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El bienestar personal también depende de la forma en que uno decida ganarse la vida. No de la profesión que escoja, sino de la relación laboral que elija al afrontar el empleo propio. Los profesionales autónomos son más felices que los trabajadores por cuenta ajena. ... No depender de nadie más que de sí mismos y tener libertad plena para organizar su tiempo y su trabajo contribuye a que se sientan mucho más satisfechos con su vida y consigo mismos.
Suele decirse que la felicidad es un concepto relativo y hay quien defiende, incluso, que no existe al menos como un estado permanente. Lo que resulta cada vez más aceptado es que la felicidad es una forma de entender la vida, un modo elegido de estar en el mundo, que nada tiene que ver con la alegría, más ligada a los acontecimientos que a uno le toquen vivir. Una, en definitiva, sería un estado y la otra, una circunstancia. Esta explicación es la que 'permite' que las personas felices, aunque lo sean, también tengan derecho a estar tristes cuando les pasan cosas malas.
Teniendo en cuenta todas estas claves, la Universidad de Amsterdam (Países Bajos)se propuso saber qué trabajadores se sentían más satisfechos con su trabajo. En cuáles la actividad laboral contribuye en mayor medida a una mayor plenitud existencial.El trabajo, que se ha publicado en la publicación científica 'Journal of Business Venturing' ('Revista de los negocios de riesgo'), supone la primera investigación a gran escala sobre el espíritu empresarial y el agotamiento. Y revela que los emprendedores, por el mero hecho de serlo, evitan el cansancio y acumulan, por ello, mayor felicidad.
Los hombres de empresa, desde el propietario del negocio más pequeño hasta el dueño de la mayor firma, a menudo son retratados –según esta publicación– como «héroes adictos al trabajo» que dedican a su labor «más tiempo y energía» que lo que suelen hacerlo los trabajadores asalariados. La administración de sus negocios les obliga a mantenerse activos incluso fuera de su horario laboral, lo que en teoría les volvería más vulnerables al estrés, la fatiga y la infelicidad.
«Contrariamente a lo que se podría pensar, los empresarios no corren más riesgo de agotamiento que los trabajadores por cuenta ajena», advierten los autores del estudio. Su riesgo de infelicidad es, de hecho, mucho menor debido, según explican, a los positivos efectos psicológicos que favorece la actividad empresarial. Esa es la principal conclusión del estudio holandés, que firma, junto a varios colegas, el profesor de Emprendimiento de la Universidad de Amsterdam Martin Obschonka.
El de Obschonka es el primer trabajo que analiza el agotamiento y la adicción al trabajo desde el prisma de los empresarios. La investigación llevó al seguimiento durante seis meses de 348 autónomos y otros 1.002 empleados. Los datos, según se detalla en la ficha técnica, se recopilaron antes de la crisis del coronavirus, aunque su procesado se produjo con posterioridad y es ahora cuando se dan a conocer los resultados.
«Parece haber una paradoja con lo que podríamos llamar 'adicción positiva al trabajo', porque los emprendedores están tan comprometidos con su empleo que se recuperan mucho más fácil y en menor tiempo de su actividad diaria, tanto física como mental», razona el investigador. La pregunta a la que el grupo quería responder era precisamente esa, qué es lo que impide que los autónomos se quemen profesionalmente, qué es lo que les protege de una forma tan potente.
Los autores del estudio llegaron a la conclusión de que el trabajo de empresario genera menos estrés laboral diario y menor presión laboral, medida tanto en tiempo como en cantidad de tareas administrativas, que el trabajo remunerado. El denominado 'espíritu empresarial' ofrece además al trabajador por cuenta propia un alto grado de autonomía personal, que redunda en su mayor felicidad. «Todos estos factores –explica el estudio– redundan en un retorno psicológico positivo equivalente a la cuantiosa inversión que realizan los emprendedores por su gran implicación» profesional.
Como resultado, «su trabajo solo les da más energía y un estado mental más positivo» que a la mayoría de los empleados asalariados, lo que implica que estén «más felices y satisfechos con el trabajo». En general, concluyen, el espíritu empresarial «parece hacer a la gente más feliz».
Ahora bien. No todo es plenitud para los autónomos. Los más dichosos, lo reconoce el informe, son los que trabajan sin empleados, los que figuran al frente de la más pequeña de las empresas. Cuando expanden sus negocios y aumenta el número de trabajadores contratados «aumentan las posibilidades de agotamiento» mental. «Si pudiéramos maximizar la utilidad psicológica de trabajar como emprendedor, no solo lograríamos beneficios personales, sino también autónomos más motivados para el manejo de sus negocios», concluye el profesor Obschonka.
Objetivo, el bienestar laboral: Felicidad en el trabajo es sinónimo de bienestar laboral. Las ventas crecen un 37%; la productividad en un 31%; y la calidad, un 19%.
Autónomo, busque optimismo: Si es emprendedor, rodéese de optimismo, genere confianza, promueva el compromiso. Haga que sus trabajadores disfruten con el trabajo. Facilite el empleo flexible, reconozca la tarea bien hecha, pague salarios dignos y apoye el crecimiento personal.
Empleado, sea responsable: Si trabaja por cuenta ajena, sea responsable, trabaje en equipo y busque tiempo de ocio con sus compañeros.
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