Ángela Cremonte y Alejo Sauras, interpretando 'La ilusión conyugal' en el LIII Festival de San Javier. PEPE H
Crítica de teatro | LIII Festival de San Javier

¡Alejo Sauras, espabila, que no te mereces a la mujer que tienes!

Martes, 8 de agosto 2023, 00:03

Alejo Sauras se llevó una gran ovación en San Javier, en 2021, protagonizando un 'Edipo' muy personal a las órdenes de Luis Luque, que contaba ... una historia eterna trasladada al espectador en modo futurista, casi con atmósfera de proximidad a los misterios hipnóticos del planeta Solaris creado por Stanislaw Lem, y que sigue cautivando y aterrando a los humanos siglo tras siglo.

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Luque creó un espectáculo inquietante, bello, cerebral, misterioso y admirable en su perfecto funcionamiento de reloj más allá de cualquier tiempo concreto, que funcionaba como un 'thriller' psicológico que bebía de la fuentes de la Antigüedad y que mostraba a Edipo, encarnado por Alejo Sauras con encanto, vigor y verdad a partes iguales, preso de una fantasmagórica pesadilla de la que le resultaba imposible escapar; Edipo mató a su propio padre y se acostó con su madre. El actor regresó este domingo al escenario del Auditorio Parque Almansa para arrancar la prometedora programación teatral de la LIII edición del Festival Internacional de Teatro, Música y Danza, de cuya dirección vuelve a hacerse cargo David Martínez; pero regresó con una propuesta bien distinta: una comedia ligera, digamos incluso que alta comedia, titulada 'La ilusión conyugal' y que, resumiendo: se ve y se escucha con agrado, e inmediatamente se olvida.

Así fue

  • Obra 'La ilusión conyugal'.

  • Autor Éric Assous.

  • Adaptación y dirección Antonio Hortelano.

  • Intérpretes Alejo Sauras, Ángela Cremonte, Álex Barahona.

  • Representación Domingo 6 de agosto, Auditorio del Parque Almansa de San Javier.

  • Calificación de la función Entretenida.

Original de Éric Assous, la obra, centrada en una pareja que vive de lujo, a la que no le falta el dinero pero le sobra la facilidad con la que él –el típico triunfador egocéntrico, y en este caso también 'encantador'– le es infiel a ella, que en su caso no trabaja, fue incluso hace años llevada también a los escenarios por nuestro galán de galanes patrio, Arturo Fernández. Precisamente, San Javier le rindió homenaje en 2014, ante un público entregado ante su increible vitalidad a los 85 años, y que aquí represento, afortundamente, 'Enfrentados', de Bill C. Davis, una obra en la que se sometía con entusiasmo y sin temor a un trabajo agotador en la piel de un sacerdote, saliéndose por completo de los personajes y de la temática de esa alta comedia que dominaba como nadie.

'Una ilusión conyugal' no es para nada una historia, si hablamos de una relación de pareja hombre-mujer, descorazonadoramente hermosa en plan la narrada por Dennis Lehane en 'La entrega'. Este es su argumento contado por los responsables del montaje: «Una tarde, María (Ángela Cremonte) espera a su marido, Maxi (Alejo Sauras), en casa. Cuando llega, María le propone un juego. Saber en qué punto se encuentra su relación después de tantos años de monotonía. El juego consiste en saber la cantidad de amantes que han tenido durante su matrimonio. A partir de aquí saldrán a relucir las miserias, mentiras e infidelidades de las que han sido objeto durante su relación, hasta llegar a conseguir quitarse la máscara y mostrarse, de una vez por todas, como son en realidad». El juego, sin duda, se pone más interesante tras la aparición de un amigo de ambos, interpretado por Álex Barahona, una de las sorpresas de esta función por su construcción de un personaje que, de tan humano y desvalido, parece recién aterrizado de otro planeta.

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El juego se pone más interesante tras aparecer un amigo de la pareja, al que da vida con mucho acierto y humor el actor Álex Barahona

La comedia funciona en el apartado de 'entretenimiento amable', y también en el de las interpretaciones –a la pareja protagonista Saura y Cremonte la adornan la chispa, la belleza, el ritmo...–, pero lo cierto es que el desarrollo de la función, incluso su final, resultan muy previsibles, falto de originalidad y de una puntual, pero necesaria, tensión dramática e incluso pasional: hablamos de una pareja cuya vida en común está en serio riesgo por el fluir 'donjuanesco' de él. Sexo, se llama.

Infidelidades

El responsable de la adaptación de la obra de Assous, así como de la dirección del montaje, es el también actor Antonio Hortelano, cuyo trabajo se mueve en el terreno de la corrección, y también del buen gusto a la hora de no haber incurrido en la tentación de los chistes fáciles. Pero poco más, a lo que contribuye un texto que va quedando por días anticuado; superfluo, y anticuado. No obstante, el director, un entusiasta del también director de cine y guionista francés, indica, por ejemplo, que Assous nos muestra en esta obra un «diálogo lleno de sorpresas y revelaciones», «contando verdades absolutas sobre la condición humana». Ni lo uno ni lo otro, y en cuanto a verdades absolutas sobre la condición humana, no parece la más dramática y lamentable de todas la de la infidelidad que llevan a cabo hombres inmaduros, infantiles, a los que las mujeres eligen como compañeros.

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