Segunda jornada en el festival flamenco de Lo Ferro el pasado martes y primera de «no hay billetes». La noche lo merecía: Rancapino Chico acompañado a la guitarra no por un paisano distraído que pasaba por Lo Ferro a la búsqueda de melones (que este ... año se cotizan a precio de oro), no, el que acompañaba al hijo de Rancapino esta noche bulliciosa y exitosa, era nada menos que el maestro de maestros Paco Cepero. Casi nada al aparato, o mejor, casi nada a la sonanta.
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Cepero, verdadera historia reciente del flamenco, de la guitarra y de la creación musical, recibió el premio 'Sebastián Escudero a la excelencia flamenca', galardón que ya poseen el maestro Antonio Fernández Díaz 'Fosforito', y el Festival Internacional del Cante de las Minas. Cepero, a sus 81 años, mantiene una soltura de dedos envidiable. Y lo otro, la maestría, no se pierde, aunque las manos puedan agarrotarse, algo que a él no le ocurre.
Vi el espectáculo junto al gran crítico sevillano Manuel Martín Martín. Y en un momento determinado me comenta: «Ahora, por bulerías, se va a desatar». Dicho y hecho. El compás, y también el ritmo, la variedad de sonidos jugando y hasta provocando a Rancapino Chico, fueron endiablados, con un lucimiento sin empavonamiento, sino presentado de manera natural. Rancapino cantó muy bien esta noche. No sé si el toque de Cepero lo llevó a elevar su voz, a redondear con amplitud el color de su garganta, o simplemente, que su voz ha cambiado con el tiempo. Ya no es su tono opacado, algo 'sordo', una voz siempre flamenquísima, pero corta en sus agudos. Ahora se eleva, llega más lejos con ella. Excelente actuación vitoreada por el público que llenaba el recinto del festival con las entradas agotadas.
Capullo de Jerez, que actuó a continuación, entusiasmó a sus muchos seguidores, como era de esperar. Con sus enlazadas tandas de bulerías, su voz ronca, sus arrebatos casi 'rockeros', sus pataítas de baile, pusieron al público en pie. Previsible.
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Este miércoles por la tarde Martín Martín repasó en conferencia la obra del gran Fosforito, otro de los homenajeados en el festival. Se cumplen veinte años desde que el cantaor cordobés, con aires de malagueña, creara el cante por ferreñas, hoy estilo fetiche del festival.
Y por la noche, con otro gran lleno, fue la actuación de Mayte Martín. El certamen, quién lo diría, comienza a contar como llenos sus galas, y aumentan sus devotos y seguidores. Se hacen bien las cosas.
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