Lotería de Navidad: Evolución de la cuantía de los premios

Ya se acerca. Este 22 de diciembre de 2016, la Lotería de Navidad volverá a repartir alegría en forma de premios monetarios a miles de agraciados de todo el territorio nacional. Sin emargo, a lo largo de los más de doscientos años de historia de la Lotería de Navidad, la cuantía de estos premios ha ido variando. Hagamos un repaso a las fechas más señaladas para hacernos una idea de las variaciones que ha sufrido este premio.

En 1812, año en que se creó el sorteo, el décimo costaba 40 reales (unos 7€ ahora) y el premio era de 4.000 pesetas. Con esa cantidad de dinero, en la época, podías comprar una casa o dos caballos de pura raza.

En 1870 el precio de décimo ascendió a un equivalente de 183€ de 2016, un desembolso importante, pero para un premio que también lo era; unos 550.200€, por los que en aquel entonces uno podría comprar 14 casas.

En 1905 el precio del décimo se duplicó, pero se triplicó el premio también. Atentos porque nos movemos en cifras muy grandes. Si te tocaba la lotería en 1905 podías comprar nada menos que 20 bloques enteros de pisos o 42 casas/chalet.

En 1940 se produjo un retroceso hacia el siglo anterior. El valor del décimo eran unos 215€ y de nuevo con el premio uno podía comprar unas 15 casas, un poco más que en 1870.

En 1978, en plena crisis económica, se baja considerablemente el precio del décimo hasta los 70€ y también el premio. Daba para unas 4 casas o 14 vehículos de la época.

Ya en el siglo XXI, en el 2003, en pleno boom económico, el valor del décimo desciende hasta los 18€ (se calcula que equivalen a unos 23€ de ahora tras flujos monetarios y demás variantes en las que no entraremos) y el premio apenas alcanzaba para 1 casa o 1 automóvil de lujo. Claro, que recordemos los precios de las casas por aquellos entonces...

En 2008 se fijó el precio actual del décimo, 20€ y el premio era de 300.000€.

Ahora, os recordamos, el precio sigue siendo 20€ y el premio es de 320.000€ una vez ya descontados los impuestos.

Nada mal, ¿eh?

Por ello compramos nuestros décimos; los que son solo para nosotros, los que compramos con el equipo del partidillo del domingo, el del trabajo, el que compramos toda la familia tradicionalmente a la vecina de la abuela... ¿Tenemos todos los que querríamos? Que luego si toca y no hemos comprado...