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Los riesgos de fumar cachimba y cigarrillos electrónicos

La Comunidad ha publicado una guía que explica los efectos sobre la salud que tiene el consumo de estos productos

LA VERDAD

Sábado, 25 de septiembre 2021, 11:51

Desde hace unos años, intentado vender una imagen de inocuidad y modernidad, la industria tabaquera ha sacado al mercado nuevos productos para consumir tabaco o nicotina, como pueden ser los cigarrillos eléctronicos o las chachimbas. Debido a la publicidad y promoción que se está haciendo de ellos, estos dispositivos están siendo cada vez más consumidos, sobre todo por la población joven, al tiempo que se están extendiendo algunos conceptos erróneos sobre sus efectos y riesgos.

Como consecuencia, La Comunidad ha publicado en su blog 'Promoción y Educación para la Salud' una entrada que recoge los dispositivos que están más en auge, con el fin de explicar los efectos «demostrados» que tienen sobre la salud. Se trata de una información realizada por María Gil Marín, Residente de Enfermería Familiar y Comunitaria del Área IX; Rosa Jiménez Peñalver, Residente de Enfermería Familiar y Comunitaria del Área VII y Adelaida Lozano Polo, enfermera del Programa de Información sobre Tabaquismo del Servicio de Promoción y Educación para la Salud, de la Dirección General de Salud Pública y Adicciones de la Consejería de Salud

Pipas de agua, cachimbas o 'shishas'

La pipa de agua, conocida como cachimba, 'hookah', 'shisha' o 'narguile', es un dispositivo para fumar tabaco, aromatizado o sin aromatizar, de origen indo-persa.

El consumo de cachimba es una tendencia al alza entre adolescentes. Según el ESTUDES de 2018, en España, el 47,3% de los jóvenes entre 14 y 18 años han consumido alguna vez en su vida pipas de agua con tabaco. Los riesgos de las pipas de agua no solo se asocian a sus componentes sino al modo de consumo. Es habitual el uso compartido de las cachimbas, bien utilizando distintas mangueras, o compartiendo esta. Además, hay que tener en cuenta que la limpieza y desinfección de las cachimbas es complicada y que el agua no elimina los tóxicos del humo. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica «una sesión típica fumando pipa de agua equivale a inhalar 200 veces el humo de un cigarrillo.»

Su humo contiene los mismos componentes químicos perjudiciales para la salud que el tabaco convencional. Por otra parte, la forma de consumo aumenta la exposición al monóxido de carbono (CO), por tanto no se puede considerar que sea menos perjudicial.

A pesar de que no todas las pipas de agua llevan tabaco, el consumo de cualquier tipo de cachimba se relaciona con efectos perjudiciales para la salud. El humo de las pipas de agua es tóxico. Contiene sustancias cancerígenas (nitrosaminas, hidrocarburos aromáticos, aldehídos volátiles y benceno) y sustancias tóxicas (óxido nítrico y metales pesados). Además, la quema de carbón produce niveles elevados de CO. Estos componentes se asocian a diversas enfermedades como cáncer, enfermedades pulmonares y cardiovasculares (EPOC, accidentes cerebrovasculares, infarto agudo de miocardio,…), infertilidad masculina y deterioro de la salud mental.

Producen adicción, al igual que otros productos de tabaco. A esto se añade el aumento del riesgo de contraer enfermedades infecciosas por su uso compartido, como mononucleosis (conocida como la enfermedad del beso), hepatitis o la Covid-19. La exposición a su humo también conlleva riesgo, por los componentes del mismo. Además, inhalar el humo del ambiente favorece la transmisión de aquellos patógenos que se trasmiten por aerosoles, como el coronavirus (SARS-CoV-2).

Cigarrillos electrónicos y vapeadores

Estos productos consisten en dispositivos que calientan un líquido que produce vapor o aerosol. El líquido contiene saborizantes junto a otras sustancias químicas (por ejemplo propilenglicol o glicerina) y frecuentemente nicotina.

El consumo de los cigarrillos electrónicos y vapeadores ha sufrido un gran aumento en los últimos años, especialmente en la población juvenil. La encuesta ESTUDES de 2018 refleja que el 48,4% de estudiantes entre 14 y 18 años refiere haberlos utilizado en alguna ocasión en la vida, cifra muy superior a la del 20,1% que lo habían indicado en la encuesta previa del 2016/17.

Los aerosoles que generan están compuestos por sustancias específicas como glicerina vegetal, propilenglicol, y los derivados de sus aromas y saborizantes. Además contiene otras sustancias que también están presentes en el tabaco convencional como nicotina (en muchas ocasiones), nitrosaminas, formaldehído, partículas PM 2.5, silicatos, partículas metálicas, etc.

Se presupone que podrían ser algo menos perjudiciales, sin embargo, no hay que obviar que hay cada vez más estudios que muestran sus perjuicios. Además, las investigaciones refieren que pueden inducir al consumo de tabaco, especialmente en población juvenil y mantener a las personas que quieren dejar de fumar en el uso de estos dispositivos o en el consumo dual.

Se han estudiado los efectos perjudiciales que producen en la salud a corto plazo y se han relacionado con problemas en las vías respiratorias y en el sistema cardiovascular. Contiene algunas sustancias que producen cáncer, aunque en menor medida que el tabaco. También han provocado intoxicaciones, explosiones o patologías pulmonares específicas como la llamada Enfermedad Pulmonar Grave Asociada a Cigarrillos Electrónicos (EVALI), que ha causado un elevado número de ingresos hospitalarios e incluso muertes.

También se aumenta el riesgo de transmisión de la Covid-19 por el uso de cigarrillos electrónicos o la exposición a sus aerosoles, como en los otros productos, por la manipulación del dispositivo, el gesto mano – boca que conlleva su consumo, así como por la necesidad de quitarse la mascarilla para su uso. Hay que tener en cuenta que los aerosoles emitidos al fumar o vapear alcanzan unos cinco metros.

Productos de tabaco por calentamiento

Los Heated Tobacco Products (HTP) o Productos de Tabaco Calentado (PTC) son dispositivos electrónicos cuyo funcionamiento se basa en calentar tabaco comprimido a altas temperaturas (entre 350º y 400º) produciendo la liberación de nicotina y otros productos en forma de aerosol.

Los componentes del humo que genera los PTC son: nitrosaminas, benzopirenos y otros hidrocarburos cíclicos, gases tóxicos, como CO y los óxidos de nitrógeno. Algunas de las sustancias tóxicas del tabaco «convencional» están en menor cantidad, pero aumentan otras, como los metales pesados (ej. hierro o titanio) de los aditivos. Además, podemos encontrar derivados de glicerina y propilenglicol, con sus consecuentes riesgos para la salud.

Este tipo de productos genera adicción y sus componentes están relacionados con muchos efectos perjudiciales como las enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias o cáncer, propios del consumo de tabaco. También podría contribuir a la transmisión y contagio del coronavirus por la necesidad de prescindir de mascarilla para su consumo, la manipulación del producto y el aumento del gesto mano-boca.

Claves

Ocasionan problemas de salud, al igual que el tabaco convencional. Algunos productos incluso están siendo relacionado con la aparición de nuevas enfermedades. Además, no se conocen sus efectos a largo plazo sobre la salud. En relación a la Covid-19, los estudios refieren que las personas que fuman o vapean tienen peor evolución y mayor riesgo de mortalidad por esta enfermedad. Los aerosoles y el humo de estos productos parecen amentar el riesgo de infección.

Además, estos productos son puerta de entrada al consumo de tabaco y otras drogas, especialmente en adolescentes y jóvenes. No son efectivos ni seguros para dejar de fumar. Para conseguir dejar de fumar, los expertos en salud recomiendan solicitar ayuda a profesionales.

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