El incierto futuro de la hostelería

No seré el único ni la única que se ha acordado de bares y restaurantes durante el estado de alarma confinados en casa.

La alegría y el desparpajo de una barra, el encuentro con amigos y amigas en una terraza, una cena con tu pareja..., hoy quedan en el recuerdo y sin fecha para repetirlas. Pero, sobre todo, ¿de qué manera volverán?

Desde un mesón con encanto en plena huerta murciana hasta la cocina estacional del chef Julio Velandrino, todos tienen algo en común: las dudas sobre cómo y cuándo podrán retomar su actividad hostelera.

Cocinas cerradas, mesas y sillas apiladas en terrazas y muchas reservas anuladas.

Algunos restaurantes, sin embargo, no han parado y han decidido seguir produciendo y adherirse a las plataformas de reparto a domicilio.

Las facturas se siguen pagando, junto al alquiler del local, y todo esto sin producir beneficios. Muchos no se podrán adaptar a los cambios y lamentablemente no podrán levantar la persiana de nuevo y eso es muy preocupante.

Los pedidos de pantallas de metacrilatos para restaurantes se han disparado, y en nuestra mente ya estamos pensando cómo será una comida en grupo separados por un plástico transparente. ¿Un brindis? ¿Cómo se podrá hacer?

Nuestra sociedad necesita a los bares, a los restaurantes, a los locales de copas y pubs. Somos así. Tenemos que saber que no será como antes y que debemos adaptarnos a lo que nos impone el virus. Lo que sí sabemos es la alegría que nos producen y que eso nada lo puede cambiar.