista a la que seguro volveremos a ver en La Mar. Escrito queda.
Y ya que hablamos de escenarios, el de la Plaza del Ayuntamiento volvió a reivindicarse como un lugar especialmente dado al encuentro y disfrute general, algo a lo que ayuda de manera clave la particularidad de que esté abierto de manera gratuita al público. Por eso, una propuesta tan festiva y gozosa como la del trío dominicano Mula se planteaba como opción ideal para ocupar ese espacio durante la tarde del domingo. Y el acierto fue pleno. Y es que, aunque el sol todavía desafiara con una rabia impasible a la piedad, pudo más la energía desatada por el pop electrónico fundido en merengue y reggaetón de canciones como 'Fugitiva', 'La cura', 'Ciborg' o una 'Delirio' que hizo honor a su título. Un soplo de aire fresco musical que nos empujó a convertir la calle de la ciudad portuaria en pista de baile donde principiantes y expertos nos unimos bajo el embrujo del ritmo irrefrenable.
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Por último, conviene resaltar el precioso concierto con el que se abrió la jornada en el Real Club de Regatas, espacio arropado por el fuerte calor del mediodía que, sin embargo, encontró sensaciones similares a las de una suave brisa en la delicadeza de Firmado, Carlota. Ya fuera con temas propios tan cautivadores como 'Tarde', '20 minutos' o 'Noquierotuamor', todos ellos incluidos en su estupendo debut, 'Buenas y malas decisiones', o con destacadas versiones de Love of Lesbian ('La niña imantada') y Phoebe Bridgers ('Waiting room'), el proyecto artístico de la murciana Carlota Cabrerizo se confirmó como una de las propuestas más prometedoras de la escena regional. Y tan resistente en su capacidad ensoñadora como, efectivamente, una tela de araña.
Artistas: Firmado, Carlota/MULA/Lido Pimienta/Yann Tiersen
Dónde y cuándo: Real Club de Regatas/Plaza del Ayuntamiento/Patio del Antiguo CIM/Auditorio Paco Martín del Parque Torres
Calificación: Bueno/Bueno/Notable/Correcto
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