Fernández Romo: «No podemos taparnos con excusas»

El Fernández Romo más autocrítico desde su llegada al Efesé se sentó en la sala de prensa del Cartagonova minutos antes del último entrenamiento albinegro, en vísperas de un nuevo intento desesperado por resurgir, esta vez ante el Málaga CF. «Realmente en ir como siempre, más allá del resultado negativo, analizando y volviendo a empezar. Tenemos que volver a conseguir aumentar los niveles del equipo, ver en esas situaciones de errores individuales que volvimos a tener, cómo corregirlos y sin desánimo, todo lo contrario te diría, transformarlo todo eso en la siguiente oportunidad que es mañana», explicó el técnico madrileño al ser cuestionado sobre la semana de trabajo.

Directo y sin rodeos, Romo no ocultó el profundo malestar que atraviesa el vestuario tras encadenar ocho derrotas consecutivas en liga. «Es horrible, porque al final, en el deporte, te esfuerzas al máximo para encontrar una recompensa y no la estamos encontrando», reconoció. Sin embargo, lejos de buscar excusas, el técnico albinegro asumió la situación con franqueza y sin edulcorantes. «Ya dije el día de mi presentación que me iba a centrar en intentar ir hacia adelante, y desde que he llegado no hemos ganado ni un partido», sentenció con dureza. Romo admitió que, en este momento, el esfuerzo, la actitud y las mejoras del equipo no se corresponden con ningún resultado positivo, un lastre que pesa como una losa.

«¿Qué hay que hacer? Insistir y seguir. Eso está claro. No tenemos ningún problema de motivación. No tengo detectado ningún problema con ello. Eso no significa que seamos felices, para nada», afirmó, con un tono firme que no dejaba lugar a dudas. En un ejercicio de honestidad, Romo confesó que sigue esperando el día en que su equipo tenga méritos suficientes para ganar: «No podemos taparnos con excusas ni con justificaciones. Tenemos que buscar la mejor versión individual, la mejor versión del equipo, y jugar los 90 minutos así. Cuando llegue eso, estoy convencido de que el resultado nos será favorable».

Este sábado, el FC Cartagena se enfrentará a un Málaga que tampoco atraviesa su mejor momento. Los de Sergio Pellicer tampoco conocen la victoria en lo que va de 2025 y llegan tras una dinámica de dos empates y tres derrotas. A pesar de ello, Romo quiso centrar la mirada en lo que haga su equipo: «Una cosa es la valoración que nosotros podemos tener del rival, el conocimiento que podemos tener de sus jugadores, el momento en el que ellos puedan venir, pero hay que relacionarlo con cómo estamos nosotros y lo que tenemos que hacer nosotros. Nos hemos centrado mucho en eso, en esa búsqueda de identidad competitiva, de niveles altos de exigencia para conseguir un partido lo más completo posible, que es lo que realmente necesitamos». Al mismo tiempo, no escatimó elogios hacia el conjunto andaluz, al que definió como «un equipo lleno de talento, con gente muy joven pero con mucha calidad en todas las posiciones. Un equipo vertical, con ritmo y peligro, así que un rival muy complicado».

Para este duelo, correspondiente a la jornada 27, el técnico albinegro no podrá contar con tres piezas fundamentales como Gastón Valles, el mazarronero Pedro Alcalá y Luis Muñoz. Sin embargo, la necesidad de un resultado balsámico que alivie la presión es innegociable. «Es totalmente importante porque eso es lo que desatasca al final todo lo demás. Vuelves a sentirte que es un equipo que puede conseguir las cosas, y entonces los caminos se facilitan en el sentido de que es seguir buscando cada semana eso, pero habiéndolo encontrado. Claro que es fundamental», subrayó.

En sus palabras finales, Romo dejó claro que el fútbol es el único lugar donde el Efesé puede redimirse. «Lo que tienes que buscar es que tengas ocasiones o que tengas intención de dañar más. Todo forma parte de esta situación en la que estamos sometidos este año y creo que la única manera de salir de ella es ser realmente autocrítico futbolísticamente hablando», concluyó un técnico visiblemente ansioso por que llegue el pitido inicial. En sus gestos y en su discurso se percibe una necesidad urgente de redención. «Ya hemos pasado la fase de conocernos y ahora estamos heridos. Y cuando uno está herido lo único que quiere es jugar, jugar y jugar».

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