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Para circular por carretera, el coche necesita pasar cada cierto tiempo la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Un examen donde se comprueba que el vehículo cumple con las normas de seguridad y emisiones contaminantes. Los técnicos verifican que no presenta ningún fallo que pueda poner en peligro la seguridad vial.
Pero muchos se preguntarán qué partes del coche se revisan en la ITV que es obligatoria cada dos años hasta que tengan 10 años de antigüedad . Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) enumeran todos los componentes de los vehículos que se inspeccionan para que tengan el permiso de circulación. Una acreditación que se traduce en una pegatina que los conductores deben llevar colocada en la luna delantera.
- Identificación del vehículo. En la ITV no solo se fijan en el estado del coche. También es importante que la marca, modelo, número de bastidor y matrícula del vehículo coincidan con los que indica en la documentación del vehículo que se presenta. Cuando se concierta una cita para el examen también se debe entregar los originales de la Tarjeta de Inspección Técnica y del Permiso de Circulación.
- Carrocería. La parte exterior del vehículo» no debe presentar defectos de oxidación y/o corrosión en elementos que afecten a los sistemas de seguridad ni aristas que puedan causar lesiones a los peatones«. Por ello, se prueban elementos para comprobar que elementos como los limpiaparabrisas y las puertas funcionan correctamente. Tampoco puede faltar ningún retrovisor y deben estar en buenas condiciones. Al igual que los cristales que deben estar homologados y sin daños que afecten a la visión en la conducción.
Interior. Durante la revisión en la ITV se examinan los asientos para comprobar que están bien sujetos a la carrocería. En caso de incorporar sistemas de retención infantil, los técnicos se fijarán en que sean los apropiados para la seguridad de los más pequeños. En este sentido, no puede haber elementos que impidan u obstaculicen la visibilidad. También el funcionamiento del antihielo, antivaho y del antirrobo y velocímetro son revisados.
Alumbrado y señalización. A través de una herramienta que recibe el nombre de regloscopio se inspecciona el estado de las luces de cruce y carretera. Tanto los elementos de señalización e iluminación deben estar homologados y que cumplan la normativa de Tráfico.
- Emisiones. Los técnicos comprueban que el vehículo no supere el límite máximo de emisiones dependiendo de la fecha de fabricación y del tipo de combustible empleado. También es crucial su impacto en la contaminación acústica para que no exceda el ruido permitido.
- Frenos. Los frenos son un elemento importante para la seguridad. Por eso su revisión es muy exhaustiva: su funcionamiento, desde el pedal y hasta el bombín de la rueda.
- Dirección. Al volante también se le hace una inspección completa para constatar que no presenta fallo en su funcionamiento. Para ello, la columna, la caja de dirección, toda la timonería y las rótulas del mecanismo de dirección del vehículo deben estar en buen estado.
Ejes, ruedas, neumáticos y suspensión. Se comprueba el estado de todos estos elementos. Los neumáticos deben estar homologados y ser los indicados para el modelo del vehículo. Asimismo, se inspeccionan los componentes de la suspensión, sus fijaciones, daños, fugas o protecciones.
Motor y transmisión. En esta parte del vehículo se presta mucha atención a que el motor no tiene pérdidas de aceite. Así, también se comprueba los anclajes, la batería, el depósito de combustible, tuberías, sistema de escape, el estado de la transmisión y sus posibles pérdidas.
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