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El músico Rafa Val, fotografiado tras su entrevista con LA VERDAD. martínez bueso
Vocalista y guitarrista de Viva Suecia

Rafa Val: «De estrella no tengo absolutamente nada, soy un guitarrista que canta»

«En estos momentos, me gusta pensar que Yolanda Díaz puede hacer un par de cosas bien. Sé que me acabará decepcionando, pero en alguien hay que confiar», considera el músico

Domingo, 7 de agosto 2022, 08:08

Tiene carisma Rafa Val (Murcia, 1988), guitarrista y vocalista de Viva Suecia. También compone buenas canciones. Hoy, suyo es el reino de los enamorados y ... de aquellos de quienes la vida, sonriente, se queda prendada. Si buscan un canalla, este no es su hombre. Tiene mucho más que ver, por suerte, con Nick Carraway que con Tom Ripley. Canta: «Ven a verme un día, yo te espero de por vida...».

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-¿De qué se alegra?

-De los éxitos ajenos.

-¿Qué niño fue?

-Según mi madre, un niño muy bueno, que se quejaba poco y buen estudiante. Era obediente y no me metía en follones. Incluso mi etapa de rebeldía juvenil tampoco fue gran cosa [sonríe].

-¿Qué es?

-Una persona diplomática. Lo soy por la necesidad que tengo de evitar problemas, sobre todo los que son absurdos.

-¿Qué cambio llevó a cabo?

-Cambié el balón por la guitarra. Jugaba mucho al fútbol, mi padre era futbolista y llegó a jugar en tercera división. El fútbol es a mi padre lo que la música es a mí. Con 15 años, me regalaron una guitarra española en Navidad y esta fue ganándole cada vez más terreno al balón. Y empezó a interesarme también mucho la Literatura, en lo que tuvo mucho que ver Pepa Rico, una profesora que tuve en el instituto; me acerqué a los libros clásicos, a los discos clásicos... Me hacía más feliz la guitarra que el fútbol. El día que lo dejé mi padre lo entendió, con 19 años ya estaba muy metido en la música.

-¿Se imaginó este éxito del que disfruta Viva Suecia?

-Nunca creí realmente que fuese a pasar esto: estar arriba del escenario frente a un montón de personas que se saben tus canciones. Y a día de hoy me sigue pareciendo muy increíble, pero sí que continuamente soñaba con esto. Tenía un sueño que era muy complicado de realizar, y cuando lo consigues todo el mundo te da la enhorabuena porque se sabe lo difícil que es lograrlo. Y el primero que se queda estupefacto eres tú, el primero en no llegar a explicarse muy bien cómo han sucedido las cosas.

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-¿Cómo?

-A día de hoy, echo la vista atrás y no tengo muy claro cómo tuve el arrojo en su día de trabajar siete años de camarero porque quería costearme este sueño de la música. Estudié Magisterio porque quería ser funcionario, no quería una vida con altibajos, quería dos meses de vacaciones en verano, estabilidad, un sueldo más que decente...; no sé de qué manera acabé la carrera y me metí, ya le digo, a trabajar tanto tiempo de camarero a ver si pasaba algo. No sé si podría volver a hacerlo. Hasta que me fue bien con la música tuve que tratar de convencer a todo el mundo de que no estaba loco.

-¿De estrella qué tiene?

-De estrella no tengo absolutamente nada, soy un guitarrista que canta. Cuando me preguntan, digo que soy músico, nunca que soy cantante, me viene grande esa palabra. No la asocio a mí, y no es falsa modestia. Y dentro de la banda, todos tenemos voz y voto, todos opinamos de todo y nadie resalta por encima de nadie. Somos un grupo sin egos, y yo me siento muy cómodo ahí. Siempre me vi a la derecha del escenario tocando la guitarra, lo que pasa es que me ha tocado cantar.

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-¿Valiente?

-No me tengo por valiente.

-¿Tierno?

-Con la gente que quiero, muchísimo. Y me gusta ser así.

-¿Miedo a qué tiene?

-Miedo a que Marina me deje de querer.

-¿Cómo la conoció?

-En 2009, en Madrid, en la cola de un concierto de Oasis [sonríe]. De golpe, lo tuve muy claro. Estamos juntos desde hace 4 años, pasamos unos cuantos cada uno en su movida, pero desde que la conocí nunca se me fue de la cabeza.

-¿Cómo es?

-Marina no es nada celosa, Marina no es nada posesiva, Marina da muchísima libertad, Marina es muy cariñosa, Marina es muy detallista...; pero lo más importante es que no tiene un montón de cosas que yo he visto en la naturaleza de otras personas y que no me gustan nada. He tenido la doble suerte de encontrar a una persona con la que caso muy bien y de ser correspondido.

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-¿Fiel?

-Siempre he sido una persona fiel, no sé muy bien por qué tipo de convicción. Pero ahora, con Marina lo tengo muy fácil porque la satisfacción con ella es total en todos los aspectos. Además, otra cuestión es que yo tampoco alimento a la bestia. No coqueteo con nadie, y si alguien intenta fliltear conmigo sorteo la situación. Ni siquiera por diversión sigo el juego lo más mínimo. Creo que los demás se están perdiendo lo que yo tengo, y no que yo me esté perdiendo nada. No creo, por ejemplo, que tener más sexo esporádico hiciera mi vida mejor.

-¿Mejor con amor?

-Sin la menor duda.

EN TRAGOS CORTOS

  • Un sitio para tomar una cerveza. La Vermutería, en Murcia.

  • Una canción. 'Famous blue raincoat', de Leonard Cohen.

  • Un libro para el verano. 'La edad media' (editorial Candaya), de Leonardo Cano.

  • ¿Qué consejo daría? No aceptes consejos.

  • ¿Le gustaría ser invisible? No.

  • Su copa preferida. Cerveza.

  • Su héroe o heroína de ficción Batman.

  • Un epitafio «Hizo lo que pudo».

  • ¿Qué le gustaría ser de mayor? Músico.

  • ¿Tiene enemigos? No creo.

  • Un baño ideal. Una ducha al aire libre.

  • ¿Lo que más detesta? La picaresca y la mala educación.

-¿Qué no ha sido nunca?

-Salvo en algún momento muy puntual, agresivo.

-¿Qué más?

-No soy rencoroso.

-¿Hay un Más Allá?

-No lo creo.

-¿Y un Dios creador?

-Tampoco lo creo.

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-¿Y qué sí cree?

-Que no estamos solos en el Universo, que hay vida más allá de la Tierra.

-¿De qué tiene la capacidad?

-En el momento en que suceden las cosas, pienso mucho ellas, pero una vez que las he meditado tengo la capacidad de dejarlas a un lado y no obsesionarme. Si no hay verdaderamente ninguna razón de peso para que me atormenten, las archivo. Eso y escribir me han ahorrado un montón de pasta en psicólogos.

-¿Qué reconoce?

-Que a veces puedo parecer muy despreocupado. No soy muy detallista, salvo con Marina, y tampoco hiperfamiliar en el sentido de que, por ejemplo, necesite ver a mis hermanos varias veces a la semana, lo que no quiere decir que no diera mi vida por ellos.

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-¿Conoce la depresión?

-No, nada serio, pero sé por otras personas lo chunga que puede ser. Me sentí un poco desbordado cuando estalló la pandemia, me planteaba cosas como si cuando pasase la gente seguiría necesitando ir a los conciertos...

-...dice 'necesitando'.

-Sí, porque creo que los músicos ofrecemos un servicio, aunque la palabra suene muy fría. No digo que las canciones vayan a cambiar el mundo, pero sí que de alguna manera son tablas de salvación en según qué momentos vitales estemos atravesando. Además, las buenas canciones te ayudan a ser más empático, y la empatía es fundamental para que una sociedad funcione bien. Cuando escucho una canción como 'Morir o matar', de Nacho Vegas, está claro que yo no he pasado por eso, ni espero tener que pasar nunca, pero entiendo lo que me está contando. Me lo ha contado de una manera que me llega y consigue ocupar un hueco en mí que no puede ocupar nada ni nadie de otra manera.

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-¿Qué importancia le concede a su imagen?

-No me preocupo especialmente de ella, aunque por razones obvias he de cuidarla un mínimo. Siempre he sido deportista, pero en un momento dado, durante los dos años de más trabajo del grupo, dejé totalmente el deporte y gané peso. Ni me encontraba bien, ni físicamente me gustaba demasiado, aunque nada preocupante tampoco, no me daba asco a mí mismo ni nada por el estilo [sonríe]. No sé, no me peino nunca, la barba me la arreglo yo mismo -mi padre es profesor de peluquería y estética-. Ahora he retomado el deporte, voy a un gimnasio con algunos amigos. Me aburro corriendo, me desespero, y tampoco me gusta la bici. Pero, vamos, aunque genéticamente he tenido cierta suerte, no me considero una persona irresistible ni un tipo especialmente guapo.

Rafa Val muestra algunos de sus tatuajes, tras su entrevista con LA VERDAD. martínez bueso

Entender

-De depilarse ni hablamos.

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-[Risas] Ni hablamos, me gusta tener pelo en el pecho, aunque en verano me afeito alguna vez cuando hace muchísimo calor porque es como si llevase una manta incorporada.

-¿Qué procura?

-No despreciar a los demás, bajo ningún concepto. A cambio, hago el esfuerzo de intentar entender las razones de todo el mundo.

-¿Se define políticamente?

-Soy abiertamente una persona de izquierdas.

-¿Qué clase política tenemos en este país?

-Una clase política que no merecemos, pero no es algo que no pase en casi todos los países. Hace tiempo que nos quedamos sin opciones, y votar al menos malo no es una solución. Estamos cansados de que nos decepcionen, en el momento en que parecía que se rompía el bipartidismo nos llevamos otras tantas decepciones. Como no tengo otras opciones, acabo votando al que considero el menos malo. En estos momentos, me gusta pensar que Yolanda Díaz puede hacer un par de cosas bien; sé que me acabará también decepcionado, pero en alguien hay que confiar.

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-¿Qué verano fue espectacular?

-El de mis 25 años. Los doce meses fueron espectaculares, todo maravilloso, todo estuvo muy bien. Y no tenía un duro.

-¿Lo más importante qué es?

-Tener a alguien que te quiera cuando llegas a casa. En mi caso, es el pilar sobre el que se sostiene absolutamente todo lo que hemos construido estos años.

-¿Algún día qué?

-Me gustaría ser padre.

-¿Qué le molesta?

-La picaresca, tan valorada por alguna gente. Y detesto la traición y, por encima de todo, la mala educación.

-¿Qué es un placer?

-Comer, muy por encima de beber. No suelo ponerle reparo a nada, salvo a la coliflor.

-¿Adicto a algo?

-A la cerveza. Ya solo meto en la nevera las que me voy a beber, porque de lo contrario me bebería todas las que hubiese.

-¿Qué disco salvaría de un mundo en llamas?

-'Grace', de Jeff Buckley. Es un disco pilar en mi vida.

-¿Su mejor letra?

-A 'Lo que te mereces' [de 'El milagro' (2019)] y 'A dónde ir' [de 'Otros principios fundamentales' (2017)] no les cambiaría ni una coma.

-¿Para qué es usted un trasto?

-Puedo tocar el piano y la guitarra, cierto, pero soy muy torpe con las manos, no paro de tirar cosas, de romperlas...; ¡un zote!

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-Las drogas.

-Ahí están. Todos hemos probado cosas a lo largo de los años, pero no son algo que me interese demasiado. Por suerte, no las necesito en ningún ámbito de mi vida.

-¿Duerme bien?

-Cuando vamos en la furgoneta lo hago casi todo el tiempo. Mis compañeros me odian por ello [risas]. El secreto está en subirte hecho mierda, pero a ellos no les funciona y a mí sí.

-¿Barco tenemos?

-¡Noooo! Me gusta el mar para contemplarlo y escucharlo, pero no para interactuar con él. No soy muy amante de la playa, ni del buceo, ni de navegar... Sí lo soy de comer en un chiringuito a su lado.

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