Gestación subrogada
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Gestación subrogada
Dos familias de la Región de Murcia relatan su historia: «Son nuestros hijos, los queremos y estamos orgullosos»La vida familiar de los murcianos Enrique, Germán y sus dos hijos mellizos de cuatro años no puede estar más alejada de las teorías que se vierten estos días en el fragor del virulento debate sobre el proceso de gestación subrogada de Ana Obregón. Los ... dos deseaban ser padres, y a los tres años de casarse, en 2017, empezaron a explorar opciones. La primera fue la adopción, pero los ocho años de espera que les plantearon les disuadieron. «Entonces tenía 40 años, veía que no seríamos padres hasta los 50, y nos desanimamos».
El proceso de gestación subrogada iniciado por unos amigos les condujo hasta una agencia de Estados Unidos, y decidieron empezar su camino hacia una paternidad elegida, buscada y, defiende Enrique, «libre» para todas las partes implicadas en el proceso, incluida la mujer gestante, con la que mantienen una relación muy estrecha. «Este verano pasará las vacaciones con sus hijos y con nosotros y los nuestros, y hace unas semanas estuvimos en la boda de su hermano; tenemos una relación estrecha y muy cercana», explica Enrique, profesor de Secundaria. El «altruismo y la generosidad», defiende Enrique, fueron la única motivación de la madre gestante, que reside en Kansas y tiene sus propios hijos, también implicados en el proceso desde el principio. «Cuando la gente habla de cifras y de dinero lo hace desde el desconocimiento; en Estados Unidos la sanidad privada es carísima, los procesos de fertilidad también, y si quieres hacer las cosas bien, debes hacerlo con abogados», argumenta.
La mujer quedó embarazada con un óvulo ajeno y el esperma de Enrique y de Germán, que ejerce como médico en la Región, y dio a luz a los dos mellizos que, como recoge la sentencia de filiación de Estados Unidos, son sus hijos y así quedaron inscritos en el registro español. «Ni hemos hecho nada ilegal, ni hemos explotado a nadie. Estamos totalmente en contra de cualquier forma de explotación de las mujer, y desde luego que esa no ha sido nuestra realidad. Son nuestros hijos, los queremos y estamos orgullosos», defiende Enrique, quien no ve razones para que España no propicie una regulación garantista para que otras parejas puedan completar el proceso en su país: «Tenemos la mejor sanidad, los medios, la ciencia y la generosidad de un país a la cabeza en donaciones; las mujeres que quieran hacerlo desde su libertad absoluta, deberían poder hacerlo».
La paternidad ha cambiado la vida de Germán y de Enrique con la contundencia con que se impone en cualquier pareja, y hasta el momento, solo han encontrado cariño y aceptación en su entorno. El matrimonio está integrado en la Asociación de Familias LGTBI Asfagalem, donde en su día acordaron integrar a padres y madres por gestación subrogada tras debatirlo con profusión.
El cartagenero Lauren, farmacéutico, es padre de dos niños de 10 años nacidos también por gestación subrogada en India que crecen «sanotes» y encantados de encontrar referentes en uno de sus ídolos futboleros, Cristiano Ronaldo. El deseo de ser padre siempre estuvo latente en Lauren, feliz con sus dos niños. «Mis hijos son mi vida», dice con el orgullo de cualquier padre del mundo.
Los consulados españoles en el extranjero realizaron en 2022 hasta 162 inscripciones de bebés por gestación subrogada, según fuentes diplomáticas, pero resulta complicado conocer cuántas de esas familias residen en la Región. La gestación subrogada -práctica mediante la cual previo acuerdo con otra persona o pareja una mujer queda embarazada con un óvulo ajeno y da a luz un bebé para esa persona o pareja- no es legal en España, tal y como recoge la Ley sobre técnicas de reproducción humana asistida. En su artículo 10 sobre 'gestación por sustitución' se indica que «será nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante o de un tercero». Sin embargo, España permite el registro de los hijos de parejas españolas que hayan recurrido a esta práctica en el extranjero, en los países donde sí es legal y está regulado, principalmente Estados Unidos.
Un requiebro del todo innecesario para Pablo Bilbao, portavoz de Son nuestros hijos, la asociación que agrupa a las familias españolas que ha recurrido a la gestación subrogada para acceder a la maternidad y la paternidad. Padre de dos hijos de 5 y 3 años, asiste horrorizado a los juicios de valor y descalificaciones que está escuchando desde que la maternidad de Ana Obregón comenzó a copar debates y portadas. «Es delirante. Se utilizan términos que no existen; ni se alquilan vientres ni se compra nada; nadie les pregunta a las mujeres que lo hacen; me encantaría que hablaran con Michelle, la gestante de mi hijo, para que lo entendieran», reclama Bilbao, quien ha bautizado a sus dos hijos y mantiene una relación muy estrecha con la gestante. Para Bilbao, ha llegado el momento de que España aborde «un debate pendiente y resuelto en la mayoría de los países de nuestro entorno para que lo que otros hemos podido conseguir con mucho esfuerzo, recursos e incertidumbre, se pueda hacer también en España».
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