Cómo congelar y descongelar pan para que esté como recién sacado del horno

Los amantes del pan como acompañamiento perfecto de las comidas buscan el truco para que este alimento se conserve durante el mayor tiempo posible. Congelar el pan como medida para evitar el desperdicio cuando se compra más del que se consume o si te has planificado así para no tener que volver a ir a comprar en varios días. Siempre que se haga como es debido este truco es muy útil. Son muchos los expertos en alimentación que comparten los trucos para congelar y descongelar el pan y que, cuando se ponga encima de la mesa, esté como recién salido del horno.

El tipo y la calidad del pan que se desea congelar influyen en cómo es el proceso y el resultado. Los panes caseros o los elaborados con masa madre recién horneados aceptan mejor el proceso de congelación. La clave reside en mantener las humedades correspondientes a cada uno de los elementos. La miga debe mantenerse elástica y tierna, mientras que la corteza exterior debe permanecer seca para conseguir un pan crujiente a la hora de comer. Esto depende tanto de cómo se congela el pan que de cómo se descongela.

Siempre que se trata de pan fresco, y no pan industrial previamente congelado y vendido recién horneado tras la congelación, se debe proteger bien en film transparente o en bolsas de congelar alimentos con cierre hermético, y siempre nada más comprarlo, sin esperar que pase un día. Además, no debes utilizar el papel en el que se compra.

Al proteger el pan con el film transparente o con la bolsa zip, se aísla al pan del resto de olores del congelador y se evita que las temperaturas de conservación quemen literalmente el producto. Eso sí, no se recomienda dejar un pan congelado más de tres meses. Los panaderos explican que no existe gran diferencia entre congelar el pan en rebanadas, en trozos o entero.

El siguiente momento importante para conseguir un pan crujiente es la descongelación. Los expertos apuntan al horno como método para descongelar pan más seguro y poder mantener todas sus propiedades. En el caso de que prefieras dejarlo al aire libre, debes dejarlo protegido. No lo metas a la nevera ni utilices el microondas, ni aunque selecciones la opción de descongelación. Con el calor del horno, la corteza del pan pierde esa humedad adquirida durante la congelación y consigue estar crujiente.

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