A Disney le crecen los enanos

El verdadero melón está en que en lugar de buscar actores de baja estatura para interpretar a los siete enanitos han optado por unos cutres monigotes en 3D pésimamente diseñados y con un acabado técnico de hace diez años. Es aquí donde se le ven las costuras a las incoherencias ideológicas de Hollywood, que sigue tratando la bandera de la diversidad como una herramienta de marketing que solo se iza cuando resulta conveniente.

Varias personas con acondroplasia, como el actor Zach Roloff, han cargado duramente contra la película por privarles de representatividad en una historia coprotagonizada, precisamente, por gente menuda. Por no hablar de la enorme pérdida de oportunidades laborales. No estamos hablando del 'Bombero torero', sino de una superproducción de 200 millones de presupuesto que podría haber sido una gran oportunidad para actores, dobles de acción y otros afectados por esta condición genética.

Que un 'remake' que aspira a humanizar los dibujos animados originales haya decidido prescindir de personas reales para interpretar a los enanos es el insulto definitivo para un colectivo acostumbrado a encontrarse con puertas cerradas. Pero qué me van a contar a mí, que incluso midiendo 1,74 me rechazan en Tinder por ser «demasiado bajito».