Cómo saber si mi gato es feliz

Reconocer los sentimientos de un perro es relativamente sencillo porque son mascotas sociables y muy comunicativas. Sin embargo, los gatos son animales complejos y caprichosos que requieren más atención para aprender a interpretar su comportamiento, que en ocasiones puede llegar a ser muy sutil. Llegar a identificar estas señales te ayudará a saber si tu gato se siente feliz.

Los gatos, cuando están tranquilos, caminan con la cola levantada, curvada ligeramente hacia adelante en la punta, y con la cabeza levantada en actitud de curiosidad. Si tu minino camina de este modo es una señal de que se encuentra bien en casa y no se siente amenazado.

Cuando un gato tiene todas sus necesidades bien atendidas se concentra en los cuidados de su pelaje y sus garras. Una señal de alarma inequívoca de que algo no va bien es que el animal ha empezado a descuidar sus rutinas de aseo. Si está contento, lamerá su pelaje con frecuencia para mantenerlo limpio y brillante, y también se afilará las uñas a menudo. Esto último es especialmente importante, ya que no solo lo hacen para mantener las garras en perfecto estado, también les sirve para marcar territorio con las feromonas situadas en sus almohadillas, estirar los músculos y desprenderse de células muertas.

Aunque en ocasiones las 'carreras locas' sin motivo aparente pueden ser una señal de estrés, por lo general significan que el gato rebosa energía y vitalidad. Si el animal se pone a dar brincos cuando estás en casa significa que se siente feliz de verte y si además te mira expectante o se restriega contra sus piernas en mitad de una carrera significa que quiere que participes en sus juegos.

Se suele decir que los ojos son el espejo del alma y eso es especialmente cierto en el caso de los gatos. Recientemente se descubrió que cuando un felino cierra los ojos lentamente mientras mira a su cuidador, en un gesto similar a un pestañeo alargado o como si tuviera sueño, trata de expresarle su amor. En términos humanos sería algo similar a un beso.

Además, si observamos que su pupila se dilata de forma repentina también es una muestra de excitación y felicidad, algo fácilmente apreciable cuando se les sirve la comida.

Si bien los gatos son animales recelosos por naturaleza, la cosa es muy diferente cuando tienen confianza. Cuando se encuentran felices reclaman caricias con insistencia, ya sea frotándose o acudiendo al regazo de sus dueños. Si además se tumban panza arriba, una zona que habitualmente no permiten que se les toque, es que su grado de familiaridad es máximo.

La ciencia todavía no ha podido explicar con seguridad cuáles son las funciones que cumple el ronroneo de los felinos. Una cosa es segura: cuando ronronean es que se sienten muy bien.

Más difícil es interpretar sus maullidos. Por lo general, cuando son largos y agudos expresan regocijo, mientras que los tonos graves tratan de comunicar que tienen alguna necesidad insatisfecha o hay algo que les molesta.

Otro curioso gesto propio de los gatos es cuando se acomodan sobre su cuidador y presionan con sus patas delanteras para darle una especie de masaje que recuerda a los movimientos de amasar pan. Si tu gato te 'amasa' la barriga es que te considera su familia y se siente feliz contigo.

Al igual que en los humanos, una alimentación adecuada es un reflejo del buen estado de ánimo de nuestra mascota. Un gato deprimido no tendrá hambre, del mismo modo que si come demasiado puede ser una señal de que sufre ansiedad. Esto último también puede ser una consecuencia de una dieta pobre, por lo que se recomienda revisar su menú para asegurarse de que el animal está obteniendo todos los nutrientes que necesita su organismo.

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