R. C.
Madrid
Viernes, 11 de abril 2025
El exlíder de Podemos Pablo Iglesias ha manifestado este viernes que la formación morada debe volver al Gobierno y, para él, la mejor prueba de ello es que precisamente los socialistas no les quieren. Al mismo tiempo ha cargado duramente contra la «izquierda sindical» que apela a un pacto bipartidista para aprobar unos nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE). «Váyanse a la mierda los delegados sindicales que defienden eso», ha lanzado durante la quinta asamblea ciudadana de la formación morada en una alusión velada a unas declaraciones previas del secretario general de CCOO, Unai Sordo.
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Acto seguido, quien también fuera vicepresidente segundo del Gobierno la legislatura pasada ha subrayado que Podemos es el único partido que se atreve a decir que la «democracia liberal es una mentira», que las instituciones «no son neutrales» y que las «élites judiciales son militantes de derechas dispuestos a utilizar el derecho para perseguir sus fines políticos». Asimismo, en un tono igualmente severo ha rebatido a la izquierda que dice que los jueces son independientes o los periodistas son neutrales y «no se le cae la cara de vergüenza».
Iglesias ha defendido que Podemos siempre dijo que quería construir una izquierda de poder y por eso querían estar en el Ejecutivo, algo que sigue siendo su aspiración pese a ahora están desplazados por Sumar, informa Europa Press. «Claro que vamos a estar en el Consejo de Ministros con el PSOE, pero la mejor prueba es que no quieren que estemos y si no quieren que estemos es que tenemos que estar. Esa es la mejor prueba», ha ahondado.
A continuación ha llamado a la movilización y la organización en todos los ámbitos para que la izquierda esté en «todos los lugares de poder», una lección que viene de América Latina y del «peronismo», que supo ver que la política es más que ir a las lecciones sino que trata de un proyecto cultural y dar la «pelea» en todos los ámbitos del Estado. «La política no va de democracia liberal, va de poder», ha apostillado.
En una comparativa bastante llamativa y curiosa, ha afirmado que hay una institución de la derecha a la que admira y es el Opus Dei. Ha querido justificar esas palabras en que es un movimiento basado en organizar «cuadros de mando» para los «llamados a ser los jefes de las empresas y los ministros cuando gobiernan».
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Frente a ello, ha criticado que la izquierda tradicional renunció a esa tarea. Por eso se ha preguntado cómo los sindicatos, cuando tenían millones de afiliados, no lanzaron cooperativas para disputar el poder económico, fomentaron medios de comunicación o promovieron una Escuela de Estado para formar y becar a militantes de izquierda que opositen en la judicatura, por ejemplo.
A su vez, el ex número tres del anterior Gabinete de Pedro Sánchez ha agregado que él ha desplegado un medio de comunicación (Canal Red). Además, ha impulsado un 'crowdfunding' para ampliar la taberna Garibaldi, local de hostelería del que es socio, no «para ganar dinero» -según él- sino para generar espacios e instrumentos que den la batalla cultural desde la izquierda.
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«Si quisiéramos ganar dinero hubiéramos pedido trabajo a Pepe Blanco (quien fuera ministro de Fomento en la etapa del socialista José Luis Rodríguez Zapatero), como hacen otros», ha apostillado para en alusión al exministro Alberto Garzón, quien se iba a incorporar a la consultora Acento aunque al final declinó esa opción.
También ha opinado que tampoco se soportaba de Podemos que apostara por incluir «militares, policías y guardias civiles» en sus filas, dado que una parte de la izquierda, la misma que «no dice ni pío ahora que está en el Gobierno» gracias a ellos -en referencia a Sumar- les decía que no podía contar con el que fuera Jefe del Estado Mayor (Jemad) Julio Rodríguez y que eran unos «radicales».
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«Esa misma izquierda sindical que dice ahora que lo que tiene que haber es un pacto entre el PP y el PSOE para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Váyanse a la mierda los liberados sindicales que defienden esto», ha espetado. A su vez, ha manifestado que ante el avance de la ultraderecha es «estúpido» proponer un «gran acuerdo» en torno al «mal menor», dado que a su juicio la forma de enfrentarlo es lograr una propuesta de «máximos».
De esta forma, Iglesias ha clamado que la respuesta debe ser «nacionalización» de empresas estratégicas y más empresas públicas, la reforma de los medios de comunicación para que no sean un «privilegio exclusivo» de los multimillonarios, la salida de España de la OTAN y sacar de Europa las bases militares nortamericanas.
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«Para enfrentar a la ultraderecha más Estado y más derecho, para que todo el peso de la ley caiga sobre los ricos y los fascistas», ha reclamado el exlíder de Podemos. A su juicio, pese a las diferencias programáticas, discursivas o ideológicas, la extrema derecha tienen un elemento que la une: la concepción de que en política la lucha ideológica se da en los medios de comunicación. Y también su «anticomunismo», un «viejo fantasma» que, a su juicio, les sirve para destruir los sindicatos, los servicios públicos o la participación pública en las grandes empresas estratégicas.
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