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El senegalés Youssou N'Dour, exministro de Cultura de su país y uno de los africanos más reconocidos, ayer, en Cartagena. J. M. Rodríguez/ agm

La Mar de Músicas: En el calor de la noche

Youssou N´Dour corona con un fabuloso concierto la jornada más redonda hasta el momento de la vigésimo séptima edición del festival

Martes, 19 de julio 2022, 03:05

Cuando la madrugada esquiva cualquier atisbo de brisa generosa. Cuando la humedad se revela organizadora del asalto a la resistencia. Cuando sueñas con aceras cargadas de olas, pendientes trazadas al revés y ascensores con vistas al respiro. Cuando aceptas la derrota frente al calor incesante ... y te rindes frente al castillo de arena y sudor de las temperaturas que no negocian treguas. Cuando a la inspiración le tiembla la tinta por el ardor. Justo ahí, en el calor de la noche, es cuando la música demuestra su incomparable potencial para revertir la situación. Y la cuarta jornada de La Mar de Músicas 2022 refrendó con numerosos y cautivadores ejemplos esta teoría.

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Cuarta jornada de La Mar de Músicas

  • Artistas: Adiós Noviembre/Alex Ferreira/Eliades Ochoa/ Youssou N´Dour

  • Dónde y cuándo: Real Club de Regatas/Plaza del Ayuntamiento/Patio del Antiguo CIM/Auditorio Paco Martín del Parque Torres

  • Calificación: Bueno/Notable/Sobresaliente/Sobresaliente

Comenzamos el desordenado recuento desde el mejor de los escenarios: el Auditorio 'Paco Martín', un lugar cuya atmósfera, por si quedaba alguna duda despistada por el camino, juega un papel tan fundamental como el de la propuesta artística que nos empuja a ascender su desafiante cuesta. Y si no que se lo digan a Youssou N´Dour, flamante ganador del premio La Mar de Músicas 2022, quien supo aprovechar cada una de las esquinas del ilustre recinto para generar una de esas atmósferas de concierto en las que uno sueña poder dejar su maleta, ubicarse cómodamente y quedarse a vivir sin pensar en nada más allá del aquí y el ahora.

El suyo fue un directo a su altura, es decir, al nivel de un icono mundial cuya influencia social y obra artística difuminan límites terrenales, unificando los puntos del mapa más alejados, acercando culturas desde el más puro gozo y creando puentes de belleza inoxidable capaces de soportar el peso del tiempo que vuela y las huellas que pesan. Acompañado por la impresionante Súper Etoile de Dakar, banda fundada hace cuatro décadas a la que resulta imposible encontrar un mínimo gesto de cansancio, el artista senegalés brindó un espectáculo que levantó al público de sus asientos desde prácticamente el primer minuto cantando y haciendo cantar, bailando y haciendo bailar, disfrutando y haciendo disfrutar.

Sonoridades africanas de raíz que se fundieron con estilos tan diversos como el pop, el funk o el R&B contemporáneo para moldear un huracán de música que nos caló hasta el alma, conmoviendo con canciones como 'New Africa', 'Xale' o la preciosa '7 Seconds', la cual ejerció de cierre perfecto, y proyectando un entusiasmo y luminosidad a prueba de ruidos externos con momentos de fiesta general de la talla de 'Happy' o 'Birima'. Para no reincidir en el halago, el resumen sería que salimos del concierto de Youssou N´Dour mucho más felices de lo que entramos. Y esa sensación siempre se ha descrito mejor con los recuerdos que quedan que con las palabras que pueblan el folio en blanco.

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El arte de la canción

Eliades Ochoa. J. M. Rodríguez/ agm

La vigencia no tiene que estar unida de manera indispensable al talento natural o a la calidad de la obra de un artista. Por eso, cuando se cambian las tornas y genios de la talla de Eliades Ochoa siguen conectando con millones de personas década tras década, la ilusión se multiplica hasta niveles insospechados. Es extraño de explicar, pero uno siente algo parecido al orgullo, más allá de experimentar el placer puro y duro de acudir a la llamada en directo de un maestro, cuando asiste a un concierto como el que nos regaló el legendario guitarrista de la imprescindible Buena Vista Social Club en el Patio del Antiguo CIM. Puede que su reciente y maravillosa colaboración en 'El Madrileño', la obra maestra de C. Tangana, tenga algo de culpa, pero eso es lo de menos, lo que realmente importa es comprobar como la edad fue un mero e inevitable trámite a la hora de deleitarse con una velada tan excelsa a nivel musical y emocional como la que nos brindó el cubano. Apoyado en un repertorio cinco estrellas donde no faltaron piezas fundamentales como 'El carretero', 'Ay Papacito (Son Montuno)', 'El cuarto de Tula' y el himno 'Chan Chan', todas ellas acogidas entre los brazos de una banda adjunta al término impecable, Ochoa protagonizó un reencuentro con la misma esencia del arte de la canción, reivindicando sin estridencias y con toneladas de disfrute el poder de la misma para sanar, conquistar y anclarse en la memoria. Y ahí queda ya su extraordinario concierto en esta Mar de Músicas, en la colección de recuerdos imborrables.

Adiós Noviembre. Antonio Gil/ AGM

Un archivo en el que seguro que también guardaron su concierto en el Real Club de Regatas los miembros de Adiós Noviembre, banda cartagenera que cumplió con creces en su primer partido grande en casa. Capaces de sobreponerse a unos problemas técnicos que les obligaron a parar durante unos minutos, el grupo irradió en todo momento la ilusión de quienes combinan los capítulos iniciales con la experiencia que aporta el trabajo duro y la constancia en el camino de escenarios. Partiendo de un sonido compacto con referencias claras al pop/rock que ha marcado gran parte del panorama nacional durante los últimos años, con puntuales y agradecidos destellos de funk, Adiós Noviembre transitan terrenos que no por conocidos resultan menos disfrutables. Ahí están para certificarlo temas tan notables como 'Eco' y 'Salto mortal', coreados por el numerosísimo público asistente con devoción, o la emocionante nana escrita para su bebé por Alejandro Rodríguez, entregado y más que convincente frontman. En definitiva, una banda con entusiasmo, actitud, hambre, presente y futuro.

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Calidez dominicana

'En lo que llega la primavera'. Así se llama el último trabajo de Alex Ferreira, pero bien podría utilizarse para definir la misma esencia de su música, pues hablamos de unas canciones y textos que desprenden el aroma de lo cotidiano, la belleza del detalle y la calidez del amor a primera melodía. Y así se presentó el cantautor dominicano en Cartagena, cargado de temas con los que vestir la Plaza del Ayuntamiento de cálidas armonías y estribillos de encanto infalible como los que presentan 'Te tengo que meter en mi vida', 'Iba yo pasando', 'Lo tuyo no tiene madre', o las deliciosas 'No se rompe', con guiño a Alejandro Sanz incluido, y esa joya del repertorio titulada 'Me la saludan'. Y así el asfixiante verano se convirtió durante un buen rato en la viva imagen de la primavera. Uno de esos trucos de magia que solamente se ven, disfrutan y escuchan en un festival como La Mar de Músicas.

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