![El crimen de Laura Luelmo reaviva el recelo de las mujeres a salir a hacer deporte solas](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/201812/20/media/cortadas/laura-U21373446348229-U7010530843tn-624x385@La%20Verdad-LaVerdad.jpg)
![El crimen de Laura Luelmo reaviva el recelo de las mujeres a salir a hacer deporte solas](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/201812/20/media/cortadas/laura-U21373446348229-U7010530843tn-624x385@La%20Verdad-LaVerdad.jpg)
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Existe desde hace tiempo, pero el crimen de Laura Luelmo, la profesora de Zamora asesinada en la localidad onubense de El Campillo, no ha hecho más que reavivar un miedo que ya latía en gran parte de las mujeres que salen a correr: el temor a hacerlo solas. Numerosas corredoras de la Región confiesan a 'La Verdad' su recelo e inseguridad a la hora de entrenar en solitario y relatan cómo recurren habitualmente a clubes de 'runners' o aplicaciones informáticas para poder disfrutar del deporte que les apasiona con mayor tranquilidad.
Laura Jiménez, integrante del club de atletismo Murcia Tovarsport, conoce de cerca la zozobra que implica salir a correr sola. Esta joven de 27 años lleva desde los ocho poniendo a prueba sus piernas y ha participado en numerosas competiciones. «Antes vivía en un pueblo muy pequeño y no había problema», explica, «pero ahora cuando salgo por la noche no me siento segura». Actualmente, relata, siempre que sale a entrenar procura hacerlo junto a otros integrantes de su club. «Me siento más tranquila».
Laura entrena a algunas jóvenes aficionadas al atletismo y asegura que normalmente impide a las corredoras que salgan a hacer kilómetros si no es acompañadas. «Ha habido más de un caso de alguna que se ha sentido perseguida por un coche», lamenta. Experiencias desagradables que se repiten una y otra vez. Es más, según una encuesta realizada por la compañía energética EDP con la colaboración de la revista Runners World Magazine España, nueve de cada diez mujeres se han sentido alguna vez inseguras practicando deporte al aire libre.
A tenor de estos hechos, la compañía EDP ha lanzado Sincronizadas, una plataforma web que une a todas las mujeres que quieren salir a correr en grupo. En sus primeros días ya cuenta con 6.508 deportistas inscritas en todo el país, 52 de ellas en Murcia. «Las mujeres tienen más condicionantes que los hombres a la hora de salir a correr y, con esta herramienta, lo que buscamos es la plena incorporación femenina a la práctica deportiva», explicaba Cristina Mitre, embajadora de la plataforma. No en vano, un 28% de las encuestadas afirman, incluso, que han sufrido algún tipo de agresión.
No se trata únicamente de una percepción. En los últimos años, varias mujeres en la Región han sufrido ataques sexuales cuando practicaban deporte al aire libre. El pasado agosto, sin ir más lejos, una mujer de 37 años denunció a la Guardia Civil que un desconocido la sometió a tocamientos mientras practicaba 'running' en la diputación lumbrerense de El Esparragal. En mayo del pasado año, un joven de 22 años fue detenido por la supuesta agresión sexual a una chica que hacía deporte por la avenida Juan de Borbón, en Murcia.
La mayoría de las corredoras no se han enfrentado a una situación tan grave, pero muchas de ellas refieren haber pasado malos tragos mientras disfrutaban de su pasión por el deporte. Es el caso de Rosa Garres, una aficionada a la bicicleta y a las carreras que cambió su modo de actuar a raíz de una vivencia que tuvo hace dos años, cuando corría unos kilómetros entre Ceutí y Archena. «Estaba oscureciendo cuando regresaba y me di cuenta de que detrás de mí tenía una furgoneta con tres hombres. Aunque me aparté, no me querían adelantar y me fueron detrás un rato», recuerda. «Lo pasé mal». Esa experiencia, y algunas más recientes sufridas por amigas, han llevado a Rosa a extremar sus medidas de seguridad. Ahora sale con un espray de defensa y manda a su marido y a unos amigos su ubicación en tiempo real -lo que permite a estos conocer su recorrido en todo momento-.
El presidente del club Correbirras, Óscar García, reconoce que el crimen de Huelva ha reavivado un recelo que ya existía con anterioridad y que, en el caso de su equipo, les llevó a organizar entrenamientos colectivos dos veces por semana. «Las chicas, por desgracia, tienen más riesgos», asume. «A raíz de estos hechos, están bastante preocupadas e indignadas». Tanto es así, que el club ha organizado una marcha para este domingo bajo el lema 'Queremos correr libres, sin miedo'. Saldrá a las 10.00 horas desde el campus de Espinardo y estará adecuada a diferentes niveles.
Toño Borruey, vicepresidente del club Blade Runners de Calasparra, reconoce que, dentro de este equipo, las chicas también suelen organizarse para salir a hacer kilómetros en grupo. «Es totalmente diferente si eres un hombre», lamenta. «Nosotros salimos sin ningún miedo, pero ellas siempre tienen la sensación de que no deberían ir solas». En Calasparra, concreta, se practica mucho deporte de montaña y la adopción de medidas de seguridad, en ese caso, es aún más importante.
Isabel Sandoval lleva prácticamente toda su vida corriendo. Empezó en los años 80, cuando iba al colegio, y es una afición que no la ha abandonado nunca. A su entender, el miedo a entrenar sola depende mucho del lugar que elijas para ello. «Yo salgo ahora por Javalí Nuevo, junto al río, y no me da miedo, pero hay sitios que me dan respeto», explica. Ponerse de acuerdo con otras aficionadas para salir a entrenar juntas, recalca, suele ser un objetivo complicado. Además del horario, hay que buscar compañeras que tengan el mismo nivel, los mismos objetivos... Aun así, reconoce, en estos años de práctica deportiva ha tenido que enfrentarse a alguna experiencia desagradable -como algún exhibicionista o algún desconocido que la perseguía-. «Este es un problema principalmente femenino».
Carmela Baño, una vecina de la murciana urbanización Joven Futura, se organizó ya hace tiempo con un grupo de amigas para salir juntas a correr por la zona. «Buscamos zonas iluminadas e intentamos que no se nos haga muy tarde», explica. «Si se hace tarde, lo dejamos para otro día».
Las corredoras no son las únicas que sufren esta inseguridad. Nuria Rovira es aficionada al patinaje desde hace unos cuatro años. Habitualmente, se atreve con un trayecto entre Murcia y Alcantarilla de unos 30 kilómetros, un recorrido, remarca, que «nunca hago sola por miedo». Nuria se calza los patines con un numeroso grupo, una circunstancia que la hace sentir más segura.
Laura Navarro, una de las integrantes del club Correbirras, lleva casi tres años saliendo a correr y puede contar con los dedos de las manos las veces que lo ha hecho en solitario. «No me siento segura», explica. «No puedes llevar los auriculares con música, tienes que llevar siempre el móvil encima y buscar sitios que sean transitados y estén bien iluminados». Esta corredora lamenta la diferencia que este aspecto provoca por sexos. «Los hombres, si salen solos, como mucho se tienen que preocupar de llevar suficiente agua», remarca. «Nosotras tenemos muchas más preocupaciones. La primera: volver con vida».
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