El domingo se cumplieron 78 años del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima y yo fui a ver 'Oppenheimer'. Desafortunada coincidencia en la que no caí hasta que, en un momento de la película, alguien se refiere al 6 de agosto como el día ... escogido para el petardazo.

Publicidad

No conozco suficiente sobre la vida del padre de 'Little Boy' para juzgar el rigor histórico del guion, pero en él se aprecia indulgencia, admiración y un esfuerzo por imprimirle cualidades redentoras a un personaje controvertido que retrata como mártir del mal menor. Un patriota brillante que sabía mucho, fumaba mucho y follaba mucho. El científico como macho alfa con olor a Brummel.

La carrera por desarrollar la bomba atómica antes que los nazis fue un imperativo histórico, no cabe duda. Sobre la necesidad de presentarla al mundo lanzándola sobre un enemigo derrotado y masacrar a decenas de miles de civiles… Eso es otra cuestión. La historia la escriben los vencedores y esa demostración de fuerza del Prometeo americano, ese mal menor, se consideró el último capítulo de la II Guerra Mundial, aunque tuvo más de prólogo de la Guerra Fría.

No hay lugar para las víctimas en una película que enseña mucho sobre la bomba atómica, pero nada sobre sus consecuencias. Yo ya aprendí todo lo que necesitaba saber sobre ella cuando visité Hiroshima en 2016. Allí permanece la Cúpula de Genbaku, el único edificio que quedó en pie, un testigo de hormigón que parece esperar unas disculpas que no llegan. La campana de la paz repica a las 8.15, momento exacto en que se desató el infierno. Se sabe porque los relojes de las víctimas se quedaron congelados a esa hora. Los niños llevan grullas de origami para honrar la memoria de la pequeña Sadako Sasaki, que no vivió para doblar las mil figuras de papel que, según la leyenda, debía completar para que se le concediera un deseo. Allí, donde el aire pesa como si estuviera cargado de uranio, no hay ningún mal menor.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€

Publicidad