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Cinco años después | Episodio 1

El mundo tras la covid: bienvenidos a la era de la globalización fragmentada

El coronavirus aparecido a finales de 2019 aceleró tendencias geopolíticas y geoeconómicas que han modificado el tablero mundial

Miércoles, 12 de marzo 2025, 00:32

En 2020 este diario publicó una serie documental que reflexionaba sobre las posibles consecuencias de la pandemia en la sociedad venidera. Cinco años después del covid, repasamos algunas de aquellas grandes cuestiones.

11 de marzo de 2020. Ese día, Tedros Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró el brote de covid-19 como una pandemia global. En aquel momento, se habían registrado 118.000 casos positivos en 114 países, y las muertes ascendían a 4.291. Las palabras del dirigente etíope resonaron en todos los rincones del planeta, y las reacciones llegaron en cadena: confinamiento. Desde España hasta Nueva Zelanda, del norte al sur global, la mayoría de los gobiernos prohibieron la circulación y la actividad en sus países para cortar la transmisión de este nuevo virus. En una semana, el mundo se encerró, las fronteras reaparecieron y la vida se paralizó.

En 2020

«¿Habrá menos viajes?» era una de las cuestiones que se planteaban en el primer documental de la serie.

Ahora

Hasta 2024 la llegada de turistas internacionales ha ido recuperando los datos previos a la pandemia en la mayoría de territorios:

Desde aquellas palabras, han pasado cerca de 1.825 días y «hemos cambiado mucho de aquel mundo precovid al que hoy conocemos», asegura Ángel Pascual-Ramsay, profesor de geopolítica y geoeconomía de Esade. Aunque, para este investigador, la expansión del SARS-CoV-2 no fue una ruptura, sino una cristalización de «una serie de tendencias que ya se venían fraguando».

El parón obligado de marzo asentó la idea de muchas empresas sobre la relocalización de sus actividades. La falta de suministros sanitarios durante los meses más duros de la pandemia puso de manifiesto la importancia de la producción local. «Se evidenció la fragilidad de las cadenas de suministro, lo que dio lugar a un replanteamiento global de estas», señala Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano.

En 2020

Es probable que el coronavirus acelere algunas dinámicas económicas que ya estaban en marcha.

Ahora

El proteccionismo económico y la menor dependencia de China en la cadena de suministros es una realidad tras los problemas de abastecimiento en los últimos años.

Desde antes de la pandemia, muchas compañías habían empezado a revisar sus planes de inversión internacional para dejar de depender de China, la gran fábrica del mundo, y evitar los aranceles de la administración Trump. A principios de 2020, según el estudio Made in Spain, ¿otra vez?, realizado por EAE Business School, 208 compañías españolas dieron un giro de 180 grados en su política y comenzaron a acercar su producción. La crisis de la covid-19 aceleró los planes.

En 2020

Una economía como la española, la cuarta de Europa no fue capaz de afrontar con recursos propios la fabricación de material sanitario básico para combatir la pandemia.

Ahora

El Ministerio de Sanidad sacó a licitación un contrato para externalizar el almacenaje, el control de stock y distribución de material sanitario de su Reserva Estratégica Nacional de Medicamentos y Productos Sanitarios.

Una encuesta del Banco Central Europeo (BCE) a ejecutivos de grandes empresas europeas reveló en 2023 que las firmas comunitarias tenían claro que debían relocalizar su producción, y la mayor parte consideraba que debía hacerlo fuera de la propia Unión Europea.

«Las disrupciones agudas en las cadenas de suministro y el aumento del proteccionismo han hecho crecer el temor a la escasez, lo que ha llevado a los gobiernos a considerar estrategias como la relocalización en los mercados domésticos», afirmaban. «No es fácil de hacer, porque llevamos 30 o 40 años de deslocalización y ahorro. Lo que están haciendo los países no es atraerlos a sus fronteras, sino a su zona de influencia», aclara Pascual-Ramsay.

En 2020

China era el mercado dominante y la fábrica del mundo.

Ahora

Las inversiones de nueva planta (greenfield) señalan a los nuevos beneficiarios de la situación geopolítica poscovid. En Asia, Indonesia y Vietnam; en América, México; en Europa, Polonia, y en África, Marruecos.

Las inversiones de nueva planta (greenfield) señalan a los nuevos beneficiarios de la situación geopolítica poscovid. En Asia, Indonesia y Vietnam; en América, México; en Europa, Polonia, y en África, Marruecos. «Hemos aprendido que la demanda masiva dispara los precios y que es necesaria la creación de reservas estratégicas», apostilla Arteaga.

El multilateralismo, en la UCI

Durante tres décadas, empresas y gobiernos de todo el mundo operaron bajo la presunción de que la globalización económica y financiera continuaría a pasos acelerados. La interconexión de los flujos de producción y consumo ofreció a los consumidores una oferta más amplia y a precios competitivos. La tecnología permitió evitar las barreras físicas durante el confinamiento mundial. El consumo online se disparó en los meses centrales de 2020, alcanzando cotas nunca vistas. En España, las ventas del comercio electrónico fueron un 71,2% superiores al mismo periodo del año anterior. Además, surgieron aplicaciones como Zoom y Teams, que permitieron continuar con tareas laborales en cualquier parte del planeta. Sin embargo, muchas comunidades se vieron aisladas y olvidadas. «Esto ha generado descontento en las clases trabajadoras y en la clase media», apunta Pascual-Ramsay.

En 2020

El papel de los grandes organismos internacionales está abocado a la transformación en todo este laberinto de intereses multilaterales.

Ahora

Naciones Unidas tiene un papel residual en los últimos conflictos bélicos. Estados Unidos ha reducido la financiación a la Organización Mundial de la Salud y amenaza con abandonar la Organización Mundial del Comercio.

Aun así, los datos más recientes «auguran que estamos entrando en una nueva era», explica el profesor de geopolítica y geoeconomía de Esade. A medida que el mundo se divide cada vez más en bloques, las organizaciones supranacionales han perdido peso e importancia, según Arteaga. «Tienen un papel residual; muchos actores actúan al margen del sistema, y quienes lo hacen bajo este paraguas están en total desventaja», añade el investigador del Real Instituto Elcano.

El regreso de Donald Trump al Despacho Oval de la Casa Blanca ha devuelto a primer plano la guerra arancelaria que desató durante su primer mandato, lo que aumentaría aún más el proteccionismo económico. «Yo lo llamaría nacionalismo económico», puntualiza Arteaga. «Este es nuestro nuevo mundo: los grandes actúan sin demasiadas restricciones morales, políticas y económicas, con agilidad en procesos y decisiones. ¿Estamos preparados para vivir en este nuevo mundo? Esa es la cuestión», concluye Arteaga.

En 2020

Así lo contamos hace cinco años:

Este fue el primer episodio de la serie documental '¿Y después qué?' publicada por este diario en 2020 que reflexionaba sobre las posibles consecuencias de la pandemia en la sociedad venidera. Entonces, el coronavirus cuestionó cualquier certeza. Una crisis global que hizo que el propio concepto de globalización se tambalease. Las cuestiones que entonces se abrían resultaban inquietantes: ¿Será posible volver a la realidad mundial que conocíamos? ¿Nos despediremos del mundo interconectado?

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