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El italiano Sammy Basso, la persona con progeria más longeva del mundo, ha muerto a los 28 años, según ha informado este domingo la asociación que el mismo creó para concienciar sobre esta dolencia. «Hoy nuestra luz, nuestro guía, se ha apagado. Gracias, Sammy, por ... habernos hecho partícipes de esta vida maravillosa», recoge el comunicado.
Basso, que se hizo científico para investigar sobre el envejecimiento relámpago, buscaba una cura para la progeria de Hutchinson-Gilford, una enfermedad genética extremadamente rara que no tiene cura y que solo padecen uno de cada 20 millones de personas.
Basso, que nació en Schio, al norte de Italia en 1995, conoció de niño a uno de los principales expertos del mundo en envejecimiento, el asturiano Carlos López Otín, y decidió seguir sus pasos para investigar su propia enfermedad. A los 23 años se licenció en Biología Molecular en la Universidad de Padua y poco después publicó junto al equipo de López Otín los resultados de un tratamiento experimental que logró aumentar un 25% la longevidad de ratones afectados por el síndrome. «No sé si me ayudará a mí, pero por primera vez puedo creer que, en el futuro, los niños con progeria podrán vivir una vida normal», dijo Basso, que, pese a los malos augurios desde su primer diagnóstico con solo dos años de edad se ha convertido en la persona con progeria más longeva del mundo.
En todo este tiempo, Basso ha dado visibilidad a la progeria, un síndrome extremadamente raro que provoca un envejecimiento relámpago. Basso falleció el sábado por la noche de forma repentina mientras cenaba en un restaurante de Treviso (Italia), pocos días después de volver de un viaje a China.
Su compromiso con la progeria le llevó a protagonizar un documental de 'National Geographic'. Basso también fue nombrado Caballero de la Orden del Mérito por el entonces presidente de la República italiana, Sergio Mattarella. Ante su fallecimiento, la actual presidenta, Giorgia Meloni, ha dicho de Basso que fue «un extraordinario ejemplo de valentía, fe y positivismo. Enfrentó cada desafío con una sonrisa, demostrando que la fortaleza puede superar cualquier obstáculo».
Carlos López Otín, gran experto en envejecimiento, mentor y amigo de Sammy, ha viajado a Italia para acompañar a sus padres e "incontables amigos" con los que desea celebrar "la vida breve pero muy intensa de una persona excepcional", dice a este periódico el científico asturiano, que recuerda que la vida de Sammy "ha sido un gran regalo para todos los que hemos tenido la fortuna de compartir espacio y tiempo con él". Para López Otín, Sammy fue protagonista de hazañas personales extraordinarias. "Sería muy largo hablar de todas ellas pero me quedo con el día en el que defendió en la Universidad de Padua su trabajo fin de grado en Biología Molecular que realizó en nuestro laboratorio de la Universidad de Oviedo. Ese día lo archivamos ambos como uno de los días más felices de nuestras vidas. Su lección científica fue magistral y recibió la máxima distinción", recuerda el prestigioso científico español.
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