Agustín Ramos: «Me iré si viene alguien que lo haga mejor que yo»

No ha sido el Agustín Ramos de otras veces. El presidente del Real Murcia se mostró más sosegado, menos vehemente que en otras comparecencias públicas, a la hora de explicar qué ha pasado para que el acuerdo con Felipe Moreno haya saltado por los aires justo antes de su firma: «El pacto está roto al 99% y el más perjudicado soy yo. Estoy decepcionado porque la ruptura no es por mi culpa», aseguró en una sala de prensa donde estaban casi todos sus personas de confianza, desde Antonio Pedreño hasta la consejera María del Mar Carrillo o directivos como Paco Miró, Antonio Martínez y Antonio Rubio.

Ramos reconoció que «no había confianza entre Felipe y yo, demasiadas cláusulas, no confiábamos el uno en el otro». El actual presidente reconoció que existió un primer borrador hasta la llegada del contrato definitivo y que contenía «cláusulas inaceptables» y que «no lo vi claro». Las discrepancias pasaban por la no aceptación de Ramos de la figura del abogado Andrés López como mediador entre ambos en caso de conflicto: «Si nos llevamos bien, ¿para qué vamos a necesitar un árbitro?», dijo el empresario dedicado a las telecomunicaciones que además aseguró que Felipe Moreno no estaba dispuesto a hacerse cargo de deudas que aparecieran por sorpresa, que no estuvieran en el balance.

La desconfianza es la nota predominante en esta ruptura, ya que según Ramos «no había una fecha para que retirara los pleitos» en contestación al comunicado «inesperado» de Moreno en el que aseguró que retiraría estos cuando entrara al club y una vez que ejecutara la opción de compra definitiva sobre los derechos de García de la Vega. Además aseguró que en el club ha habido «necesidades y él no ha puesto un duro» y que el Real Murcia seguirá «con Felipe o sin Felipe, hay personas que están deseando entrar. Hemos puesto el club en valor, en año y medio hemos demostrado que somos capaces», reconoció.

Pero lo paradójico es que al mismo tiempo reconoció que «estoy cansado, ya no tengo la misma ilusión con la que empecé. Pongo la presidencia a disposición para alguien que lo pueda hacer mejor que yo, algún accionista preparado». De hecho, es la primera vez que el empresario de Abarán insinúa que su final al frente del club grana podría estar cerca: «Estoy dispuesto a dar un paso atrás, que me paguen el precio que acordemos por mis acciones y que cojan el club con todas las consecuencias», dijo. Seguramente tiene mucho que ver que entre mañana y pasado hay una junta en la que «puede pasar de todo, voy a ser feliz tanto si los accionistas aprueban mi gestión como si no».

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