En 'El Campico' (Campo López-Lorca) se da la rara situación de que allí, el cielo y la tierra coinciden mientras el tiempo pasa y pesa acompañado de la banda sonora de una cigarra que taladra el silencio, las siestas y las sienes.
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Esa es ... la ubicación que nos ofrecería la seductora voz del google maps: 'Gire al Sur extremo en la garganta de la sierra, tome la próxima salida tras la cuarta tapenera y en el risco gire a la derecha conservadora… ha llegado a su destino frente a la izquierda radical de las retamas en el número 0 situado exactamente en la línea que difiere el cielo de la tierra'.
Allí la vida y la muerte se suceden, sin transcendencia, el censo de su cementerio es muy superior al del vecindario (tan solo cincuenta y siete habitantes). Estar y no estar son meros episodios que aguardan y suceden, y que se asemejan a la forma serpenteante y empinada de sus cuestas, barrancos, quijeros, costaneras y repechos…en un momento estás arriba y después ¡zas! abajo. Este trozo de tierra roja que roza el cielo, te recuerda continuamente que de vertical a horizontal hay tan solo unos segundos.
En este 'Ultra-lugar' que se esconde entre laderas de almendros de Marcona, caminos de acebuches enterquecidos y retamas blancas; en un recodo a la subida verás un pequeño banco de madera, es el mirador del 'Campico' donde Lorca queda al fondo, difusa y lejana como vista desde el retrovisor de un coche que se aleja, el banco es solo para dos, porque en este sitio donde cielo y tierra coinciden Campo López tiene la patente de aquello de 'Tres son multitud'.
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