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PEPA AGÜERA
Miércoles, 9 de diciembre 2020, 00:40
El barullo de gente que se intuye en las fotos recogidas en 'In or Out', el segundo fotolibro del creador alicantino Álex Amorós (1984), parece ahora tan histórico como el propio 'Brexit' en sí. La masa de seres apiñados, sin mascarilla ni distancia de seguridad que, de tanto en tanto, se cuela en aquel reportaje realizado en los meses previos a la salida de Reino Unido de la UE, pertenece al imaginario de la vieja normalidad. Desde marzo, en cambio, el fondo de las imágenes que captura Amorós está un poco más desnudo. Es lo que sucede en 'Stokey on lockdown', un trabajo que refleja cómo fue el confinamiento en el barrio londinense donde el artista reside. El que es su tercer 'fotobook' se agotó un mes después de su lanzamiento, lo que demuestra que incluso con menos personas, las fotografías de Álex Amorós son capaces de conservar toda la vida.
A través de la lente del fotógrafo, uno puede adentrarse en Stoke Newington, el barrio que forma parte del distrito de Hackney, como nunca antes de la cuarentena nadie lo vio. El ritmo del vecindario, muy distinto al Londres frenético que todo el mundo imagina, lo marcaban únicamente los supermercados, las farmacias y aquellos locales que vendían productos de primera necesidad. Esos sitios, y las pocas personas que no podían teletrabajar, fueron la diana de los disparos de Amorós durante sus paseos mañaneros: «Iba a comprar y aprovechaba para salir con la cámara y hacer las fotos. Normalmente, salía temprano para que tampoco hubiera mucho problema. En esas horas captaba los negocios cerrados y los trabajadores esenciales empezando su jornada laboral», recuerda este fotógrafo muy vinculado a la Región.
En Reino Unido, los ciudadanos tenían derecho a hacer deporte al aire libre durante una hora al día, por eso, apunta, «no hubo ningún problema». «Sí que es cierto que teníamos que mantener la distancia, pero para eso ya había que usar la técnica. Trabajé con distintos tipos de lentes que me permitían poder ejecutar la foto y no molestar a la gente que fotografiaba», cuenta en conversación con LA VERDAD.
Después de la tormenta, siempre sale el sol, incluso en las islas británicas. De este modo, igual que documentó la crudeza de los meses de cuarentena, el creador también quiso plasmar la vuelta a la vida en las calles del distrito londinense. «Decidí dar una visión más optimista, dentro de lo que ha ocurrido durante este tiempo, y retratar la diversidad que tiene el barrio, darle una vuelta de tuerca y mostrar la otra cara un poco más amable y relajada», matiza. De esa motivación surgió 'Citizens of Hackney', el fotolibro que publicó junto con 'Stokey on lockdown' en septiembre y que también agotó enseguida.
En este otro trabajo, los rostros vuelven a tomar protagonismo. Jóvenes, viejos, negros, blancos, hombres y mujeres de distintas nacionalidades y religiones conforman la colección de imágenes. No se parecen en nada los unos con los otros y, a la vez, lo tienen todo en común: representan la diversidad social y cultural de Hackney. «Quería mostrar a la gente desde un punto de vista positivo, por eso fotografié en agosto, y la mayoría de fotos están hechas en días soleados. Se trataba de cambiar esa oscuridad hacia algo más iluminado», explica el autor.
En un periodo de diez días, en los que se pateaba el distrito durante unas cinco, seis o siete horas, Álex Amorós inmortalizó algunas de las caras de sus vecinos británicos. «Me dividía por secciones y, en función del día, iba cubriendo unas áreas u otras. Me lo planifiqué bien –indica–, lo estructuré, y a la calle a disparar. Un poco a la aventura, pero sabiendo bien lo que quería».
La búsqueda de los modelos era otra cosa. El fotógrafo tenía que ver una persona que encajara dentro de la idea del proyecto, pero también, como él mismo explica, «que en ese momento se dieran las circunstancias de luz adecuadas». «Llega un punto en el que, cuando paras a tanta gente, a veces te puedes equivocar, pero en un 95% de las ocasiones aciertas sobre quién te va a decir que sí y quién que no. Al final, es un conjunto de factores que tienen que estar todos en el sitio y en el momento adecuados», asegura el artista.
Los que se dejaron retratar ahora forman parte de 'Citizens of Hackney' y, también, de la percepción que día tras día se va formando Álex sobre los ingleses. «Los mediterráneos somos más explosivos o tendemos más a expresar nuestros pensamientos y emociones, y aquí les cuesta más. Creo que les influye el clima en todo eso. Yo tengo buena experiencia aquí, así que no me puedo quejar, la verdad», admite.
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