Aniversario
Interpretado por Alfonso Martínez, alumno de Arte Dramático de la ESAD de Murcia
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Pedro Pujante
Sábado, 5 de agosto 2023, 16:45
El hombre y la mujer entran en la agencia de viajes dispuestos a contratar sus codiciadas vacaciones estivales. Han pasado todo el año recreándose en escenas imaginarias de sí mismos en lugares fantásticos, en playas alienígenas bañadas por aguas púrpura, bebiendo cócteles de sabores exóticos, ... descansando en hamacas mecidas por una brisa suave y letárgica. En sus ensoñaciones ven sus cuerpos desnudos sumergidos en un jacuzzi redondo con el agua color champán, buceando entre corales, celebrando orgías con decenas de lascivas ninfas y faunos perversos bajo la luz de estrellas que forman desconocidas constelaciones.
Todo el Universo, piensan, conspira para que sus sueños se cumplan. Ya ha pasado un año desde las últimas vacaciones. El tiempo se ha arrastrado lento desde el último verano. Pero por fin ha llegado el momento. Aunque al entrar a la oficina de Viajes Spaceing al hombre le sacude un funesto presentimiento. Tener al alcance de la mano su deseado sueño parece reducirlo a cenizas. Desciende por el túnel de sus fabricaciones mentales y llega al presente. Ahora. Los sueños se difuminan como niebla y el mundo físico, como una luz hendiendo las tinieblas oníricas de la fantasía, se hace más y más tangible. El hombre mira a su esposa. Ella le responde con una mueca inexpresiva. Están decididos.
Abren la puerta y avanzan hacia su sueño.
Al otro lado del mostrador hay un ser con una cabeza redonda y fofa como una esponja. Una pelusa verde recubre toda su cara. Y en el centro de la pelusa azul verdosa dos ojos sin pupila les miran. Sonríe. Solo tiene cuatro dientes: dos en cada hilera. Habla un idioma desconocido pero por alguna extraña razón el hombre y la mujer entienden al ser esponjoso. Qué desean. Es evidente que está usando un traductor mental o algo así. Vaya, qué pregunta más tonta, es la costumbre. Ni el hombre ni la mujer tienen tiempo para responder. Sí, ya veo, ustedes necesitan un viaje, tomen asiento, déjenme mirar un poco más adentro, no se resistan, será rápido, toda la información que obtenga será totalmente confidencial y utilizada exclusivamente con propósitos comerciales. Spaceing es una compañía del grupo G.O.D. y cualquier…
El hombre y la mujer dejan de escuchar al ser esponja y se dedican a visualizar mentalmente sus vacaciones ideales. Sus mentes están entrelazadas y unidas a las del verdoso agente. Ahora, las imágenes no son tan nítidas o precisas como en sus sueños diurnos, pero al menos reflejan con bastante fidelidad el destino turístico que más se ajusta a sus aspiraciones. Está bien, ya casi estoy, a ver, sigan concentrados un poco más, sí, ya, ahora, si me dan sus nombres completos y sus datos digitales le haré un presupuesto y su viaje comenzará tan pronto como… Mientras cierra la transacción telepática aporrea el teclado de su ordenador con sus peludos tentáculos.
Media hora más tarde, el hombre y la mujer están de vuelta en casa. Se han sentado en el sillón, se han quitado los zapatos y se preparan para hablar de su inminente viaje. Es ya una suerte de ritual que han llevado a cabo durante los últimos veinte años de casados. Cada uno de julio inauguran sus vacaciones con una aventura diferente. Primero acuden a una agencia, contratan un viaje a algún planeta o dimensión distintos. Disfrutan también de los preámbulos, de los días, de las horas previas al inicio de su viaje. Se sientan y se beben una copa destilando en el alcohol sus fantasías alienígenas. Este año es un año especial. Es su veinte aniversario de casados. Y la ocasión merece una experiencia inolvidable.
De pronto, escuchan un brusco ruido que proviene de atrás. Dejan las copas y recorren el pasillo que da al patio trasero. Hay una extraña nave en el centro del jardín. Es plateada y cilíndrica: un platillo volante de 10 metros de diámetro. Una escalerilla les aguarda. No se lo piensan dos veces. Ni se extrañan. Comprenden: ya ha entrado en el viaje que han contratado. Es una aventura de inmersión total y ya ha comenzado. Qué rápidos son. Cada vez cuesta más distinguir la realidad de la ilusión inmersiva.
Están en la nave. Viajan por el espacio a gran velocidad. La nave se estremece. Les atacan. Unos seres con forma de cucarachas metálicas se han colado por la bodega de carga, suben por los conductos de aire y ya están en la plataforma principal. Se lanzan sobre ellos. Se enzarzan en una batalla campal. Los repelen con sus pistolas láser. La lucha es feroz. Hay decenas de patas y una cabeza de cucaracha robot flotando debido a la ingravidez. El hombre ha sido herido en el antebrazo. A la mujer le han seccionado la carótida y sangra abundantemente. El hombre está desesperado. Los bichos no dejan de entrar. Son cientos, quizá miles que forman un engrudo plateado de patas y antenas. La situación se está volviendo insostenible. Ella no respira, se desvanece. Algo está saliendo mal. Normalmente los viajes son placenteros, las aventuras de inmersión están diseñadas para que los clientes disfruten. Nada que ver con lo que está sucediendo.
El hombre despierta. Aturdido. Mira a su alrededor. El salón de su casa está sucio. Hay botellas vacías y botes de cerveza arrugados encima de la mesa. Hay un cenicero desbordado de colillas, vasos rotos, restos de pizza. Sobre el suelo hay ropa esparcida. Un olor a podrido le provoca una arcada. No le da tiempo a levantarse y vomita en la tapicería del sofá. Lo primero que piensa es en demandar a la agencia de viajes. El bicho telepático con ojos sin pupila que le vendió el viaje le ha timado. Recapacita. ¿Un bicho telepático? No, no es posible. El bicho también era parte de la inmersión. Recuerda. Trata de recordar. Grita el nombre de su mujer, pero ella no responde. ¿Dónde estás? Recuerda. Trata de recordar, se dice a sí mismo.
Suena el teléfono. Es ella. Está enfadada. ¿Cómo te atreves? Me han llamado de la comisaría, has falsificado mi identidad digital. ¿Para qué? ¿Para uno de tus 'viajecitos'? ¿Sabes que eso está prohibido, verdad? Hace dos meses que rompimos, acéptalo. Supongo que tu aventura no habrá salido del todo bien. Acabo de desconectarme. Del todo. Así que no vuelvas a intentarlo, imbécil.
Texto Pedro Pujante
Interpretación Alfonso Martínez
Realización y montaje Iván Rosique
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Interpretado por Tony Suárez, alumno de Arte Dramático de la ESAD de Murcia
Interpretado por Salomé Martínez, alumna de Arte Dramático de la ESAD de Murcia
Interpretado por Irene Martínez, alumna de Arte Dramático de la ESAD de Murcia, y montaje sonoro de Iván Rosique
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