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Fue el presunto depredador sexual de la Escuela de Tauromaquia de la Región de Murcia, José María O. L., quien tras ser detenido facilitó a la Policía Nacional las claves de sus teléfonos móviles, en un gesto de aparente colaboración con la investigación que puede ... acabar costándole muy caro. Quizás confiaba en que los investigadores no lograran rescatar material comprometedor alguno de esos dispositivos –en alguno de ellos, toda la información había sido borrada–, o es probable que estuviera convencido de que no tenía sentido negarse a facilitarles el trabajo, ya que de una forma u otra, antes o después, habrían conseguido acceder a los archivos.
Lo cierto es que las diligencias de la 'Operación Estoque', en las que se reúnen las pruebas de las supuestas agresiones y abusos sexuales a más de una decena de alumnos de la Escuela Taurina por parte de quien ejercía como su profesor, revelan que los especialistas de la Brigada Provincial de Policía Científica lograron recuperar gran cantidad de vídeos y fotografías de contenido pornográfico –al menos 77 archivos–, que habían sido borrados por el acusado. Los expertos de la Jefatura Superior de Policía dejan constancia en un atestado de que, en total, extrajeron 34 fotografías y 84 vídeos de un teléfono marca Redmi intervenido a José María O. L. durante el registro de su domicilio. Una parte de esos documentos no tienen trascendencia para el caso, pero en cambio hay 43 archivos (39 vídeos y 4 fotografías) que ofrecen imágenes sexual muy explícitas sobre una de las víctimas, que tenía 16 años cuando se iniciaron las supuestas agresiones sexuales. Además se han recuperado otros 11 archivos de vídeo sobre otra de las alumnas, que en este caso tenía solo 11 años cuando fue presuntamente violada en varias ocasiones. Las agresiones se perpetraron en dependencias de la plaza de toros.
Las gestiones policiales han permitido identificar plenamente a las dos chicas. En el primer caso no ha resultado especialmente complicado hacerlo, toda vez que en algunos vídeos aparece su rostro e incluso el del presunto agresor sexual, que accidentalmente aparece en las imágenes mientras graba los actos sexuales. Algunos vídeos recopilan conexiones virtuales en las que José María O. L. insta presuntamente a la muchacha a enseñar sus genitales a la cámara y a adoptar diversas posturas eróticas.
Otros de estos archivos muestran incluso a la adolescente realizando sus actividades fisiológicas en el baño de su casa.
En el caso de la víctima de menor edad, la identificación ha sido posible gracias a las declaraciones de la afectada y al análisis de sus ropas –entre ellas, el chándal y el polo oficial de la Escuela Taurina de Murcia– y a sus zapatillas deportivas, que la niña ha reconocido como propias y que, por conservarlas aún en su domicilio, ha entregado a la Policía. Uno de estos archivos tiene particular trascendencia probatoria, pues ofrece una grabación de la pantalla de un ordenador en la que se está reproduciendo un vídeo de una violación a la chiquilla, y en el arranque del documento se aprecia claramente el rostro del maestro de la Escuela Taurina. La película recoge en apariencia su propio pene en el momento de la penetración.
Igualmente, en otro de los vídeos la Policía afirma que se escucha claramente la voz de José María O. L. y se identifican dependencias de la plaza de toros.
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Los especialistas policiales también han recuperado otros documentos de interés, como capturas de pantalla sobre vídeos de supuesta pornografía infantil, en un caso referidos a una joven y, en otro, a una chiquilla «claramente de corta edad».
Estos datos, que apuntaban a la posible existencia de ordenadores u otros aparatos de almacenamiento de archivos que pudieran contener material incriminatorio, llevaron a la juez a ordenar un nuevo registro en el domicilio del acusado. La diligencia se saldó con la intervención de un ordenador, una 'tablet', otros dos teléfonos móviles, un pendrive, una máquina de fotos y varios CD, que también están siendo analizados por la Brigada de Policía Científica para determinar si contienen material de interés.
Los atestados elaborados por los especialistas de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía alertan de la existencia de un canal de YouTube presuntamente asociado al sospechoso de las agresiones y abusos sexuales en el seno de la Escuela de Tauromaquia de Murcia. El hallazgo de este canal se produjo después de la detención del presunto pederasta, cuando los agentes inspeccionaban las redes sociales vinculadas a José María O. L. y se toparon con un comentario que señalaba: «Muy turbio el canal de YouTube de este señor (sigue abierto), donde tiene una lista de reproducción de vídeos en los que hay algunos un tanto extraños». Seguidamente indicaba la dirección de internet para acceder a los mismos.
Los investigadores pincharon en ese enlace y constataron que realmente había un canal a nombre del sospechoso, abierto a cualquier persona sin necesidad de invitación o clave y que curiosamente estaba radicado en Irlanda. En una lista de reproducción con el nombre de 'Poveda' se almacenaban 29 vídeos, de los cuales tres llamaron la atención de los agentes por su contenido sexual explícito. En uno de ellos, que llevaba la leyenda introductoria «el contenido de este vídeo normalmente hará sentir extremadamente incómodos a los padres», va dirigido a los adolescentes, animándoles a conocerse a sí mismos antes de iniciarse en las relaciones sexuales.
Otro muestra los cambios del pene durante la pubertad, con una sucesión de imágenes sobre los genitales masculinos, y el tercero –de origen chino– se centra en una mujer de aspecto adolescente a la que otra le está depilando el vello púbico.
El descubrimiento de este canal y la constatación de que algunos contenidos tenían carácter sexual llevaron a la titular del juzgado de Instrucción número 9 de Murcia, Olga Reverte, a requerir a YouTube toda la información referente al mismo, con el fin de confirmar si realmente lo gestionaba el sospechoso y determinar si pudo servir para publicar algún material ilícito. En apariencia, el juzgado está todavía a la espera de la respuesta.
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