Las tranquilas y recoletas calas de Calnegre

Merece la pena bajar a su abrupta costa, con un puente de negra piedra; y protegerse del sol bajo mimosas, palmeras o eucaliptos. Siguiendo la pista inicial, circundarán Calnegre y, tras una subida, volverán a bajar hasta la del Baño de las Mujeres.

Otra nueva subida les pone ante la Playa del Siscal, de arena y acotada, donde ya no hay más remedio que andar. La pista, por el interior, sube y baja ramblas que han dado origen a coquetas calas en una costa de puntiagudos acantilados.

Pasen una primera rambla y continúen hasta una segunda, por la que se baja a Cala Honda entre adelfas, juncos y tarayes, una amplia bahía con un insuperable baño. Si siguen hacia el Oeste, pasarán junto a una pequeña cueva y, entre farallones negros, por playas cubiertas de posidonia seca y de cantos rodados. También por una fuente de agua dulce a pie de mar. Enseguida llegarán a otra cala amplia (Ciscar), desde la que se ve el viejo cuartel y, si superan la Punta del Ciscar, pisarán otra cala de arena marrón y negra también con cueva.