María Ramírez
Jueves, 14 de septiembre 2023, 16:34
No todo el mundo está en el 2023 ni se rige por el calendario gregoriano. El pasado mes de enero ya vimos cómo la comunidad china, que emplea un sistema lunisolar para concretizar el tiempo, entró en el 4721, simbolizado por la figura del conejo. Ahora, es el turno de los judíos, que ultiman todos los preparativos para dar la bienvenida al que será el 5784, según el calendario hebreo.
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Esta festividad se denomina Rosh Hashaná, que en español se podría traducir como 'cabeza del año', por ser el día número uno. No tiene una fecha fija, por lo que en esta ocasión comenzará este viernes, 15 de septiembre, con la puesta de sol. Las celebraciones se alargarán durante el 16 y 17, que serían los primeros días del mes 'tishri' (el equivalente a nuestro enero). Cabe recordar que el cómputo del tiempo hebreo comienza con la Génesis del mundo, que sería el 3761 a. C. en el gregoriano.
No hay brindis ni champán, ya que se presenta más bien como un periodo de reflexión. Se concibe como una oportunidad de cambio personal, en el que hacer un balance de los actos realizados y mejorar. En el momento en el que este viernes aparezca la primera estrella, tocarán el 'shofar', un instrumento de viento empleado para llamar a los creyentes a meditar. En los hogares, las mujeres encienden velas y recitan bendiciones durante las dos noches de celebración. La tradición dicta que durante estas jornadas se deben evitar los aparatos electrónicos y electrodomésticos.
La gastronomía tiene un papel protagonista. Los fogones de las casas judías se encienden este viernes para ofrecer platos cargados de simbología. Como principal, el 'gefilte fish', también llamado 'guefilte fish'. Se trata de un pescado al que se le quitan las espinas y se muele para mezclarlo con cebolla, zanahoria, perejil, sal y pimienta. Así, se consigue un aspecto similar al de una albóndiga o una croqueta. Hay quien atribuye esta elaboración a la fertilidad, por el pescado blanco.
Las mesas devotas se decoran a base de dátiles, un pan trenzado que contiene una buena dosis de miel y otros alimentos cargados en azúcares. Todo ello para atraer un año dulce. En la misma línea, de postre se ofrece el conocido 'leicaj', una especie de budín muy tradicional que también incluye miel y al que se le añade nueces.
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El año nuevo judío comprende un total de 10 días de reflexión. Este periodo culmina con el Yom Kipur, uno de los días más sagrados de la agenda, que comenzará el próximo domingo 24 de septiembre por la tarde y se extenderá hasta la tarde del lunes 25. Es un día en el que se ayuna, se pide perdón, se produce la reconciliación y con el que finaliza esa decena de jornadas de arrepentimiento.
La tradición dicta una serie de obligaciones que se aglutinan al no comer ni beber. Entre las prohibiciones destacan la abstinencia sexual, el empleo de cualquier tipo de cosméticos o perfumes y calzar zapatos de cuero. Además, los creyentes tampoco pueden lavarse ni ducharse. Una vez finalizada esta fase, los judíos ya se encuentran libres de pecados y pueden comenzar su año con tranquilidad y con todas las energías bien renovadas.
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