Tramo final del azarbe del Merancho, entre Murcia y Santomera, antes de continuar por Orihuela. Nacho García / AGM

Las acequias de la huerta de Murcia pasarán una 'ITV' ambiental para evitar la contaminación del Segura

La red de canales de agua en el municipio tendrá varios puntos de vigilancia para analizar nitratos, fosfatos y el caudal que circula

Martes, 21 de mayo 2024, 01:01

La vigilancia sobre la calidad y el estado de las aguas fluviales y marinas en la Región de Murcia ha estado centrada en los últimos años en el Mar Menor, los acuíferos contaminados o en los embalses sumidos en procesos eutróficos por exceso de nutrientes. ... Ahora, las arterias hídricas de la huerta de Murcia pasarán por una 'ITV' ambiental para controlar que los retornos de riego no devuelven al río Segura excedentes de productos inorgánicos u orgánicos usados como fertilizantes.

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Las acequias y los azarbes que cruzan el municipio de Murcia, y que continúan en paralelo al río por la Vega Baja alicantina, tendrán en poco tiempo una serie de puntos de control definidos donde se medirán distintos elementos tóxicos para el agua. En concreto, los análisis se centrarán en conocer la concentración de nitratos y fosfatos de origen agrícola en las confluencias o tramos finales de estos canales de riego.

El objetivo es conocer qué volumen de estos nutrientes se introduce en las acequias desde las tierras de cultivo a través de esos retornos. La medida está reflejada en una norma estatal que ya cuenta con mucho protagonismo en la Comunidad: el real decreto sobre protección de las aguas contra la contaminación difusa producida por los nitratos procedentes de fuentes agrarias. Tras dos años desde su entrada en vigor, ahora la Confederación Hidrográfica del Segura ha marcado sobre el mapa dónde se deberían hacer esos controles.

Hasta un total de 22 estaciones compondrán la red de seguimiento de las acequias o azarbes del municipio de Murcia, y también de Santomera. Ocho puntos de vigilancia estarán en territorio regional (acequias de Regaliciar, Alquibla Norte, La Arboleja, Santaren, Benaria, Villanueva, Merancho Los Giles y Azarbe del Merancho), mientras que el resto se ubicarán en varios municipios de la vecina Alicante (Catral, Dolores, San Fulgencio, Rojales, Daya Vieja, Dolores, Almoradí, Orihuela y Guardamar del Segura). Sin embargo, al margen de dónde se realicen los análisis, una parte de las canalizaciones de riego que se controlarán tienen su inicio en suelo murciano. Es decir, la actividad en este lado del límite provincial tiene consecuencias aguas abajo.

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Caudales circulantes

Las acequias escogidas para su análisis tienen la particularidad de que suelen circular por ellas a lo largo de un año 500.000 metros cúbicos de agua del Segura, o más. Este es un requisito que debían cumplir para entrar en la red de control. Otra clave es que estos puntos no deben estar aguas arriba del canal o en un «punto de desagüe, desbordamiento o actividad diferente de la agricultura que pudiera variar sus condiciones cualitativas», señalan fuentes de la CHS. Más allá de la medición de los nutrientes en el agua, los directrices del real decreto también obligan a cuantificar el caudal que circula por estos azarbes.

El organismo de cuenca explica, a preguntas de este periódico, que su cometido sólo pasa por establecer las ubicaciones, pero no por tomar las muestras ni de realizar los análisis. De ello, según la normativa, se deberán encargar los propios usuarios de los canales de riego. En el caso de Murcia, esta labor recaería en la Junta de Hacendados, que deberá comunicar al Gobierno regional los resultados de las mediciones. Para este trabajo, remarcan desde la Confederación, «se han creado líneas de ayuda del PERTE (proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica) para que los regantes se hagan cargo». La CHS añade que ha sido la primera confederación hidrográfica en España «en definir estos puntos de control».

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Uno de los puntos de control se establecerá en la acequia Merancho Los Giles. Nacho García / AGMA

Sin embargo, desde este organismo no aclaran si se han registrado problemas en cuanto a la concentración de nutrientes en los retornos de riego de la huerta de Murcia. Estos datos no se integrarán en las plataformas de inspección de las masas de agua de la Confederación ni tampoco tendrán una estructura fija, «sino puntos donde se iría con equipos móviles a realizar mediciones puntuales». Las ubicaciones, ahora mismo, están en periodo de información pública dentro de la CHS.

La toma de muestras y los análisis se llevarán a cabo de forma mensual

Los puntos escogidos por la Confederación Hidrográfica del Segura en los azarbes de la huerta de Murcia y la Vega Baja se ubican en el tramo final de la infraestructura y antes de su incorporación a masa de agua o cauce, apuntan desde el organismo. Los seleccionados para los tramos de acequia se ubican en un punto del tramo final del canal que debe estar al descubierto, como ocurre en la confluencia del Merancho de Los Giles con el azarbe del Merancho, en el límite entre los municipios de Murcia, Santomera y Orihuela.

La normativa estatal sobre la contaminación difusa producida por los nitratos procedentes de fuentes agrarias, en vigor desde hace más de dos años, establece que el punto de control «deberá ajustarse a los requerimientos técnicos del equipo o instrumental utilizado para las mediciones y garantizando condiciones de seguridad de acceso para las personas». Entre el punto escogido, y el que aparece geográficamente referenciado en el documento sometido a información pública por la CHS «no deberá haber más que una red de evacuación sin alteración del retorno, de modo que las características se mantengan inalteradas».

El control de caudal, fosfatos y nitratos tendrá una periocidad, al menos, mensual. «Se podrá reducir justificadamente teniendo en cuenta las épocas fuera de campaña de riego», matiza la Confederación. Sin embargo, en estos controles deberán indicarse las condiciones meteorológicas durante la toma de muestra, especialmente para nitratos y fosfatos, diferenciándose las muestras tomadas en periodo seco y de lluvias». La Confederación recuerda que su papel en estos análisis «únicamente» consiste en proponer «la definición de los puntos donde se realizará el registro o control que exige la norma».

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