Raúl Moro sigue con su hoja de ruta y ayer, a través de un comunicado, aseguró que «como dueño del 84,2% de las acciones del Real Murcia quiero hacer público que he procedido a vender mi paquete accionarial a la empresa Gálvez Brothers», un anuncio llamativo ya que la propia firma oriolana, en un comunicado emitido el pasado 15 de marzo, aseguró que «no existía motivación mercantil» detrás del pago de una nómina efectuada antes de esa fecha, además de añadir posteriormente que no existía, por entonces, «la pretensión de asumir la gestión del club».
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El empresario extremeño, incluso, se despidió de la afición grana: «Espero y deseo tener que volver a Murcia a disfrutar solo de los éxitos deportivos del Real Murcia, pues ello significará que tanto el club como Raúl Moro han conseguido lo que les prometieron. Se despide un expropietario del Real Murcia, expresidente del Real Murcia y exconsejero del Real Murcia para ser un abonado y un fiel seguidor. Y me despido sin una sola mentira, sin una sola amenaza, con el corazón agradecido a Murcia y a los murcianos», asegura el extremeño.
En su comunicación, Moro explica, bajo su punto de vista, todo lo que ha pasado en el club grana desde el 3 de diciembre, asegurando que García de la Vega «conocía la situación real, actual y futura de esta entidad». Añade que sabía que tenía que hacer «un ingreso de forma urgente en las arcas del club de entre 400.000 y 600.000 euros». Moro asegura además que con el paso de los días se «percató de los sucesivos incumplimientos, no solo económicos, sino también con el contrato firmado para la opción de compra», de De la Vega, en alusión a una supuesta cláusula de confidencialidad. El expresidente grana cuenta su versión de los hechos: «El pasado 7 de marzo de 2018 el señor De la Vega, después de llevar cuatro meses en el club sin aportar los recursos necesarios para terminar la temporada, viendo que ha perdido sus derechos de intermediación en México y ante el miedo a perder la opción de compra, decide dar un puntapié adelante y notificarme que quiere ejecutarla. La realidad es que no se daban los requisitos formales para ejercer dicha opción de compra y es por ello que el pasado día 12 de marzo de 2018 asistí al notario para rescindir dicha opción», afirma.
Según Moro, después de su movimiento para deshacerse de García de la Vega, procedió a «pagar nóminas de jugadores y personal técnico a través de un grupo de empresarios murcianos que muestran su preocupación e interés por la entidad», en alusión a Gálvez Brothers, quién desde la pasada semana tiene un asiento en el Consejo de Administración grana. Moro dice que, desde entonces, se ha dedicado a «denunciar las actitudes intolerables que este Consejo ha tenido que sufrir en las últimas semanas».
Además de cargar contra el mexicano, Moro acusa a Juan Merino y Gabriel Torregrosa, dos consejeros del club, de cometer una ilegalidad al solicitar al Consejo a «inscribir en el libro de socios a Iconos Nacionales -empresa de De la Vega- como socio del Real Murcia. La ilegalidad radica en que, según el artículo 16 del Real Decreto 1251/1999, no reúne las condiciones para dicha inscripción pudiendo los firmantes incurrir en una ilegalidad», afirma.
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