Rosa Belmonte, junto a uno de los perros de sus conocidos con los que se ha encariñado.
Columnista

Rosa Belmonte: «Entretiene mucho ver a Mariló Montero subiendo unas pesas de 30 kilos y haciendo 'uuff, uuff'»

Estío a la murciana ·

«Las últimas palabras que mi madre me dijo antes de morir fueron: 'No tengas críos'»

Jueves, 25 de agosto 2022, 00:38

Recuerda Rosa Belmonte, nacida en el Barrio del Carmen de Murcia, que un día acudió a una cita con un chico, por puro compromiso, ¡y ... llegó ya cenado! Y añade: «Pero yo sí cené mientras él me miraba. Le conté, por hablar de algo, que había estado hace poco en Egipto. '¿Y te crees todo eso de las películas?'. '¿El qué?', contesté con la boca llena. 'Lo de las pirámides. Las construyeron los extraterrestres'. Ah. Me cago en todos mis muertos, en la vida social y en aceptar salir con este tipo». Lo cuenta en 'Sobre nosotras. Sobre nada' (La esfera de los libros), escrito a medias con Emilia Landaluce. Rosa Belmonte es columnista de ABC y de los periódicos de Vocento, al que pertenece LA VERDAD. Y es única e irrepetible. La conoces y la quieres. Se emociona escuchando a Victoria de los Ángeles.

Publicidad

-¿Qué no me va a decir?

-Yo mi edad no se la pienso decir ni loca.

-¿Pero por qué?

-Porque vivimos en una sociedad patriarcal en la que a las mujeres mayores no se las contrata, '¡uy, qué vieja ya!', van y te dicen. Yo tengo que mantener mi estatus económico [ríe].

-¿Qué le dijo su madre?

-Las últimas palabras que me dijo antes de morir fueron: 'No tengas críos'.

-¿Cómo era?

-Una tía guay. Cuando nadie estaba separado, mi madre estaba separada, iba con su coche a todas horas por ahí, llevaba la ropa a una lavandería...; hacía cosas que no hacían las otras madres.

-¿También usted recomienda no tener críos?

-Yo procuro no recomendar a nadie nada, que cada uno haga lo que le salga de las narices. No tengo interés en recomendar nada, ni bueno, ni saludable, ni lo contrario. Ahora, supongo que si tienes un hijo lo quieres más que a nada en el mundo, pero yo nunca he tenido ninguna necesidad de tenerlos; pero, vamos, que no pretendo que los demás hagan lo que yo hago.

Publicidad

-También decía su madre que no le gustaban «ni los hombres, ni los perros».

-A mí los perros me encantan, pero yo no tengo perro. Los tienen mis amigos y estoy encantada con ellos, con los perros; ah, y con mis amigos también.

-¿Por qué no tiene uno propio?

-Porque yo trabajo y 'no podría conciliar' [ríe].

-Sus semejantes.

-Soy bastante antisocial o asocial o misántropa; pero, bueno, en el fondo también hablo con la gente. No tengo ninguna necesidad, también es cierto, pero si tengo que hacerlo, lo hago sin problemas. Pero interés, pues no.

Publicidad

-¿Somos los reyes de la Creación?

-Yo creo que sí. Como diría Tamara Falcó: 'Estamos en lo alto de la pirámide' [risas]. No tengo ninguna duda, yo me voy a comer la langosta y no tengo el menor problema en echarla a la olla de agua hirviendo. También es verdad que somos unos patanes, pero unos patanes que mandamos. Esto de los seres sintientes, no digo que no, pero esa ley de bienestar animal contiene un montón de disparates, aunque esté hecha con buena intención.

En tragos cortos

  • Un sitio para tomar una cerveza. A la orilla del mar.

  • Una canción. 'L'appuntamento', de Ornella Vanoni.

  • Un libro para el verano. 'Los papeles póstumos del Club Pickwick', de Charles Dickens.

  • ¿Qué consejo daría? [Yo no doy consejos]

  • ¿Le gustaría ser invisible? A ratos.

  • Su héroe o heroína de ficción. Sheena (Reina de la Selva).

  • Un epitafio. [...]

  • ¿Qué le gustaría ser de mayor? Rica.

  • ¿Tiene enemigos? Que yo sepa no, para eso hay que ser alguien.

  • Su copa preferida. Dry Martini.

  • Un baño ideal. En la piscina de algún amigo.

-Sostiene usted que un día se dio cuenta de que dormir con un perro es mejor que hacerlo con una persona, ¿de qué más cosas se ha ido dando cuenta?

-Por ejemplo, yo me llevé una gran decepción cuando descubrí que a los jerséis de cachemir también les salen bolas.

Publicidad

-Normal, la gran decepción. En el instituto escribió un relato en forma de diálogo entre Penélope y Jimena poniendo verdes a sus maridos, Ulises y El Cid. ¿Ganas de incordiar?

-No, no; eso es ser una pedante directamente, eso de decir 'estas dos aquí, pendientes de los maridos, que se iban a la guerra o donde demonios se fueran'. El primer premio se lo dieron a una que escribía siempre poesía, no supieron valorar mi inventiva y originalidad literarias [risas].

-¿Buena persona?

-Pues no lo sé; yo procuro no dar por saco, pero es que eso de ser buena persona debe ser, en general, dificilísimo; estoy escribiendo este verano unas tonterías sobre los siete pecados capitales y me he dado cuenta de que los tengo todos menos el de la lujuria, que es muy cansada.

Publicidad

-¿Ha tocado fondo alguna vez?

-Mis sufrimientos y mis tristezas han sido las normales. La vida ya es una mierda aunque no te pase ninguna desgracia, así es que ya, con desgracias, debe ser la leche.

-¿No se siente una privilegiada?

-Seguramente soy una gran privilegiada, evidentemente, pero no soy una señorita de cuna meneada, ni he ido a colegios en Inglaterra, ni he tenido los zapatos que me hubiera gustado tener cuando era pequeña...; pero, por otro lado, podría haber nacido en Afganistán, lo sé. Sin ser una Rockefeller, soy una privilegiada por muchas razones, una muy importante por cómo me tomo las cosas.

Noticia Patrocinada

-Jugaba al fútbol con los chicos de su calle...

-... sí, sí. Jugaba un poco a escondidas porque era una época en la que a mi madre no le parecía bien que jugara al fútbol. De pronto decíamos '¡coche!', y alguien cogía el balón y parábamos mientras pasaba.

-¿Ahora qué deporte hace?

-Estoy un poco gandula, pero como te levantas por la mañana y te duele todo, sabes que cuanto más hagas, menos te va a doler. Yo soy mecenas de un gimnasio muy caro y solo femenino, por lo que no sé por qué demonios hay tíos allí de monitores [ríe]. Lo he pagado incluso durante el confinamiento, y procuro ir de vez en cuando. Este año descubrí un día que allí entrenaba Mariló Montero, y entretiene mucho, mientras tú estás en la elíptica, verla levantando unas pesas de 30 kilos y haciendo 'uuff, uuff' con un cuerpazo que te cagas.

Publicidad

Rosa Belmonte y otros perros de sus conocidos.

Espalda

-También hace yoga y pilates.

-También, pero por señora mayor, no por zen ni nada de eso. Como la espalda me duele un montón, me he permitido el lujo de tener una entrenadora personal que se encarga de que haga lo que mejor me viene para mis dolencias [sonríe].

Publicidad

-Emilia Landaluce le dijo: «No me gusta que seas tan vieja porque te vas a morir antes'. En fin, no le digo nada.

-[Risas] Es lo que tiene relacionarte con gente más joven que tú, que no saben ni quién es Locomotoro y encima te llaman vieja.

-¿A qué se niega?

-A vivir mal; pero, vamos, que si la cosa se complica tanto que tengo que ir con el forro polar por mi casa, tampoco es la cosa tan grave.

-¿Su gran afición?

-¡Uy! Mi mayor afición es no hacer nada, pero nada de nada, no dar ni clavo.

Publicidad

-¿Qué no es usted?

-Yo no soy Patricia Highsmith.

-Cita a Diana de Gales: «Podría recorrer millas para conseguir un sándwich de beicon». En su caso, ¿por qué cosas haría usted ese esfuerzo?

-Yo, ¡por un arroz y conejo! Cada vez que voy a Murcia y mi hermana me dice '¿qué hago?', lo tengo claro: 'Arroz y conejo'. Es que fuera de Murcia el arroz y conejo no lo saben hacer, ¡ni el conejo en ajo cabañil tampoco!

-Ciudades.

-Nueva York, Londres, París. No tengo ningún interés ya en ir a países exóticos, tuve la suerte de viajar a lugares increíbles durante años con Miguel de la Cuadra Salcedo y la Ruta Quetzal.

«Yo confío en que morirse sea la nada más absoluta. ¡Qué coñazo vivir otra vez!»

-Además de un huevo hasta que no se rompe, qué le parece un misterio.

-Últimamente, la cabeza de la gente. Tú miras Twitter para ver lo que hay allí, porque eso es un mundo aparte en general, y ves las cosas que dice la gente, y por todo lo que se ofenden y protestan, y es que no das crédito. En general, la gente se ha vuelto loca.

-¿Se llegó a comer el papel de las magdalenas sí o no?

-Alguna vez sí, el que estaba más pegado a la magdalena, ¡todo no!

-¿Qué se regaló a sí misma?

-En cuanto tuve el dinero para ello, el diccionario María Moliner.

Publicidad

-¿Qué le impresiona?

-Siempre, el sufrimiento. Ahora mismo estoy viendo una serie, 'Después del huracán' [basada en hechos reales, sobre el impacto del huracán Katrina y sus consecuencias en un hospital], y me estoy agobiando un montón. ¡Y pasó hace años! El sufrimiento de los demás me impresiona mucho.

Locomotoro

-¿Llorar qué le hace?

-Cada vez que la veo, y la habré visto ya veinte veces, 'Los puentes de Madisson' [de 1995, dirigida por Clint Eastwood].

-¿Qué no se imagina?

-No me imagino siendo el alma gemela de una señora del Tibet, que tampoco sabría quién es Locomotoro.

-¿Hay un Más Allá?

-Yo confío en que morirse sea la nada más absoluta. ¡Qué coñazo vivir otra vez!

-El rey emérito.

-El pobre rey Felipe...; entiendo que está en una situación en la que haga lo que haga no se lo van a perdonar. A mí no me parece bien que este señor esté en un sitio [Dubái] en el que se alcanzan los 52 grados; es como mandarte al infierno antes de morirte por mucho que tengas aire acondicionado. Yo no siento animadversión por el rey Juan Carlos.

-Isabel Díaz Ayuso.

-Me parece un personaje casi de tebeo. Tiene un don, independiemente de sus aciertos o sus errores, para la comunicación y para decir cosas que llegan a la gente. Me cae bien. Ya es un lugar común decir que todos los políticos son horrorosos, aunque es verdad que casi todos son horrorosos; pero... ¿por qué va a ser Isabel Díaz Ayuso peor que [Pedro] Sánchez o peor que Juanma Moreno o tal? El otro día leí una entrevista a Maruja Torres en la que decía: 'Cuanto más habla Feijóo, más tonto me parece'. Y a mí también. Yo no creo que Feijóo sea mejor que Díaz Ayuso. Es que con la calidad de políticos que tenemos no creo que se pueda decir qué horrible es Díaz Ayuso y fíjese en los grandes políticos que hay en el Gobierno. Y Yolanda [Díaz], ¿pero quién es Yolanda, qué ha hecho Yolanda? La llamo la ministra del 'extraño prestigio'. No entiendo que gente que yo considero inteligente piense que ella sería la solución para la Presidencia del Gobierno. ¿Pero qué ha hecho esta señora?

Publicidad

-Una película.

-'Encadenados' [Alfred Hitchcock, 1946]

-¿Dónde no la veremos?

-Ni en el Rocío, ni el Camino de Santiago.

-¿En los toros sí?

-¡Sí!

-¿Viendo a quién?

-A Morante [de la Puebla], es lo más grande que hay ahora mismo. Y además no es tan gordo como parece. Como es recio y el traje de torero engorda...; pero no, luego lo he visto con traje de chaqueta y me he dicho: '¡Pero qué injusticia, si no está tan gordo!

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Periodismo real, sin bulos ni especulación

Publicidad