No tires el rímel seco: el truco infalible para recuperarlo en minutos sin gastar ni un euro

¿Cuántas máscaras de pestañas has tirado porque se han secado? La realidad es que se suelen desechar más por este motivo que por haberse gastado. A pesar de que el envase incorpora una buena cantidad de producto, el uso diario y las condiciones en las que se conserva juegan un papel crucial. Factores como la exposición a la luz solar, la temperatura o el aire que entra cada vez que se introduce el cepillo pueden estropear la fórmula.

No siempre es la fecha de caducidad la causa principal del deterioro del rímel. En ocasiones, poco después de haberlo estrenado comienzan a aparecer grumos, lo que altera la textura y, en consecuencia, afecta a su eficacia. Es por este motivo que, cuando la consistencia es densa, la aplicación se vuelve desigual y las pestañas lucen pegadas y apelmazadas.

Hay una serie de remedios que prometen recuperar el producto y darle una segunda vida. Entre los más destacados, se encuentra el de añadir unas gotas de líquido para lentillas en el interior del envase para suavizar la textura. Hay que prestar especial atención a algunos de los métodos que circulan por internet, ya que pueden provocar irritación o infección en los ojos.

Por ello, se recomienda optar por un método que no incluya realizar mezclas con otros productos. De este modo, la opción más sencilla, rápida y económica es la de sumergir la parte inferior del envase en agua caliente durante dos minutos. Simplemente hay que llenar una taza y colocar el tubo en el interior. El calor ayudará a que se ablande y adquiera una consistencia más líquida. Así, se podrá reutilizar el cosmético de un modo seguro.

No obstante, cabe recordar que el maquillaje tiene fecha de caducidad. En el caso de que se perciba mal olor o que el líquido no se encuentre en óptimas condiciones es preferible no utilizarlo y reemplazarlo por uno nuevo para evitar cualquier riesgo para la salud. Además, los profesionales insisten en limpiar los aplicadores cada cierto tiempo para prevenir la acumulación de suciedad.