Ruth Lorenzo: «Soy una mujer de carácter, Escorpio y mediterránea; ¡no me toques las narices!»

- La niña.

-Soñadora, traviesa, siempre estaba inventándome algo. También era muy obediente y ayudaba muchísimo en casa.

-Los hermanos.

-Somos un montón: seis; yo soy la quinta, y como del mayor al más pequeño hay bastante diferencia de edad, tengo sobrinos que podrían ser mis hermanos. La casa siempre estaba llena de gente...

-Un recuerdo.

-Me encantaba la sandía, igual que ahora. Mi madre tenía un huerto en casa y, claro, a la hora de la siesta, en verano, siempre nos decía que no podíamos salir de la casa; pero yo, después de fregar los platos y cuando escuchaba a mi madre roncar, salía y me bañaba en la piscina yo sola, jugaba a hacer 'La sirenita' y, como mi madre tenía las sandías controladas, si veía alguna que ya estaba en su punto la cogía, la partía por la mitad y me la comía entera; eran pequeñitas, ¡eh! [Ríe]. A veces escondía alguna dentro de una casita como de muñecas que tenía, y mi madre terminó descubriendo que era yo la que le 'robaba' sus sandías [risas].

-Su gran sueño.

-Ser cantante, siempre supe que sería cantante, que me dedicaría a la música.

-¿Qué música escuchaba?

-Bon Jovi me encantaba, y Guns N' Roses y Led Zeppelin, la música que escuchaba mi hermana, que era adolescente. Me gustaba todo lo que fuese rock, pero también recuerdo las funciones que hacíamos en el cole y canciones como '¿Dónde estás corazón?', de Mocedades. Y también [la canta] esa que decía 'Ay que guapa está la luna / con su cara enamorá'. Y un artista que de pequeña me tocó mucho el corazón fue José Luis Perales.

-¿Ha hecho en la vida lo que ha querido?

-Sí, porque todas las veces que, por ejemplo, me he visto en una situación en la que no quería estar, me he rebelado y he salido de ahí. Y creo que en eso consiste ser libre, en rebelarte cuando tienes que hacerlo y saber poner el punto y final. Y, también, para ser libre tienes que estar atenta a que tu mente no quiera jugarte de vez en cuando una mala pasada.

-Sus propias normas.

-Lo primero en mi vida: la familia. Lo segundo: el contacto con la naturaleza, necesito sentirme un ser salvaje. Lo tercero: no dejar que las cosas materiales se apoderen de mí, porque en cuanto lo material se apodera de ti, pierdes tu libertad, entre otras cosas porque te vuelves ambicioso, todo te parece poco, siempre quieres más y eso convierte en un castigo muy grande.

-¿Qué no haría jamás?

-Siempre tuve claro que jamás vendería mi cuerpo a cambio de éxito, que jamás haría eso que se llama 'pasar por la piedra' para conseguir un contrato, una buena oportunidad o lo que sea. Yo no me vendo, soy muy mía.

-¿De qué procura no olvidarse?

-De mis orígenes, no me olvido de dónde vengo.

-¿Qué no hace?

-No me regocijo en las victorias de mi pasado, siempre estoy pensando en que tengo que dar lo mejor de mí en el momento en el que estoy, como si ese momento fuese a ser el último. No miro al pasado, lo que me interesa es tener claro hacia dónde quiero ir.

-Y ahora, ¿hacia dónde quiere ir?

-El rock and roll me llama [sonríe], y estoy muy contenta porque acabo de grabar un disco con la banda que he montado con músicos de Murcia. Tengo una banda súper, muy top; lo hemos compuesto juntos en Murcia y nos hemos ido a Real World Studios a grabarlo en cinta analógica, en directo. Es un disco muy rockero al que estoy terminando de darle esos detalles que necesita, y estamos preparando su lanzamiento. Pero no puedo decirle nada de su contenido, excepto lo que he comentado de grabarlo en cinta analógica, cosa que ya no hace nadie, en los estudios de Peter Gabriel; ¡ha sido totalmente mágico!

-Una nueva etapa.

-Estoy superfeliz, porque algo que siempre he ido buscando ha sido una familia en el escenario; muchas veces las artistas solistas, como se nos trata de, y lo digo entre comillas, 'divas', notamos mucha soledad en el escenario. Yo empecé con una banda de rock y siempre he echado de menos tocar con mi banda; y no sólo a la hora de actuar, sino también de componer y grabar.

-¿En qué ha acertado?

-Creo que he sabido salir bien de situaciones duras, sin perder de vista que la vida nunca es fácil, pero que eso no significa que no sea bella. Tienes que ser consciente de que las cosas se pueden poner difíciles en cualquier momento. Yo, de todas formas, soy muy luchadora, algo que me viene de fábrica, porque mi madre es una luchadora ejemplar. A lo que me niego es a perder la ilusión y a dejar de mantener una mirada atenta la belleza.

-¿Tocó fondo?

-Claro, en muchas ocasiones, pero es que yo creo que eso lo experimentamos todos. Y ya no sólo me refiero a cosas graves que se te presenten, sino a que es un hecho que, en el día a día, a veces llega un momento en el que sientes que no puedes más, que necesitas desaparecer e irte a dormir. Ninguno somos perfectos, todos tenemos que aprender a ser eficaces a la hora de gestionar nuestras emociones y plantarle cara a los momentos difíciles. Lo último, sucumbir al pánico; lo mejor, haber ejercitado la templanza.

-¿Le queda mucha inocencia?

-Soy muy inocente y quiero seguir siéndolo toda la vida.

-¿Aunque se lleve golpes?

-Me da igual, no me importa, perder la inocencia lo único que te trae es amargura, y yo me niego a ser una persona amargada, prefiero pegarme por ser inocente una buena hostia y levantarme.

-Los viajes.

-Hay muchos lugares que he conocido y a los que volvería... Me paso la vida viajando. He crecido en Estados Unidos, he vivido seis años en Inglaterra, he estado en sitios maravillosos, pero el lugar que me hace sonreír, en el que no puedo ser más feliz y al que siempre decido volver es Murcia.

-La Región de Murcia.

-Yo soy del barrio de Vistalegre, de pequeñita nos fuimos a vivir a La Alcayna y después a Estados Unidos. La Región de Murcia es mi templo; cuando necesito sentir que estoy en una ciudad bonita, me voy al centro de Murcia, me tomo un café en CaféLab, paseo por la Catedral, por Platería, por Santo Domingo...; cuando necesito escapar de todo, pues me voy a Calblanque; cuando necesito bucear, me voy a La Azohía; cuando me apetece un buen puerto de pescadores, me voy a Cabo de Palos; y me gusta hacer excursiones por las Salinas de San Pedro, Bullas, Cieza -donde está la Casa de la Campana, que es una preciosidad-...

-El silencio absoluto.

-Soy apneísta y me apasiona bajar al fondo del mar lo más profundo que me dejan; aunque mi máxima estaba en 31 metros de profundidad, que no es mucho, para proteger mis oídos no suelo bajar a más de 20 metros. Cuando hago los entrenos de apnea en mar abierto, me encanta esa sensación de bajar a 25 metros de profundidad y quedarme allí mirando... Siento una libertad inmensa, que estoy más conmigo que nunca, que conecto con mi yo más esencial. Después, cuando salgo del agua y respiro, es como volver a nacer una y otra vez.

-¿Y ante la posibilidad de un accidente fatal?

-Pues mire, qué muerte más bella tendría. Tengo miedo, como todo el mundo, no soy una descerebrada y sé que el miedo está ahí para protegerte de los peligros que puedan haber, pero lo importante es saber mirar al miedo a los ojos y tomar tú las riendas de tus posibilidades. ¿Que puede haber accidentes? Claro que sí, todos vivimos expuestos. Pero si vives pensando en lo malo que te puede ocurrir, ¿qué vida tienes? Ninguna.

-¿Para qué es un desastre?

-Para llevar mi agenda. No puedo, no puedo, no puedo. Es que hago demasiadas cosas. Mire, la semana pasada, uno de los días desayuné en Londres, comí en Murcia, cené en Jaén y dormí en Granada.

-Su estreno como actriz.

-Cuando leí el guión de 'Medusa' me encantó. Hay crítica, hay ironía, hay música, hay espectáculo y, para mí, poder trabajar en mi primer papel como actriz con Victoria Abril es como un sueño. He aprendido y estoy aprendiendo muchísimo de ella. Esa faceta de la interpretación me apetecía mucho explorarla...

-Victoria Abril.

-Es supercariñosa, extremadamente trabajadora, increíblemente perfeccionista, excelente compañera. Todo el rato está ayudándote para que saques lo mejor de ti. Es una grandísima actriz y una mujer excepcional.

-¿De qué nos habla la obra?

-Entre otras cosas, del empeño que tenemos en mirar al otro, y juzgarlo, desde nuestra propia realidad y sin intentar entender la suya. De la mirada prejuiciosa, de lo egocéntricos que somos creyéndonos que sólo nuestro juicio es el acertado. ¿Quiénes nos creemos para estar juzgando siempre a los demás? Yo hago dos personajes: el Oráculo y Euríale, una de las hermanas de Medusa, un personaje divertido y extremo.

-¿Conoce la traición?

-Por supuesto. Yo no he traicionado nunca nadie, pero a mí sí me han traicionado.

-¿Conoce los celos?

-Sí. Soy una mujer de carácter, Escorpio y mediterránea; no me toques la narices y ten claro que, igual que a mí no me gusta que me quiten mi libertad, yo no se la quito al otro. Soy algo celosilla en el plano sentimental, pero nada celosa de los éxitos de los demás, me encanta ver a otros triunfar, me hace sentir que yo también puedo. Y tengo la suerte de sentir la felicidad del otro como propia.

-¿Hasta dónde romántica?

-A veces, hasta la estupidez [risas], pero no me arrepiento. Que alguna vez hago el ridículo, pues así tengo un motivo para reírme de mí misma.

-¿Construirá su propia familia?

-Si me está preguntando si algún día tendré hijos, lo más probable es que no. Nunca digo nunca, pero tampoco he tenido la necesidad de ser una mujer embarazada y de parir. Pero, por otro lado, también le digo que soy muy madre; ahora mismo, mi madre, que se quedó huérfana, es mi niña, y mis sobrinos son mis hijos. Y todo aquel que entra en mi vida y necesita algo tiene mi apoyo. He tenido asistentes personales que han sido mis 'hijos' durante años [ríe]. Soy muy familiar y ya considero que tengo mi familia y mi hogar y, más adelante, veremos lo que la vida querrá darme.

-La actividad física.

-Soy muy deportista: en el gimnasio entreno casi todos los días, he hecho kitesurf, me encanta perderme por la montaña... Todo lo que tiene que ver con estar en contacto con la naturaleza me resulta muy atractivo.

-La alimentación.

-Desde hace unos años, no puedo comer ni marisco, ni pescado, que me encantaban; pero como todo tipo de carnes y muchísima verdura y, como buena murciana que soy, donde estén los guisos de mi madre que se quite todo lo demás.

-¿Satisfecha con su carrera?

-Sí, pero me queda mucho por hacer.

-¿Barco tenemos?

-Comprarse un barco creo que es de las peores inversiones que puedes hacer, pero tener amigos con barco es algo de los más recomendable [ríe].