«Yo estoy muy capacitado para no hacer nada. No soy una de esas personas que si no están trabajando no se realizan. Si hubiese ... sido heredero, habría estado perfectamente sin hacer nada». Vi este corte de vídeo de Fernando Fernán Gómez en Twitter pocos minutos después de conocer que el tipo que fundó Amazon se había gastado tropecientos millones de euros para ir al espacio a dar un garbeo.
Siempre que un rico hace cosas de rico suele venir acompañado de la vaina de que hay que esforzarse mucho, dormir poco, perseguir tu sueño y todas esas sandeces. Pues mira, Jeff Bezos, no. Que no digo yo que la fórmula no sea la correcta, tu caso es un ejemplo claro de éxito, pero es que algunos nos sentimos cómodos en la medianía. No necesitamos noches enteras de trabajo o cuatro años seguidos sin vacaciones. Preferimos poner en modo 'No molestar' el móvil por la noche y demostrar lo listos que somos acertando la mitad del rosco de Pasapalabra desde el sofá, en pijama.
Ya está bien de la cultura del esfuerzo, del coaching y del esclavismo pop. Se trabaja para vivir y nunca estaré del lado de los que disfrutan viviendo para trabajar. Yo me siento realizado cuando veo una película que me gusta o un libro me tiene retenido en sus páginas durante horas.
Me alegra que la gente tenga éxito y que, quien se lo curra, termine consiguiendo lo que se propone, pero también valoro quien disfruta del silencio, del aburrimiento más puro (que a veces es el más creativo). Vivimos una época de ansiedad generalizada, de estrés sistemático, y hay que abogar por parar, cerrar los ojos, tomar aire y exhalarlo. Tomándose el tiempo que cada uno crea necesario, porque por fortuna, ni el mundo ni el trabajo se van a acabar mañana.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.