Hallan muerta a la desaparecida en Burgos y detienen a su pareja

La Policía Nacional ha detenido esta pasada madrugada al marido de Andrea Bejarano, la mujer desaparecida en Burgos, como presunto autor de un delito de homicidio tras localizar el cuerpo sin vida de la mujer.

Según confirman fuentes policiales, el hombre, sobre el que ya había sospechas de estar involucrado en la desaparición, confesaba al filo de la pasada medianoche haber matado a quien fuera su esposa y ha indicado a los investigadores dónde se había desprendido del cadáver de la mujer, que ha sido localizado en un paraje cercano a la localidad de Salinillas de Bureba, a unos 40 kilómetros de Burgos capital.

Según ha confirmado el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente, el crimen se produjo en el domicilio de la víctima y su asesino confeso, su pareja, la trasladó hasta un «paraje junto al río». , un lugar con «vínculos sentimentales de los dos». El hombre se afanó en la tarea de esconder el cadáver de la mujer «en un lugar muy bien oculto» para dificultar su localización.

El detenido, que no tenía ningún tipo de antecedentes por violencia de género u otros supuestos, se encuentra ahora mismo retenido en dependencias policiales a la espera de ser puesto a disposición judicial como presunto autor de un delito de homicidio. La investigación , en todo caso, sigue su curso con el objetivo de concretar los detalles de lo ocurrido.

Andrea Bejarano fue vista con vida por última vez el pasado domingo 16 de marzo. La mujer, de 34 años de edad y originaria de Colombia, llevaba afincada en Burgos desde hacía varios años, trabajaba en el Laboratorio de Microbiología del Hospital Universitario (HUBU) y tenía un hijo de 7 años con el presunto asesino.

Fue la propia familia de la mujer la que denunció la desaparición, activando a partir de ese momento un dispositivo que ha culminado esta madrugada con el hallazgo del cadáver y la detención de su pareja, según informa 'Burgosconecta'.

Sus allegados no se explican el porqué de este asesinato machista a manos de su marido. «Siempre sonriendo, siempre viendo el lado positivo de las cosas», así la recuerdan.

También rememoran a su hijo, Alex, al que Andrea se dedicaba en cuerpo y alma. «Desde que se levantaba hasta que se acostaba y durmiendo estaba pensando en cómo mejorar» la vida de su pequeño, confiesan. La vida de Andrea «estaba destinada al agradecimiento y a la felicidad», según explican sus allegados, quienes califican de «tremendo» que su marido haya confesado su asesinato en Burgos.

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